Javier
Pascual
Javier Pascual Núñez
06.03.1953
Madrid
Juegos Paralímpicos | Deporte | Categoría | Prueba | Resultado |
---|---|---|---|---|
1988 Innsbruck (Austria) | Esquí alpino | Masculina | Gigante LW4 | Puesto 12 |
1988 Innsbruck (Austria) | Esquí alpino | Masculina | Eslalon LW4 | Puesto 13 |
1992 Albertville (Francia) | Esquí alpino | Masculina | Descenso LW4 | No terminó |
1992 Albertville (Francia) | Esquí alpino | Masculina | Gigante LW4 | No terminó |
1992 Albertville (Francia) | Esquí alpino | Masculina | Eslalon LW4 | Descalificado |
Biografía de Javier Pascual Núñez
Cuando en 1985 la Federación Española de Deportes para Minusválidos (FEDM) aceptó la invitación de su homóloga francesa para enviar un equipo al Campeonato de Francia abierto de esquí de esa temporada, la nómina de aspirantes era bien reducida. Se contaban con los dedos de una mano los practicantes de esquí adaptado en España y, con los dedos de la otra, los años de experiencia del conjunto. Básicamente, dos en Cataluña, Eduardo Norberto y Jordi Faurat, y tres en Granada, el fondista Miguel Ángel Pérez Tello y los alpinos Pepe Bombillar y Javier Pascual Núñez. Finalmente, los elegidos fueron Norberto, Pérez y Pascual, quien recuerda la gran acogida y el excelente trato recibido. “Allí empezaron las competiciones para los esquiadores españoles, en Francia –desde 1968 se celebran sus campeonatos nacionales handisport–, ya que en España, por entonces, no había nada”.
Javier Pascual Núñez nació en Madrid el 6 de marzo de 1953. Hijo de Fortunato y Ana, y segundo de dos hermanos –Carlos es el mayor–, vivió en la capital de España hasta cumplir los 28 años, aunque la mayoría de los veranos los pasaba en Fréscano (Zaragoza), de donde era oriundo su padre. Estudió por libre en el Colegio San Luis –examinándose en el Instituto Ramiro de Maeztu–, hizo la Preuniversitaria en una academia privada y, posteriormente, en la Universidad Politécnica culminó la carrera de Ingeniería Agronómica.
Sería también en Madrid donde nuestro protagonista tomó contacto con el deporte dentro de las actividades propias de la etapa estudiantil –atletismo y natación, por ejemplo–, aunque paulatinamente se fue centrando en modalidades en las que podía sentir el contacto con la naturaleza, como la escalada y el esquí alpino, este último practicado en la desaparecida estación del Puerto de Cotos.
En 1981, debido a su titulación de ingeniero agrónomo y especialización en plantas ornamentales, cambió de residencia y se instaló en Granada para dirigir un vivero en la ciudad, en cuyo desempeño sufrió en 1982 un accidente laboral que, tras una seria complicación de circulación sanguínea, trajo como consecuencia la amputación de la pierna derecha a nivel de la tibia.
Luego de la necesaria rehabilitación, Javier Pascual retomó su trabajo en 1984, como también la faceta deportiva, cosa que hizo bajo la tutela de Escuela Española de Esquí de Sierra Nevada, que por entonces dirigía Juan Luis Hernández Linares, al que conoció a través de un amigo. Desde entonces nunca ha dejado de esquiar, bien como competidor bien como aficionado que disfruta de la nieve junto a su familia o enseñando a futuros “javieres pascuales”.
En este punto, conectamos con el párrafo introductorio de esta síntesis biográfica –el debut en competición– y avanzamos al año 1986, en el que, aún sin concurso nacional, una delegación española fue enviada al III Campeonato del Mundo de Esquí Alpino para Discapacitados, que tuvo lugar en Sälen (Suecia) y hasta donde se desplazaron los catalanes Norberto, Faurat y Jordi Ylla y los andaluces Pepe Bombillar y Javier Pascual, con Jesús Puente de entrenador. En las gélidas pistas suecas, Javier acabó en 10.ª posición tanto el descenso –“se tuvo que correr en dos mangas por falta de nieve”– como el supergigante, mientras que en las bajadas técnicas concluyó 11.º en gigante y 12.º en eslalon dentro de su categoría funcional, la LW4 (discapacitado físico con una prótesis).
