Txevi
Merchán
José María Merchán Illanes
07.07.1976
Sevilla
Juegos Olímpicos | Deporte | Categoría | Prueba | Resultado |
---|---|---|---|---|
2000 Sídney (Australia) | Triatlón | Masculina | Triatlón | No terminó |
Biografía de José María Merchán Illanes
La particular historia olímpica del triatlón comenzó a escribirse en Sídney 2000 con la disputa de una prueba espectacular, idónea para la bienvenida de este deporte a la órbita de los Juegos, en la que participaron tres españoles: Eneko Llanos, Iván Raña y el andaluz José María Merchán.
Hijo de Antonio y Mari Carmen y menor de dos hermanos –la mayor se llama Laura–, Txevi, como se le conocía en su época de deportista, nació el 7 de julio de 1976 en Sevilla. Ya en la infancia mostró una especial alegría en la práctica de las actividades físicas, como cualquier chico de su edad en aquellos años 80 de juegos, carreras y saltos en la calle. En el caso de Merchán, con 8 años esta actitud se canalizó a través de la natación, a raíz de unos cursillos de verano que él mismo le pidió a su padre. Aquellas “mis mejores vacaciones”, como las calificó José María, fueron el arranque de una rueda en movimiento que cada vez adquirió más velocidad y que llevó al trianero a ser preparado y dirigido consecutivamente por Antonio Molina, Paco Gascón –en el Club Natación Sevilla, su primer entrenador formal–, Marcos Mata –en el Club Natación Castalla– y, por último, Guti, en el Natación Canoe de Madrid, por el que fichó en septiembre de 1992.
En la capital estatal, comenzó una etapa de entrenamientos, estudios, sacrificio y lejanía de la familia que, con empeño y la ayuda de los técnicos, José María supo sobrellevar, aunque pronto el camino que todos predecían para él dio un giro brusco e inesperado. Sucedió que su propio entrenador le aconsejó presentarse ante Felipe Gutiérrez, técnico de triatlón del Canoe, al vislumbrar en él posibles capacidades para esta joven y novedosa modalidad deportiva.
Efectivamente, tras las primeras pruebas y con gran sorpresa de sus padres, el inexperto sevillano se entusiasmó con el deporte de los tres deportes y comenzó a labrarse su propio camino, siendo, todo hay que decirlo, protagonista de los albores de esta disciplina en España. Pronto, debido a su talento deportivo y trabajo, la Federación Española de Triatlón le otorgó una beca de estancia en la Residencia Joaquín Blume, convirtiendo desde ese momento su rutina en una mezcla de entrenamientos en la piscina del Canoe, alimentación, descanso en la residencia, tiempo con amigos como Benito de Torres y Juan Antonio Delgado, desplazamientos y competiciones.
En tales condiciones, se incorporó junto a Eneko Llanos y David Castro al equipo nacional júnior bajo la dirección técnica de Eduardo No Sánchez “Dudu” –más tarde su entrenador– y en 1995 debutó en una gran competición, tal fue el Campeonato del Mundo Júnior, en Cancún (México), donde los tres jóvenes se adjudicaron la medalla de plata por equipos y José María el puesto 13.º individual.
Al año siguiente (1996), hubo de nuevo medalla colectiva (oro) en el Campeonato de Europa Júnior de Duatlón celebrado en Mafra (Portugal) –Merchán acabó 10.º individual– y segunda presencia (puesto 14.º) en el Mundial júnior, disputado en Cleveland (Estados Unidos), en la despedida del andaluz de la categoría inferior a la elite.
Llegamos así al comienzo de la temporada 1997 en la que nuestro protagonista cumpliría los 21 años y se encontraba en el kilómetro cero de un largo periplo cuya meta no era otra que la participación en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. Un recorrido de cuatro años en el que todos los triatletas del mundo tenían un único objetivo: la suma de los puntos necesarios en competiciones internacionales (Copa del Mundo, Copa de Europa y pruebas de la Unión Internacional de Triatlón o ITU) para ser uno de los 50 privilegiados –luego serían 52– que competirían en el primer triatlón de la historia del Olimpismo.
Por tanto, en esta pequeña historia de cuatro años los elementos esenciales no fueron los dos triunfos en la Copa del Rey (1997 y 1998) que obtuvo el sevillano, ni el (discreto) debut en el Mundial elite (59.º en Lausana 1998), ni siquiera la medalla de bronce por equipos obtenida en el Campeonato de Europa de 2000. Pesaron más las clasificaciones en las pruebas de la Copa del Mundo, en la que debutó el 21 de septiembre de 1997 en Hamilton (Bermudas) y fue mejorando año tras año. Si el mejor puesto en 1997 fue el 39.º en Hamilton, en 1998 llegó al 28.º en Corner Brook (Canadá), en 1999 subió al 18.º en Montecarlo y en 2000 se superó a sí mismo con una extraordinaria 4.ª posición en Río de Janeiro.
Sin duda, el año 2000 fue el más decisivo, duro e intenso de su carrera deportiva, con viajes por todo el mundo en busca de los ansiados puntos, que terminaron llegando con puestos como el de Brasil y otros de gran valor: 16.º en Kona (Hawaii) y 10.º en Lausana, en pruebas de la Copa del Mundo; 2.º en Madeira (Portugal), 4.º en Kuala Lumpur (Malasia) y 5.º en Licán Ray (Chile), en pruebas ITU; y 25.º en el Campeonato de Europa celebrado en Stein (Holanda).
