Francisco Espíldora Muñoz

Biografía de Francisco Espíldora Muñoz

Nacido en la entonces gaditana ciudad de Ceuta el 22 de octubre de 1948, hijo de José y Ana María y con una hermana mayor, María Josefa, a los 15 días de vida Francisco se trasladó con su familia a Málaga, ciudad en la que creció y se hizo futbolista, de ahí que se considere –como él mismo afirma– malagueño por los cuatro costados a uno de los tres futbolistas que abrió la historia olímpica del fútbol andaluz al participar en México 1968.

Sus dotes de defensa contundente se fueron forjando desde los 7 años en el colegio Hermanos Maristas de Málaga, donde empezó a mostrar sus cualidades técnicas y su capacidad para cortar e impedir las habilidades de los delanteros contrarios. Con 10 años, pasó del equipo del colegio al Club Huracán, con el que debutó en competiciones oficiales en la categoría infantil, y posteriormente fichó por La Olímpica Victoriana, club que, a la postre, sería su gran trampolín futbolístico.

Con el conjunto infantil de La Olímpica llegó a ser campeón de Málaga y se clasificó para la final del Campeonato de Andalucía, que se celebró en Huelva y donde obtuvo el subcampeonato y la distinción de mejor jugador del torneo.

En la temporada siguiente, su calidad le llevó a promocionar al equipo juvenil y sin solución de continuidad al primer equipo –que militaba en la Regional– de la mano del técnico Luis Pellicer, con el que ascendió a Tercera División no sin antes y debido a su corta edad haber tenido que superar un reconocimiento médico especial para ser autorizado a jugar en categoría nacional.

La inmersión de Espíldora en el fútbol de rendimiento era un hecho, tanto en el ámbito de club como en el apartado de selecciones, toda vez que paralelamente a lo descrito había sido llamado por las selecciones andaluza y española a concentraciones y competiciones. Llegado a este punto, se produjo el acontecimiento bisagra en su carrera deportiva, como fue el fichaje en la temporada 1966-1967 por el Real Madrid Club de Fútbol. En el club blanco, empezó jugando en juveniles –medalla de plata en el Campeonato de España de 1967– en un año en el que también disputó con la selección nacional juvenil tanto la clasificación para el Campeonato de Europa como el mismo torneo, en Esmirna (Turquía), aunque sin buenos resultados competitivos.

En la temporada 1967-1968 subió al segundo equipo madridista, con Pepe Santamaría en el banquillo, a la sazón seleccionador español sub-21. La concatenación de circunstancias quiso que el futbolista andaluz debutase en 1968 con el equipo nacional de dicha categoría –jugó 6 partidos– y fuese convocado definitivamente para los Juegos de México 1968 junto a Andrés Mendieta, Fernando Ortuño, Gerardo Ortega, Gregorio Benito, Isidro Sala, Ciáurriz, José Barrios, José Garzón, José Grande, Igartua, Juan Asensi, Juan Fernández, Miguel Ochoa, Pedro Mora, Alfonseda y los andaluces Crispi y Jaén.

El torneo olímpico contó con 16 selecciones –­Hungría barrió en la final a Bulgaria– y España disputó el primer partido el 16 de octubre ante Brasil, con victoria (1-0). Luego venció a Nigeria (3-0) y empató con Japón (0-0), antes de caer en cuartos de final ante los anfitriones, los mexicanos (2-0). Al final, se le otorgó la quinta posición de la clasificación y logró, por tanto, un diploma olímpico.

Luego de los Juegos, Espíldora realizó toda la temporada 1968-1969 en el Plus Ultra, filial madridista dirigido por el veterano Casimiro Benavente. No obstante, en la siguiente campaña, 1969-1970, se formalizó el salto al primer equipo del Real Madrid, por entonces dirigido por Miguel Muñoz y donde se encontraban jugadores como Gento, Pirri, Velázquez, Amancio, Zoco, Benito, Sanchís, De Felipe, Fleitas o Junquera. El malagueño estrenó camiseta en el estadio de Atocha ante la Real Sociedad, con victoria madridista (0-2), y Espíldora, jugando en su puesto natural de lateral derecho, marcó a Boronat. Asimismo, debutó en la Copa de Europa frente al Standard de Lieja belga (2-2) y ganó la Copa del Rey.

El año siguiente no contó en los planes blancos y, comenzada la temporada, fue cedido al Villarreal FC, en Segunda División, donde jugó 22 partidos y contribuyó a la permanencia del club levantino. Posteriormente, recaló en el Racing de Santander como parte de la operación de la llegada de Santillana al club madrileño. En la entidad del Sardinero, Espíldora vivió su etapa más feliz y estable pues jugó durante cinco campañas consecutivas (1971-1972 a 1975-1976), actuando en Primera (1973-1974) y Segunda División a las órdenes de Fernández Mora y José María Maguregui. Su entrega e identificación con la ciudad fueron totales –residió en Reinosa y luego en la capital–, siendo querido y respetado por la afición cántabra, hasta el punto de que aún existe la Peña Racinguista Espíldora.

En la temporada 1976-1977 fue traspasado al Cádiz CF y tras un año irregular –con varios cambios de entrenador, Juan Arza y Mateo, entre otros– ayudó al primer ascenso a Primera División del club del Carranza, todo un acontecimiento en la ciudad. Pese a todo, al término de esta campaña, con 28 años y en plenitud física, Espíldora decidió retirarse del fútbol profesional.

Casado desde 1972 con Carmen Pilar Fortuño, a la que conoció en su etapa en Villarreal, y padre de tres hijos –Susana, Borja y Héctor–, a su retirada como futbolista ocupó el cargo de apoderado-tesorero en una empresa familiar denominada Grupo Peñarroya, cuyo objeto social es la promoción y venta de viviendas residenciales principalmente en la Costa del Sol, habiéndose jubilado a finales de 2014.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 17 de noviembre de 2020