José
Pinillo
José Manuel Pinillo Antolín
08.03.1902
Sevilla
Juegos Olímpicos | Deporte | Categoría | Prueba | Resultado |
---|---|---|---|---|
1924 París (Francia) | Natación | Masculina | 100 libre | Puesto 29 |
1924 París (Francia) | Natación | Masculina | 4x200 libre | Puesto 13 |
Biografía de José Manuel Pinillo Antolín
El primer nadador andaluz en alcanzar el privilegio de concursar en unos Juegos Olímpicos fue este sevillano nacido en la calle de las Sierpes el 8 de marzo de 1902 y cuya infancia transcurrió en Cádiz, ciudad desde la que su familia se trasladó a Barcelona de modo definitivo siendo él muy joven.
En la capital barcelonesa, donde permanecería el resto de su vida, José conoció la natación, deporte y entorno en el que se convirtió en todo un personaje por la calidad de sus marcas, su carisma y compromiso y labor desarrollada –primero como nadador y luego como técnico– en el seno del club donde creció, que no fue otro que el Club Natación Barcelona, la entidad decana de la natación española, constituida en 1907.
Pepe, como se le llamaba, junto a otros jóvenes de edad parecida, fue curtiéndose en las pruebas sociales que el club organizaba y también en aquellas pocas tuteladas por la recién creada federación catalana (1921) y que tenían como escenario playas y muelles o la piscina del CN Sabadell, allí donde se habían preparado los españoles que participaron por primera vez en natación en unos Juegos Olímpicos, los de Amberes 1920. Esta situación, sin embargo, cambió cuando en 1923 el Club Natación Barcelona (CNB) inauguró su piscina cubierta de la Escollera, que desde ese momento se convirtió en el epicentro de la natación barcelonesa, catalana y española.
Hay que indicar que el contexto natatorio competitivo estatal de la época era bien pobre y se articulaba básicamente en los llamados festivales de natación que se organizaban por distintos puntos de la geografía española en los espacios acuáticos habilitados, como era el caso de los festivales de Santander –que se hacían en el puerto–, las competiciones sociales del Club Deportivo Bilbao –en el río Abra– o las del CD Fortuna, en el muelle del puerto donostiarra. Los primeros campeonatos de Cataluña (1918) se desarrollaron en el varadero del puerto de Barcelona, en tanto que en el propio puerto se llevó a cabo la Copa Nadal desde 1908 y la propia Travesía del Puerto desde 1926. La Copa de Navidad –instaurada en 1907– fue organizada por el CNB en el mar hasta tener la piscina.
Asimismo, hay que indicar que la Federación Española de Natación Amateur (FENA) fue constituida en 1920 por impulso del marsellés Bernardo Picornell, cofundador del CNB junto a Manuel Solé, propietario del Gimnasio Solé de Montjuich. Los campeonatos de España de natación celebraron su primera edición en 1907, organizados por dicho gimnasio y teniendo como escenario el puerto de Barcelona. Posteriormente, de 1908 a 1921 fueron organizados consecutivamente por el Club Natación Barcelona, sobre todo en el puerto, aunque dos años se concentraron en el varadero y uno en la playa. En 1922 se llevaron a cabo por primera vez fuera de Barcelona: el Club Natación Alicante los efectuó en el puerto alicantino. A continuación, tuvieron lugar en el puerto de Gijón, dársena de San Sebastián, muelle de Arriluce en Guecho y definitivamente en 1926 retornaron a Barcelona para disputarse, por vez primera, en una piscina, que no fue otra que la Escollera.
Estas fueron las condiciones y circunstancias que disfrutó y sufrió nuestro andaluz José Manuel Pinillo para progresar en su empeño deportivo de nadar y nadar cada vez más rápido. Bajo la tutela técnica de Rómulo Bosch y el dirigente Picornell, Pepe, del que recuerdan su carácter alegre y benevolente y gran fortaleza física, se convirtió en un excelente nadador de velocidad y un magnifico estilista del nado libre, a pesar de sus problemas e irregularidades en las salidas y virajes. El “nadador ultra relámpago”, como lo definió un periodista local.
En el XVI Campeonato de España celebrado del 22 al 25 de julio de 1922 en Alicante, Pinillo efectuó su presentación pública a nivel estatal conquistando a sus 20 años los primeros de los siete títulos nacionales que atesoró a lo largo de carrera deportiva. Ganó los 100 metros libre con un tiempo de 1:16.6 y la prueba de relevos 5×50 libre con sus compañeros del CNB Fábregas, Trueta, Peredejordi y Gibert, batiendo el récord de España con 2:47.4. En la edición de 1923, organizada por el CN Gijón, cayeron otras dos medallas de oro para el sevillano, ambas en pruebas colectivas: 5×50 libre (junto a Tusell, Berdemás, Peredejordi y Bretos) y 4×200 libre (con Berdemás, Bretos y Peredejordi). Devenido en nadador de postín y de gran popularidad, José Manuel entró de lleno en la órbita de seleccionables para las Olimpiadas de 1924.