También hay que reseñar en las campañas anteriores clasificaciones como la 10.ª en Holambra (Brasil), en 1998, y la 6.ª en Holambra y la 5.ª en Coria (Badajoz), en 1999, en eventos de rango ITU.
Con los deberes cumplidos en el ámbito del ranking internacional, la designación del seleccionador nacional Eduardo No no se hizo esperar para grandísima alegría del deportista hispalense, su familia y el entorno técnico e institucional que le apoyaba.
Habiendo obtenido el título nacional absoluto –una semana antes, en Graus (Huesca)–, Merchán viajó a Australia concentrado en darlo todo en la cita del 17 de septiembre, en cuya mañana partió con el dorsal 9 para recorrer los 1.500 metros de natación, 40 kilómetros en bicicleta y 10.000 metros a pie que componen el triatlón olímpico. Cuadragésimo quinto clasificado al término del sector de natación, a un minuto y 9 segundos del líder, en el tramo en bicicleta sufrió una caída en la tercera vuelta al circuito y el impacto contra los adoquines le ocasionó una fractura de escafoides y radio en la mano derecha que le condujo a la retirada. Al día siguiente, fue operado en el Hospital Concorde de Sídney y llegó al aeropuerto de Sevilla con una llamativa escayola.
Recuperado de la lesión, José María Merchán afrontó el nuevo ciclo olímpico con energía y experiencia, habiéndose marcado el reto de resarcirse en Atenas 2004 de su amarga vivencia olímpica. Desde luego, ya conocía el camino para lograrlo y sin duda el período entre Juegos asistió a la mejor versión del sevillano, si bien la creciente competencia en España terminó suponiendo un hándicap.
En este nuevo período, nuestro biografiado asistió a los cuatro campeonatos mundiales celebrados –45.º en Édmonton 2001, 38.º en Cancún 2002, abandonó en Queenstown 2003 y 18.º en Madeira 2004–, subió dos veces al podio de los campeonatos de España –plata en 2002 y bronce en 2003– y no desentonó en los europeos –16.º individual y plata por equipos en Gyor 2002, 28.º en Karlovy Vary 2003 y 19.º en Valencia 2004. Además, formó parte del equipo español subcampeón del mundo de relevos en la edición específica celebrada en 2003 en Tiszaújváros (Hungría).
Por su parte, dentro del circuito de la Copa del Mundo, se situó 2.º en Cancún y 16.º en Corner Brook, en 2001; 9.º en San Petersburgo, 9.º en Niza y 3.º en Madeira, en 2002; 8.º en San Petersburgo, 11.º en Atenas y 13.º en Río de Janeiro, en 2003; y 10.º en Hamburgo, en 2004. Y en lo que respecta al resto de pruebas ITU, venció en Atenas y fue 5.º en Sevilla y 7.º en Estoril, en 2001; 5.º en Estoril y 2.º en Madrid, en 2002; y 4.º en Charleville, en 2003.
Completo y extenso palmarés que, sin embargo, no bastó para que los responsables técnicos de la Federación Española de Triatlón decidiesen incluirlo en el equipo nacional olímpico, al que sí accedieron Iván Raña y Eneko Llanos, los compañeros de Merchán en Sídney, y el advenedizo Javier Llobet, con un palmarés sensiblemente inferior al del andaluz.
A pesar de esta controvertida decisión federativa, José María se rehizo y emprendió la preparación del ciclo olímpico de Pekín 2008, cuyo primer año se saldó con una digna 26.ª posición en el Campeonato del Mundo de Gamagori (Japón) y puestos retrasados en las copas del mundo de Honolulu, Mazatlán (México) –24.º, el mejor–, Madrid, Salford (Reino Unido) y Hamburgo. No obstante, el 14 de marzo de 2006, al regreso a España de la world cup de Áqaba (Jordania), el honesto y sincero triatleta anunció la retirada del alto nivel competitivo debido a su falta de motivación para afrontar el día a día y la exigencia que requiere ser un deportista de elite.
En su despedida, expresó su deseo de seguir vinculado al triatlón, tratando de volcar sobre los jóvenes y aficionados su experiencia y, fundamentalmente, dedicarle más tiempo a su entonces esposa Rocío, padres y amigos, razones suficientes para que, después de 14 años de dedicación exclusiva, Txevi se fuese con la conciencia tranquila y el agradecimiento del deporte andaluz por su amistad, eterna sonrisa y humildad.
Efectivamente su primer deseo lo cumplió íntegramente, al presidir la Federación Andaluza de Triatlón desde diciembre de 2009 a julio de 2016, tiempo en el que profesionalizó la entidad, promocionó el triatlón, aumentó espectacularmente el número de pruebas y de triatletas federados, creó un centro de tecnificación y promovió subvenciones para deportistas y clubes.
Paralelamente, fundó el gimnasio y clínica deportiva Credus en el barrio de Sevilla Este, cuya dirección constituye su principal ocupación actual, además de ser patrono de la Fundación Andalucía Olímpica y llevar la dirección técnica del ADSevilla. Por lo demás, continúa viviendo en Sevilla junto a su hijo Javier y a su nueva pareja, la también triatleta Nieves Infante.
Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 10 de diciembre de 2020