Ana
Pérez
Ana Pérez Campos
14.12.1997
Sevilla
Juegos Olímpicos | Deporte | Categoría | Prueba | Resultado |
---|---|---|---|---|
2016 Río de Janeiro (Brasil) | Gimnasia_Artística | Femenina | Concurso general | Puesto 36 |
2016 Río de Janeiro (Brasil) | Gimnasia_Artística | Femenina | Asimétricas | Puesto 55 |
2016 Río de Janeiro (Brasil) | Gimnasia_Artística | Femenina | Barra de equilibrios | Puesto 43 |
2016 Río de Janeiro (Brasil) | Gimnasia_Artística | Femenina | Salto | Puesto 61 |
2016 Río de Janeiro (Brasil) | Gimnasia_Artística | Femenina | Suelo | Puesto 55 |
Biografía de Ana Pérez Campos
Una gimnasta convencida de lo que está haciendo, que sabe que para llegar a su objetivo tiene que pasar por días de entrenamiento muy duros, y lo acepta y pide más. Inconformista. Así definió la seleccionadora nacional, Lucía Guisado, a la nueva perla de la gimnasia andaluza y española, cuando comenzó a conocerla a su llegada al Centro de Alto Rendimiento de Madrid. Una deportista que en menos de tres años discurrió de la retirada a estar en unos Juegos Olímpicos, una proeza que, en este deporte, constituye casi una imposibilidad.
Nacida el 14 de diciembre de 1997 en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, hija de Florentino y Ana María, la benjamina de la familia Pérez Campos –su hermano Alberto es dos años mayor– tomó contacto con el deporte, como cualquier niña de su edad, en el colegio, el CEIP Isbilya del barrio de Sevilla Este en el que completó la enseñanza infantil y primaria.
En esa época, su primera actividad extraescolar fue el aprendizaje del baile de sevillanas hasta que la gimnasia se topó en su camino cuando contaba con seis años de edad, en el mes de mayo de 2004. Sucedió acompañando a sus padres al Complejo Deportivo Municipal de Hytasa para recoger al primogénito, que allí practicaba gimnasia artística masculina. Así, de una forma casual, de ver a las niñas ejecutar movimientos a través del cristal, surgió el impulso de imitarlas y la solicitud insistente a sus padres de que la inscribieran en la escuela del centro.
Efectuado el ingreso, en poco tiempo las aptitudes de Anita llamaron la atención de las entrenadoras Paqui Parejo y Guadalupe García, quienes propusieron que la pequeña pasase en la temporada 2004-2005 al grupo de competición, lo que implicaba entrenar tres horas diarias de lunes a viernes y el alta federativa como miembro del Club Deportivo Gimnástico Hytasa. Este nuevo escenario trajo consigo una larga primera época muy adversa, plagada de lesiones consecutivas –hasta cinco fracturas en ambos brazos– que apenas le dejaron competir. Solo pudo brillar en el Campeonato de Andalucía de 2006, en Bollulos Par del Condado (Huelva), donde se proclamó subcampeona en categoría benjamín y subió al podio en los cuatro aparatos (salto, asimétricas, barra y suelo).
Tras este éxito sobrevino en septiembre de 2006 la quinta lesión, que significó un punto de inflexión en su carrera deportiva. Pese a tener el brazo escayolado y no poder entrenar, su pasión por la gimnasia le hacía ir cada día a ver los entrenamientos para estar al lado de sus compañeras, un gesto que no pasó desapercibido para sus padres, quienes buscaron soluciones para prevenir más incidentes sin que abandonase la gimnasia, como personas de su entorno sugirieron. En alianza con el fisioterapeuta Rafael Castaño Torres y Paqui Parejo decidieron tenerla apartada de los aparatos todo un año, si bien siguiendo un programa específico de recuperación en el que no perdía el contacto con el entorno gimnástico, siendo auxiliada por un preparador físico, Fidel Gutiérrez Otegui, y la terapeuta Inmaculada Omeac, del Centro Andaluz de Medicina del Deporte.
