Poco antes de las 23:00 horas de este viernes 26 de julio concluyó la XXXIII Olimpiada y se dieron por inaugurados, por parte del presidente de la Repúblicas Francesa, los Juegos Olímpicos que convierten a París en la ciudad más olímpica de la historia al haber albergado ya tres ediciones: 1900, 1924 y 2024. Fue uno de los momentos fundamentales de una ceremonia de inauguración que respondió a su carácter insólito al discurrir por los puntos más simbólicos de una ciudad que no necesita presentación.
Las cuatro horas de la apertura fueron de menos a más y, pese a adolecer de secuencias excesivamente prolongadas y batallar contra la lluvia constante, fue un éxito de realización televisiva, sumamente compleja al tener un escenario de 6 kilómetros de longitud y multitud de puntos de atención. Pero, sobre todo, conformaron un espectáculo de luz y sonido -excelente banda sonora- que ganó enteros con la caída del sol y que culminó a lo grande en Trocadéro, con la torre Eiffel y sus haces de luces de telón de fondo.
Para terminar, el encendido del pebetero se llevó a cabo en otra localización icónica, el jardín de las Tullerias, en un globo aerostático que permanecerá prendido durante los 16 días de gloria que quedan por delante. Dieciséis días y 43 andaluces que vivirán desde dentro la competición deportiva más importante de sus trayectorias.