La reflexión sobre la aventura española en el torneo de natación de los Juegos de Amberes 1920 había deparado en los círculos natatorios la conclusión de que una competición de tan altísimo nivel no se podía preparar de cualquier forma y que era necesario comenzar una preparación específica con la antelación suficiente, aun siendo conscientes de que el papel de los nadadores españoles, debido al retraso del país en materia deportiva, no sería muy halagüeño. Por tal motivo, la FENA contrató en 1923 a un técnico con conocimientos y experiencia suficientes para planificar y preparar la participación en París 1924, el entrenador belga Felicien Courbet, ex plusmarquista mundial de braza y quien, en su lista de seleccionables, incluyó a Pinillo.
En abril de 1924, a tres meses de los Juegos, la preparación entró en una fase de gran actividad, concentrada en la piscina de la Escollera por acuerdo entre la FENA y el CNB, con los llamados entrenos oficiales pre-olímpicos bajo la dirección de Courbet, lo cual provocó necesariamente un estricto calendario de uso de la piscina para que esta pudiese albergar la actividad de los deportistas de elite –había nadadores, waterpolistas y saltadores– y las propias del club. Como curiosidad, indicar que los entrenamientos se llevaron a cabo todos los días laborables de 7 a 9 de la noche y, en concreto, Pinillo pudo hacerlo los lunes y viernes, como seleccionable en 100 libre, y los miércoles, con sus nueve compañeros del relevo 4×200 libre.
Esta preparación, más exhaustiva y rigurosa, estimuló a los nadadores y, en los meses precedentes a la partida hacía París, se batieron en el vaso de la piscina barcelonesa algunos récords nacionales, destacando Pinillo, quien se apuntó los de 100 y 200 libre, con tiempos de 1:10.2 y 2:47.8, llevados a cabo el 18 de mayo y 17 de junio, respectivamente. No obstante, hay que indicar que la Escollera era una piscina de 33,33 metros de longitud y de agua salada, lo que favorecía a los nadadores aun a sabiendas de que en París se encontrarían con una piscina de 50 metros y agua dulce.
Aquellas plusmarcas terminaron de convencer al seleccionador nacional y José Manuel Pinillo, a sus 22 años, compuso la expedición española que compitió en la piscina de Tourelles dentro de los Juegos de la VIII Olimpiada de París 1924.
En el vaso parisino, donde se estrenaban corcheras para separar las calles, el andaluz debutó el 18 de julio en la prueba de relevos 4×200 metros junto al madrileño Pedro Méndez y los catalanes Ramón Berdemás y Julio Peredejordi. El cuarteto no logró pasar a la final de seis al quedar clasificado 4.º en la primera serie de la primera ronda con el peor tiempo (12:21.2) de los 13 equipos participantes. Estados Unidos venció con 9:53.4.
Al día siguiente, Pinillo fue igualmente eliminado en las series de 100 metros libre al ser 5.º y último en la quinta carrera, con un tiempo de 1:14.2. El mejor de los 30 competidores fue el futuro Tarzán en las pantallas de cine, Johnny Weissmuller, quien firmó 59 segundos exactos en la final.
Al regreso de París, el andaluz y sus compañeros de club participaron en un festival post-Juegos organizado por el CN Barcelona con la presencia del equipo olímpico húngaro. Asimismo, el 15 de agosto, el sevillano hizo suyo un nuevo récord de España, el de 50 libre, al marcar 30 segundos exactos en Barcelona.
Excepción hecha de la participación olímpica, el gran momento de Pepe Pinillo correspondió a la temporada de 1925. En los campeonatos de España de Guecho (Vizcaya) se alzó con sus tres últimas medallas de oro: 100 libre (1:09.4), 400 libre (6:18.8) y relevo 4×200 libre, en compañía de Farrés, Basté y Berdemás. Igualmente se impuso por primera y única vez en la Copa de Navidad –con récord de la prueba (2:48.3)–, por segunda ocasión en el Gran Premio de Pascua –campeón en 1924– y continuó siendo el hombre récord de la natación española mejorando marcas y/o haciéndose con nuevas en los “intentos de récord” que se organizaban y anunciaban en su club y que tanta expectación social despertaban.