En tales condiciones, en septiembre de 2007 regresó a los entrenamientos de una forma efectiva y no traumática, y en 2008 volvió a competir en el IV Trofeo Sevilla que organiza su club. Asimismo, fue seleccionada para representar a Andalucía en el Campeonato de España de Selecciones Autonómicas celebrado en Mallorca –su primera competición oficial nacional– y formó parte del equipo alevín del Hytasa en el Campeonato de España de Clubes llevado a cabo en junio en Mérida (puesto 4.º). Individualmente, concurrió en el mes de julio al Campeonato de España Individual, celebrado en Tafalla (Navarra), logrando la 17.ª posición en el concurso general alevín.
Habitual campeona de Andalucía en los años posteriores, la primera medalla nacional de Anita no llegó hasta la temporada 2012, cuando en el Campeonato de España Individual –en Valladolid– se adjudicó el bronce en salto dentro de la categoría 7 (vía olímpica), en cuyo concurso general terminó en el 5.º puesto. Este resultado y las gestiones de sus entrenadoras motivaron que Ana Pérez comenzase a viajar a Madrid para ser controlada por el cuerpo técnico del equipo nacional. Esta supervisión, el enorme esfuerzo realizado y su actuación en el Nacional individual de 2013 –en Valencia– ya dentro de la categoría sénior (10.ª en la clasificación general) le ocasionaron la concesión de una beca para vivir en la Residencia Joaquín Blume de Madrid y entrenar en el CAR con los técnicos del equipo nacional. Un deseo y un sueño cumplidos, pero también una necesidad, pues, de no haberlo conseguido, el planteamiento de la retirada –al haber llegado al tope de su progresión en el entorno del Hytasa en Sevilla– era un hecho ya reflexionado.
Confirmada la beca el 27 de diciembre de 2013, Ana Pérez, con 16 años recién cumplidos, marchó a Madrid el 7 de enero de 2014 para empezar una nueva vida en la que todo giraba sobre el entrenamiento (42 horas a la semana) y los estudios (25) –causó baja en el IES V Centenario de Sevilla Este y alta en el IES Ortega y Gasset de Madrid–, una rutina que, lejos de los suyos, resultó muy dura en su primera temporada. “Estoy a años luz de lo que hacen estas niñas del CAR”, confesó a su padre.
No obstante, la dedicación, disciplina y tesón fueron las armas empleadas por Anita para superar las primeras dificultades y ganarse, contra todo pronóstico, una plaza para el Campeonato de Europa Absoluto de 2014, celebrado en Sofía (Bulgaria) del 12 al 18 de mayo, a la sazón, su debut con el equipo nacional y el comienzo de una trayectoria meteórica y ascendente en la que ninguna competición de nivel se le ha resistido.
Así, ha competido en cinco ediciones del Campeonato del Mundo, con los siguientes resultados: 79.ª individual y 15.ª por equipos en Nanning 2014, 76.ª individual y 17.ª por equipos en Glasgow 2015, 20.ª individual en Montreal 2017, donde por primera vez se clasificó para la final luego de ser decimocuarta en la calificación, 23ª individual y 18ª por equipos en Doha 2018 y 32ª individual y 12ª por equipos en Stuttgart 2019.
En el ámbito continental, ha asistido a tres ediciones del Campeonato de Europa de Gimnasia Artística Femenina y dos del Campeonato de Europa de Gimnasia Artística Individual. En el primer certamen, acabó 118.ª individual y 6.ª por equipos en Sofía 2014, 18.ª individual y 10.ª por equipos en Berna 2016 y 7ª por equipos en Glasgow 2018; en el segundo, concluyó en 14.ª posición en Montpellier 2015 y en 13.ª en Cluj 2017. Asimismo, participó en los Juegos Europeos de Bakú 2015, donde se clasificó 36.ª en la general individual y 12.ª por equipos.
