Carolina Marín: cuando una injusta derrota es imagen icónica de los Juegos

Cuando se dirigía indubitadamente hacia su segunda final olímpica, la onubense Carolina Marín se retiró lesionada (rotura de ligamento cruzado) y entre llantos de impotencia de la semifinal que dominaba ante la china He Bing Jiao, en la que será, desgraciadamente, una de las imágenes que pasará al recuerdo de estos Juegos.

Tras haber ganado el primer set y mandando en el segundo por 10-5, en la bajada de un salto, un ligero resbalón del pie derecho hizo que todo el peso cargase sobre la rodilla de esa pierna en mala posición. Tras ser atendida e intentar seguir, con la ayuda de una rodillera, a los dos puntos la andaluza tuvo que retirarse entre lágrimas -suyas, de su entrenador y de parte del público español que presenciaba la semifinal- ante la evidencia del dolor que sentía al apoyar.

Cabe reseñar que el partido comenzó con mucha igualdad, ante la contundencia de la china He en la red, lo que llevó el marcador a un 5-5 desde el que la onubense, con mucho oficio y concentración, comenzó el despegue. Así, tras el 10-7, endosó a su rival un parcial de 6-0 que encarriló de forma definitiva esta manga, pese al esfuerzo final de la asiática (0-5, para ponerse 16-12), si bien más propiciada por los errores de Marín., que cerró el set por 21-14, en 23 minutos.

En la segunda y antes del incidente que motivó la retirada, el juego de la andaluza fue brillante, mostrando una superioridad aún mayor ante la china de 27 años, cuarta en Tokio 2020. Pero con el 10.5 llegó lo impensable, que dejó frío al público del Arena Porte de La Chapelle. Desgraciadamente, no habrá duelo por el oro contra la surcoreana An Se-Young.

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