Antonio Carlos
Ortega
Antonio Carlos Ortega Pérez
14.07.1971
Málaga
Juegos Olímpicos | Deporte | Categoría | Prueba | Resultado |
---|---|---|---|---|
2000 Sídney (Australia) | Balonmano | Masculina | Balonmano | Medalla de bronce |
2004 Atenas (Grecia) | Balonmano | Masculina | Balonmano | Puesto 7 |
Biografía de Antonio Carlos Ortega Pérez
Nacido el 14 de julio de 1971 en Málaga, Antonio Carlos Ortega es, sin lugar a dudas, el más brillante y laureado jugador de balonmano que Andalucía ha tenido, habiendo impuesto su corpulencia física y manifestado su extraordinario carácter competitivo en los dos clubes de su vida, el Maristas y el Barcelona, y en la selección nacional absoluta, donde sigue ostentando la 14.ª mejor tarjeta goleadora de todos los tiempos.
Hijo de Antonio e Isabel, el comienzo de su vida balonmanística se escenificó en el Colegio Hermanos Maristas de Málaga a la edad de 8 años, resultando fundamental en aquellos inicios la sabia mano del desaparecido Rafael Mesa, quien supo inocular en el pequeño Antonio las dosis necesarias de entusiasmo y diversión para que este quedase prendado de esta disciplina deportiva. Al año de práctica formativa, le fue expedida la primera licencia federativa por el club del propio colegio y pasó a las manos de su primer entrenador, Jorge Salas.
La calidad de nuestro biografiado y su capacidad para aprender y ejecutar en la pista lo aprendido eran tales que progresivamente fue escalando por las distintas categorías en la entidad malagueña bajo la tutela de Juanjo Fernández, con quien durante nueve temporadas conquistó diversos campeonatos de Málaga, Andalucía y España en las categorías cadete y juvenil. Así, de forma natural, llegó el momento en el que Antonio Carlos pasó al primer equipo, el Puleva Maristas, que militaba en el máximo nivel estatal, la División de Honor (actual Liga Asobal). Corría la campaña 1990-1991 y el cuadro andaluz, con Ortega en sus filas, mantuvo la categoría.
Otras tres temporadas (1991-1992, 1992-1993 y 1993-1994) pudo asistir la afición malagueña a las actuaciones del talentoso jugador, quien contribuyó no solo a la consolidación del equipo en la primera categoría sino incluso –los dos últimos años– al acceso a las eliminatorias por el título, siendo eliminado en cuartos de final por el Avidesa Alcira y el FC Barcelona, y a los cuartos de final de la Copa del Rey, donde los verdugos fueron el FC Barcelona y el Atlético de Madrid, respectivamente.
Llegada la hora de “volar” fue precisamente el club azulgrana el que se hizo con los servicios del jugador malagueño de 23 años en la campaña 1994-1995, dando comienzo a una relación y sintonía que duró 11 temporadas, hasta la 2004-2005, en las que su formidable rendimiento en la pista colaboró a la consecución de todos los éxitos posibles en el ámbito de club.
Atención al palmarés, pues, de la mano de Valero Rivera, con toda seguridad el entrenador de club con mayores éxitos en el deporte español. Antonio Carlos Ortega, integrando el denominado Equipo de Ensueño (Dream Team) barcelonista, triunfó dentro del ámbito doméstico en 6 ligas Asobal (1996, 1997, 1998, 1999, 2000 y 2003), 4 copas del Rey (1997, 1998, 2000 y 2004), 5 supercopas (1997, 1998, 2000, 2001 y 2004) y 5 copas Asobal (1995, 1996, 2000, 2001 y 2002). En el terreno de subcampeonatos, fue segundo en las ligas de 1995, 2001, 2002 y 2004, y en las copas del Rey de 1996, 1999, 2003 y 2005. A título individual, el andaluz fue dos veces máximo goleador del campeonato liguero (1992 y 1994) y se convirtió en el sexto jugador de la historia en superar la barrera de los 1.000 goles.
En el contexto continental, la supremacía del Barcelona fue rotunda con Ortega en sus filas, llegando a conquistar 6 ediciones de la Copa de Europa o Liga de Campeones (1996, 1997, 1998, 1999, 2000 y 2005), una Recopa (1995), una Copa EHF (2003) y 4 supercopas (1997, 1998, 1999, 2000 y 2004). En 2001 fue subcampeón de la Liga de Campeones y en 2002 de la Copa EHF.