Como resumen, destacar que el nadador hispalense batió 25 récords de España, 11 en pruebas individuales y 14 en relevos, todos ellos en Barcelona salvo los que se indiquen. En 50 libre, cinco veces, desde el 30.0 (15-8-1924) al 28.8 (19-8-1928). En 100 libre, tres veces, desde el 1:10.2 (18-5-1924) al 1:07.4 (25-7-1925, Tarragona). En 200 libre, batió el récord (2:47.8) el 17 de junio de 1924 y lo mejoró (2:46.2) el 11 de junio de 1925. En 300 libre, lo batió (4:26.0) una sola vez, el 19 de septiembre de 1925.
En pruebas colectivas, participó en cinco récords de 4×50 estilos haciendo la posta libre, comenzando con 2:34.8 el 25 de julio de 1925 y dejándolo en 2:22.0 el 25 diciembre de 1927, junto a Brull, Castro y Vila-Mayans. En la exótica prueba de 5×50 libre batió en ocho ocasiones el tope nacional con sus compañeros del CN Barcelona –empezando el 22 de julio de 1922 en Alicante (2:47.4)– y definitivamente lo mejoró una novena y última vez el 7 de mayo de 1932 cuando marcó 2:23.6 como integrante del equipo nacional, formado por Miquel, González, Sabata, Parés y Pinillo, durante el IV Match Francia-España celebrado en la piscina del CN Barcelona.
Esta fue la tercera y última internacionalidad de Pinillo –a sumar a las dos zambullidas olímpicas–, quien no optó a las plazas del relevo 4×200 libre que España envió, como única representación, a los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928. Por entonces nuestro biografiado, que no se presentó a las pruebas de cronometraje que el Comité Olímpico Español llegó a cabo en la piscina del asilo de Barcelona en el mes de julio, ya compatibilizaba el deporte con la profesión de agente en la casa Chevrolet de Barcelona.
Por cierto, ese año de 1928, Pepe Pinillo fue protagonista involuntario de otra noticia, fruto de un macabro bromista y de un periodista de El Noticiero Universal que no verificó convenientemente la información, pues en este diario se publicó en marzo que el nadador había fallecido, lo cual produjo un gran revuelo en la ciudad.
Retomando el relato estrictamente deportivo, luego de su comparecencia con el equipo nacional en la primavera de 1932, el andaluz cerró el año el 9 de noviembre participando –medalla de bronce en 50 libre, con un tiempo de 29.6– en los festivales de natación conmemorativos del XXV aniversario del Club Natación Barcelona, un encuentro que contó con la presencia de competidores de Portugal, Alemania, Francia, Checoslovaquia, Austria, Italia y España y que, debido al nivel de los mismos, El Heraldo de Madrid lo calificó entonces como “uno de los acontecimientos deportivos más trascendentales de cuantos hayan tenido lugar jamás en España”.
Muy posiblemente José Manuel Pinillo se retiró de la práctica activa de la natación en 1933 para comenzar una nueva etapa como entrenador del CN Barcelona de forma unívoca, pues ya había conjugado anteriormente el doble rol de técnico y deportista. Pepe asumió el cargo de “coentrenador”, ya que compartió galones con el prestigioso técnico suizo Ernesto Speisegger, y se mantuvo en “su” casa del CNB hasta marzo de 1935, cuando la entidad catalana le tributó un homenaje de despedida, pues había tomado la decisión de marchar al extranjero. No obstante, tales planes nunca se llevaron a efecto ya que recibió una oferta por parte del CN Las Arenas valenciano para ser su entrenador titular, coincidiendo que en septiembre de ese año este club organizaba por primera vez el Campeonato de España, en su flamante nueva piscina de 50 metros. Aceptado el ofrecimiento, en mayo de 1935 Pinillo mudó a Valencia para asumir sus nuevas responsabilidades, en las que se mantuvo hasta el estallido de la Guerra Civil en julio de 1936.
Concluida la contienda, el deporte español se reactivó con lentitud y de forma desigual. En concreto, la natación catalana, otrora puntera en el concierto nacional, sufrió un notable declive que motivó a Pepe Pinillo a volver al deporte para contribuir al necesario auge. Así, cuando en agosto de 1943 el CN Cataluña se hizo cargo de la gestión de la piscina pública de la Travesera, en el Barrio de Gracia, y se antojó imprescindible la figura de un director técnico para la planificación de la nueva actividad que iba a desarrollarse en la instalación, el elegido para ello fue Pepe Pinillo.
Nuestro andaluz, ahora entrenador, ayudó, sin duda, al crecimiento de este club, a la composición de su personalidad y a la formación de nuevos valores de la natación. Se decía de él que era un entrenador que sabía atraerse a los nadadores, con carisma y simpatía.
Tras luengos años en el CN Cataluña, Pinillo recaló en los años 60 en el CN Pueblo Nuevo, también en Barcelona, ciudad en la que murió el 8 de septiembre de 1968, a la edad de 66 años.
Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 1 de diciembre de 2020