En otras competiciones, cabe destacar la medalla de bronce en barra de equilibrio y la 7.ª plaza en salto en la Copa del Mundo de Cottbus 2015, el 7.º puesto por equipos y el 10.º individual en el Torneo de Gante 2015, la 4.ª posición por equipos y la 15.ª individual en la Copa Novara 2015, la 6.ª plaza individual en el Abierto Mexicano 2015, el 4.º puesto en el concurso general en la Copa del Mundo de Londres 2017 y las dos medallas de bronce, en concurso general y por equipos, en los Juegos Mediterráneos de Tarragona 2018.
Por último, en España, la sevillana se ha proclamado cuatro veces campeona nacional absoluta: en Cáceres 2015 –medalla de oro en suelo y salto y plata en barra de equilibrios–, Valladolid 2017 –oro en suelo y salto, y bronce en asimétricas y barra de equilibrios–, Guadalajara 2018 –oro en asimétricas y plata en suelo y salto pese a venir de una operación de su mano izquierda– y Valencia 2019 –oro en suelo, asimétricas y barra de equilibrios y plata en salto. En Guadalajara 2016, obtuvo la medalla de bronce general, a las que sumó dos oros (asimétricas y suelo) y una plata (salto) en aparatos.
Falta en esta glosa, obviamente, la presencia de la hispalense en los Juegos Olímpicos, logro que la consagra como parte importante de la historia del deporte andaluz y que devuelve a la actualidad a la gimnasia artística andaluza, ausente de las Olimpiadas desde la participación de Juan de la Casa en Moscú 1980.
No cabe duda de que fue un éxito bregado, por cuanto en el Mundial de 2015 el equipo español había perdido la clasificación olímpica colectiva –reservada a las 16 primeras formaciones– con un 17.º puesto que, sin embargo, otorgaba una plaza en el concurso individual. Quedaba por decidir quién la ocuparía y para ello la federación designó como escenario el Preolímpico Mundial de Río de Janeiro, en abril de 2016, cuatro meses antes de los Juegos, y como aspirantes a las dos primeras clasificadas en el Campeonato de España del año anterior, esto es, Ana Pérez y la madrileña Paula Vargas, más la balear Claudia Colom. Lesionada Vargas, el mano a mano restante cayó del lado de la sevillana, quien terminó el preolímpico en 18.ª posición, por delante de Colom, y cumpliendo el requisito impuesto por la federación española de concluir entre las 24 primeras del torneo.
De esta forma, con la intención de “disfrutar de los Juegos y la competición” y el objetivo de entrar en la final de 24 gimnastas, Ana Pérez, con el apoyo de su familia desde la grada, debutó en las Olimpiadas el 7 de agosto de 2016 efectuando el ejercicio de suelo de la ronda de calificación en el Arena Olímpica de Río de Janeiro, sede de la gimnasia. Con una puntuación de 13.133 en suelo (55.ª), 13.633 en asimétricas (55.ª), 13.933 en salto (61.ª) y 13.600 en barra (43.ª), la andaluza sumó un global de 54.299 que la condujo a la 36.ª posición entre 61 gimnastas, a solo 1.034 de la italiana Vanessa Ferrari, la última calificada para la final. “Ha sido increíble estar en el mismo grupo de Catalina Ponor –tres veces campeona olímpica y una de las gimnastas a la que Ana más admira– y en general una experiencia inolvidable estar en los Juegos. Mejor de lo que me habían contado, de lo que había imaginado y de lo que había soñado”.
Una experiencia inolvidable pero no irrepetible, y es que el equipo español que compitió en el Mundial de Stuttgart en octubre de 2019 –Roxana Popa, Cintia Rodríguez, Alba Petisco, Marina González, Alba Asencio y nuestra Anita– selló la clasificación para los Juegos de Tokio 2020, retrasados por la pandemia al año 2021. La sevillana, pues, continúa viviendo y entrenando en la Blume de Madrid dando pasos de gigante hacia su segunda participación olímpica.
Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 20 de noviembre de 2020