Jesús Gómez Camúñez

DEPORTISTAS OLÍMPICOS Y PARALÍMPICOS ANDALUCES

Jesús Gómez Camúñez
Olímpico

Jesús
Gómez

Málaga

Jesús Gómez Camúñez

17.04.1965

Málaga

1
Juegos OlímpicosDeporteCategoríaPrueba
Resultado
1988 Seúl (Corea del Sur)BalonmanoMasculinaBalonmano
Puesto 9


Biografía de Jesús Gómez Camúñez

El primer andaluz olímpico en balonmano nació el 17 de abril de 1965 en Málaga, hijo de Francisco y Carmen. Su formación en el mundo del deporte se produjo, como la mayoría de los niños, en el colegio y tuvo un cariz polifacético, si bien a los 13 años dicha dispersión, positiva por otro lado, llegó a su fin al iniciarse y centrarse específicamente en el balonmano. Fue a raíz de una operación altura llevada a cabo por el entonces Club Caja de Ronda de Málaga para nutrir tanto su cantera de baloncesto como la sección de balonmano, al frente de la cual estaba Joaquín Crespo “Quini”, un cordobés de Puente Genil que venía de triunfar con el equipo catalán del Granollers.

El porte de Jesús encajó en las directrices de la operación y, desde ese momento, pasó a la estructura de la entidad malagueña en el apartado de balonmano, en cuyo aprendizaje de técnicas y tácticas de juego nuestro protagonista empezó a aplicarse bajo la mirada de Quini, quien desde el principio valoró las cualidades de Jesús. El Caja de Ronda, empero, terminaría por clausurar la sección –pese a la excelente labor directiva ejercida por José Cuberta Graña– y esta circunstancia inesperada obligó a nuestro jugador a incorporarse a los juveniles del Club Balonmano Málaga.

En la nueva entidad, el jugador permaneció hasta los 19 años, progresando hasta llegar a jugar una temporada (1983-1984) en el equipo sénior, en División de Honor. Fue únicamente ese curso pues su juventud y habilidades en el escaparate de la máxima categoría del balonmano nacional llamaron la atención de otros clubes en busca de nuevas promesas, tal fue el caso del Atlético de Madrid, cuya sección de balonmano estaba entrenada y dirigida por Juan de Dios Román Seco. La oferta de la entidad madrileña fue irrechazable y, con todas las facilidades del CBM Málaga, el andaluz ingresó en la entidad colchonera en la temporada 1984-1985.

Jesús Gómez llegó al Atlético en plena época dorada. Un equipo de gran calidad, convertido en referencia nacional en pleno auge del balonmano en España –con televisión en directo–, que llenaba cada fin de semana el Polideportivo Antonio Magariños y que –coincidiendo con la primera campaña del malagueño– dio la campanada al acceder a la final de la Copa de Europa de Clubes, siendo la primera vez que un equipo español lograba tal gesta. La derrota ante el todopoderoso RK Metaloplastika Sabac yugoslavo no quitó un ápice del mérito de aquel resultado al que contribuyeron andaluces como Luisón García y el propio Jesús Gómez.

Amén del subcampeonato continental, en las cinco temporadas que Jesús permaneció en el Atlético de Madrid (1984-1985 a 1988-1989) sumó a su palmarés un campeonato de liga de División de Honor (1984-1985) –fue la tercera consecutiva del equipo y la última de su historia– y la Copa del Rey de 1987 –al ganar la final (20-19) al Cacaolat Granollers, en Badajoz. Además, fue subcampeón de la liga 1985-1986, subcampeón de copa en 1985 y subcampeón de la Copa IHF 1986-1987, cayendo ante el Granitas Kaunas lituano –entonces soviético–, luego de empatar tanto en el partido de ida como en el de vuelta –decidieron los goles encajados en casa.

En junio de 1989, ante la incertidumbre que vivía la sección de balonmano desde la llegada de Jesús Gil a la presidencia, el central malagueño pidió la rescisión del contrato que le vinculaba al Atlético de Madrid y puso su 1,90 de estatura, 90 kilos de peso y solidez en defensa y ataque al servicio del Club Deportivo Cajamadrid de Alcalá de Henares (Madrid), otro de los grandes de la época y donde, sin saberlo, terminaría su carrera deportiva. Con el número 7 a la espalda, las dos primeras campañas (1989-1990 y 1990-1991) jugó a las órdenes del técnico Domingo Bárcenas, contribuyendo a llevar al equipo a las semifinales de la Copa del Rey y de la Copa IHF en 1990, y la tercera y última temporada (1991-1992) –en la que la entidad pasó a denominarse Club Juventud Alcalá al desvincularse Cajamadrid de la gestión– estuvo dirigido por Manuel Laguna.