Tan impecable trayectoria de club y, fundamentalmente, su rol protagonista en el Barcelona tuvo su evidente traslado en la presencia de Antonio Carlos en la selección española absoluta, aunque antes de ello ya había abonado el camino siendo en 38 ocasiones internacional júnior (153 goles), no así internacional juvenil.
El primer partido con la camiseta nacional júnior lo disputó el 12 de junio de 1990 en la localidad francesa de Pouzin, un España-Dinamarca perteneciente al Torneo Internacional de Francia. Con tal formación, participó además en 1991 en los Juegos Mediterráneos de Atenas (puesto 7.º), la primera Concentración Olímpica de la Juventud, en León, y el Campeonato del Mundo, también en Atenas, donde sus siete goles no fueron suficientes para lograr la medalla de bronce que se adjudicó la URSS en la final de consolación (25-27). Ya en 1992, se despidió del equipo júnior en el Torneo Internacional de Siracusa, en Italia.
El debut con el conjunto nacional absoluto sucedió el 13 de junio de 1993 en partido clasificatorio para el Campeonato de Europa celebrado en Castellón y que enfrentó a España y Chipre (32-13), siendo entrenador José María Cruz Ibero. Este estreno fue el inicio de una integración progresiva en la selección española a partir de 1994, cuando sumó las siguientes internacionalidades en el XVIII Torneo Internacional de España, en Cuenca, y en los Juegos de la Buena Voluntad, en San Petersburgo (Rusia). En 1995, fue convocado para la Super Copa de Naciones en Alemania y, tras un año de ausencia, en 1997 tomó carta de naturaleza su rol de pieza casi insustituible en el combinado español debutando en el Campeonato del Mundo, en Japón, donde España alcanzó la 7.ª plaza.
Otras tres veces, para un total de cuatro, acudiría el fornido andaluz a los mundiales, a saber, Egipto 1999 (puesto 4.º), Francia 2001 (5.º) y Portugal 2003 (4.º), perdiendo en dos de ellos el partido por la medalla de bronce ante Yugoslavia y Francia, respectivamente.
Ortega se estrenaría en el Campeonato de Europa en Italia 1998 adornando su primera comparecencia con una excelente medalla de plata, luego de perder la final frente a Suecia (23-25), en Bolzano. En tres ocasiones pisaría el malagueño las pistas del europeo, repitiendo en Croacia 2000 (medalla de bronce) y Suecia 2002 (7.º), y renunciando a Eslovenia 2004 para recuperarse de una lesión en la rodilla derecha –tendinitis rotuliana crónica– de la que fue intervenido en quirófano.
Pero donde la estrella de Antonio Carlos brilló con luz propia fue en los Juegos Olímpicos, a los que viajó por vez primera en 2000 convocado por el seleccionador nacional Juan de Dios Román Seco y en compañía de Alberto Urdiales, Andrei Chepkin, Antonio Ugalde, David Barrufet, Demetrio Lozano, Enric Massip, Iñaki Urdangarín, Josu Olalla, Jordi Núñez, Juancho Pérez, Mateo Garralda, Rafael Guijosa, Talant Duyshebayev y Xavier O’Callaghan.
En el torneo olímpico de Sídney, celebrado en el Complejo de Exhibiciones del Parque Olímpico de la capital de Nueva Gales del Sur del 16 al 30 de septiembre y con 12 equipos en liza, Ortega contribuyó con 31 goles a la formidable medalla de bronce lograda por el conjunto español, luego de terminar 3.º en la fase de grupos –victorias ante Túnez (24-22), Australia (39-23) y Eslovenia (31-28) y derrotas frente a Francia 23-25) y Suecia (27-28)–, ganar en el cruce de cuartos a Alemania (27-26), perder claramente en semifinales ante Suecia (25-32) y terminar imponiéndose a Yugoslavia (26-22) por el bronce, con la mejor marca goleadora del andaluz (7 tantos).
Cuatro años después y una vez recuperado –al menos para jugar a un buen nivel– de la ya referida lesión, César Argilés le llamó para integrar de nuevo el equipo olímpico español junto a los veteranos Barrufet, Duyshebayev, Garralda, Pérez y O’Callaghan, y los nuevos Jon Belaustegui, Manuel Colón, Alberto Entrerríos, Juanín García, Fernando Hernández, José Javier Hombrados, Demetrio Lozano, Iker Romero y Rolando Uríos. Esta vez el quince nacional, tras una mejor primera fase –triunfos frente a Corea del Sur (31-30), Islandia (31-23), Rusia (29-26) y Eslovenia (41-28) y una sola derrota a manos de Croacia (22-30)–, perdió en cuartos de final las opciones de subir al podio. Alemania devolvió la derrota de Sídney y llevó (30-32) a los españoles a tener que consolarse con la lucha por la 5.ª plaza, fase en la que les superaron los franceses (27-29) y cerraron el torneo (7.ª posición) ganando otra vez a los surcoreanos (31-24) el 28 de agosto en el Pabellón ateniense de Helliniko.
Nuestro biografiado no lo sabía entonces pero aquel choque ante los asiáticos fue su último partido con la camiseta nacional. Tras estos Juegos, prosiguió su vida de club en el Barcelona, pero los dolores en la rodilla fueron in crescendo hasta el punto de obligarle a tomar la decisión de retirarse a los 32 años, cosa que anunció el 21 de abril de 2005 en una emotiva rueda de prensa junto al presidente culé, Joan Laporta. Su último partido oficial había sido el 16 de marzo, en duelo liguero ante el Torrevieja. Se retiraba con un balance de 15 temporadas en División de Honor –4 con el Maristas de Málaga y 11 con el Barcelona– y 11 años con la selección, habiendo sumado 144 partidos internacionales y 507 goles con la misma. En 2007 ingresó en la Real Orden del Mérito Deportivo, en la categoría de medalla de plata y en 2000 recibió el Premio Andalucía de los Deportes.
Sin embargo, en su caso, el final de la etapa de jugador fue el principio de una exitosa carrera de entrenador, la cual, con el título de entrenador nacional, ya había comenzado la misma temporada 2004-2005 llevando al equipo infantil barcelonista al título de campeón de España. Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y diplomado en Relaciones Laborales –nunca dejó de lado los estudios–, empezó su dedicación exclusiva a los banquillos en su tierra natal, firmando contrato con el Balonmano Antequera en la campaña 2005-2006 y llevando al joven equipo malagueño al primer puesto en la División de Honor B y al consiguiente ascenso a la Liga Asobal.
Ese sería el primero de los seis cursos balonmanísticos que dirigió técnicamente los destinos del club antequerano, sobresaliendo en dicho periplo la permanencia continuada en la máxima categoría nacional –el puesto 9.º en la 2007-2008 fue la mejor posición– así como la disputa en dos ocasiones de los cuartos de final de la Copa del Rey (2008 y 2010). Al término de la temporada 2010-2011, Ortega abandonó la entidad malagueña, en clara decadencia económica –descendió y desapareció al año siguiente–, y, tras un año de inactividad, aceptó una interesantísima oferta para entrenar al MKB Veszprém húngaro.
De esta forma, Antonio Carlos se instaló en Budapest en el verano de 2012 para afrontar la campaña 2012-2013 en la liga magiar, a la que sucedieron dos más: 2013-2014 y 2014-2015. En los tres ejercicios, el técnico andaluz vio cómo su equipo se imponía en la liga y la copa estatales y, en las dos últimas, cómo llegaba a la final a cuatro de la Liga de Campeones, siendo subcampeón en 2015, precisamente derrotado por el Barcelona.
En septiembre de 2015, apenas inaugurado el cuarto año de Antonio en Hungría, fue destituido de su cargo, poniendo fin a una singladura exitosa si bien llena de tensiones por la exigencia de resultados y la difícil relación con algunos jugadores. No obstante, como su cotización como entrenador había subido claramente, a la salida del Veszprém no le costó al malagueño encontrar nuevos retos.
Así, en enero de 2016 aceptó el cargo transitorio de seleccionador de Japón para el Campeonato de Asia celebrado la segunda quincena de ese mes en Bahréin y donde, con la medalla de bronce, el combinado nipón lograba la clasificación para el Campeonato del Mundo. Posteriormente, el 1 de febrero, firmó contrato como entrenador del KIF Kolding de Copenhague (Dinamarca), club en el que permaneció hasta el final de la temporada 2015-2016 y la totalidad de la 2016-2017.
Actualmente, Antonio Carlos Ortega es entrenador del TSV Hannover-Burgdorf alemán, en cuyo banquillo debutó en la campaña 2017-2018 en la Bundesliga, la considerada liga más profesional e importante del balonmano mundial. Tras lograr la 6.ª plaza en su debut, en la tercera temporada (2019-2020) llevó al equipo hasta la 4.ª, todo un hito para el conjunto de Hannover, al que además ha clasificado tres veces para la final a cuatro de la Copa y dos para competiciones europeas. En la capital de Baja Sajonia reside, pues, con su mujer, María, y sus cuatro hijos, Carlos, Manuel, Ricardo y Catalina, dos de los cuales juegan al balonmano siguiendo los pasos de nuestro protagonista.
Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 11 de noviembre de 2020