Estos resultados deportivos en el ámbito de club y su gran compromiso con el balonmano, junto a su calidad, hicieron que Jesús Gómez fuese un jugador habitual en las selecciones nacionales. En un primero momento en el equipo nacional júnior, cuya camiseta vistió en 28 ocasiones –marcando 79 goles–, destacando la participación en dos ediciones del Campeonato del Mundo, Finlandia 1983 e Italia 1985, en las que España se clasificó 9.ª y 10.ª, respectivamente.

Paralelamente, el andaluz también fue llamado para el equipo nacional absoluto, con el que debutó el 10 de septiembre de 1983 en el primer partido de los Juegos Mediterráneos de Casablanca, en Marruecos, ayudando con cuatro goles al triunfo de España ante Turquía (20-13) y, en el global del torneo, a la consecución de la medalla de bronce. Más tarde, nuestro protagonista participó en un cuadrangular en Lucerna (Suiza), si bien, tras estas primeras internacionalidades, se abrió un período de espera hasta que en 1986, con 21 años, se integró totalmente en la selección absoluta.

Ese año disputó el Torneo de Yugoslavia –con España, Polonia, Yugoslavia, Italia, la República Democrática de Alemania y la URSS en liza– del 26 de junio al 1 de julio y, posteriormente, el Torneo de Francia, celebrado en Burdeos y Bayona. En 1987, participó en el Torneo Internacional de España, en Pontevedra, y en 1988 hizo lo propio en numerosos partidos amistosos, el Torneo Preolímpico de Irún (Guipúzcoa) y el Torneo de Islandia, tras cuyas actuaciones el seleccionador nacional, Juan de Dios Román –que le conocía del Atlético de Madrid– lo incluyó en el equipo español para los Juegos Olímpicos de Seúl 1988.

Junto a Jesús Gómez Camúñez viajaron a la capital de Corea del Sur Lorenzo Rico, Javier Reino, Javier Cabanas, Juan José Uría, Juan Francisco Muñoz “Melo”, Eugenio Serrano, Juanón de la Puente, Jaime Fort, Jaime Puig, Jesús Fernández, Miguel Zúñiga, Juan Sagalés, Julián Ruiz y Ricardo Marín. Un equipo de calidad que inició la competición el 20 de septiembre ante el cuadro checoslovaco siendo uno de los favoritos a medalla y que concluyó el torneo olímpico en la 9.ª posición, entre 12 equipos, luego de vencer a Argelia (21-15) por ese puesto y de firmar una pésima primera fase con derrotas dentro del grupo B ante Checoslovaquia (17-20), Alemania Democrática (20-21) y Hungría (16-26), y victorias frente a Japón (25-19) y Corea (23-20).

Tras aquellos Juegos, el andaluz prosiguió su notable trayectoria de club en Madrid, pero no volvió a jugar en la selección absoluta, cerrando una etapa que le reportó un total de 33 internacionalidades y 47 goles representando a España.

Cinco años después de aquella experiencia única de estar en los Juegos, una patología física aceleró su retirada como jugador activo. Distintas dolencias en los meniscos y lesiones en la rodilla derecha, que obligaron a efectuarle dos intervenciones quirúrgicas de menisectomía –las cuales finalmente llevaron a un deterioro importante del cartílago–, derivaron en un serio problema de inestabilidad en la rodilla, incluso para el desarrollo de su vida “civil”, lo que le condujo a principios de 1993 y con solo 27 años a una decisión tan poco deseada para un deportista.

Tras el abandono de la práctica del balonmano, regresó a su Málaga natal, terminó la carrera de Derecho y comenzó a ejercer de abogado. Actualmente, el primer balonmanista internacional malagueño sigue viviendo en la capital de la Costa del Sol junto a su esposa, Cristina, y sus dos hijos, Marta y Nacho, y desarrollando su profesión, dedicado al ámbito del seguro privado como asesor de una conocida entidad aseguradora.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 11 de noviembre de 2020