Como integrante del equipo nacional de 1985 a 1992, hay que destacar, amén de lo indicado, que Javier asistió a un segundo Mundial, el de Winter Park (Colorado, Estados Unidos) de 1990, donde fue 10.º en descenso y supergigante, 9.º en gigante y 11.º en eslalon. Asimismo, volvió cada año al Campeonato de Francia –en Les Angles 1991 obtuvo la medalla de bronce en eslalon– e hizo lo propio en la Copa Internacional de los Pirineos, competición internacional nacida en 1987 –en Font Romeu (Francia)– y que alternativamente acogería una estación francesa y otra catalana, recibiendo sobre todo a participantes españoles y galos.
Obviamente, por encima de todo ello, figuran sus dos concurrencias a los Juegos Paralímpicos de Invierno, en los que representó por primera vez a España en Innsbruck 1988. Su debut iba a producirse en el descenso del 10 de marzo, en el que estaba inscrito, aunque al final no se presentó en el portillón de salida. Sí lo hizo en el gigante del día 14, al que sobrevivió –de los veinte participantes, ocho fueron descalificados– llegando en 12.ª y última posición con un tiempo total de 2:37.53, por los 1:42.99 del ganador, el austríaco Josef Meusburger. Dos días más tarde, logró también concluir las dos mangas del eslalon con un tiempo global de 2:08.39 que lo situó en la 13.ª plaza. Ganó el suizo Paul Fournier, con 1:16.42.
Cuatro años después, su gran ilusión por volver a las Paralimpiadas y la labor de su protésico obraron el milagro de conseguir que Javier estuviese –con una prótesis nueva debido al robo de la anterior– en las pruebas de Albertville 1992. No obstante, el cortísimo período de adaptación al nuevo elemento y el mal tiempo que reinó en las pistas de Tignes, sede de las pruebas alpinas, influyeron decisivamente para que Javier no lograse completar ninguna de las bajadas en las que tomó la salida: descenso (11 de marzo), eslalon (15) y gigante (17).
Hemos dejado para el final de esta síntesis de Javier Pascual la glosa de sus actuaciones en el Campeonato de España de Esquí para Minusválidos, competición que se instituyó en 1987 y en la que nuestro personaje estuvo ineludiblemente presente ganando en aquella edición inaugural celebrada en Baqueira Beret (Lérida) los días 11 y 12 de abril la medalla de oro de su categoría (LW4) en supergigante, gigante y eslalon.
A finales de abril del año siguiente (1988), Javier organizó de primera mano en Sierra Nevada (Granada) los segundos nacionales, en los que participaron 14 esquiadores españoles y franceses durante un fin de semana, añadiendo a su buen balance gestor un gran botín deportivo compuesto, de nuevo, por tres medallas de oro en gigante, eslalon y combinada categoría LW3 –no se disputaron el descenso y el supergigante.
En las ediciones de 1989 y 1990, el granadino de adopción siguió reinando en las pruebas de su clase, añadiendo títulos a su currículum, que se cerró en cuestión de medallas en los V Campeonatos de España de Sierra Nevada 1991, donde se hizo con la plata en supergigante y gigante y el oro en eslalon, dentro de la categoría unificada LW4-6-8. Ausente del Nacional de 1992 en Andorra por el robo de su equipo, en 1993, en Baqueira Beret –donde no obtuvo medallas– cerró un ciclo deportivo y se retiró de la competición: “Se unió que dejé el equipo nacional, fue una época en la que empezó a cambiar la federación y decidí dejar de competir”.
No obstante, el bravo esquiador andaluz tendría dos reapariciones, la primera en 2004 en la estación andorrana de Pas de la Casa (4.º en eslalon LW1-4-5-7-9) y la segunda en 2016 en Sierra Nevada, cuando con 63 años se situó 4.º en eslalon y gigante categoría de pie en el llamado Campeonato de España de Esquí Adaptado, pues ya reunía todas las discapacidades.
Laboralmente, Javier Pascual trabajó a partir de 1992 dirigiendo cursos de formación en el Ayuntamiento de Monachil y luego escuelas taller de jardinería en distintos puntos de la provincia de Granada. Ya en 1998 marchó a Motril para dirigir el centro de producción de plantas de Aprosmo (Asociación en favor de las personas con discapacidad intelectual de Motril, la costa granadina y la Alpujarra) y se terminó instalando en esta localidad de la Costa Tropical, donde sigue residiendo en la actualidad junto a su mujer, Lucila, con la que tuvo tres hijos: Lucila, Javier y Fernando, quienes han seguido sus pasos en el esquí, llegando los dos mayores a competir en el equipo nacional. Jubilado desde 2013, Javier continúa disfrutando del placer de deslizarse ladera abajo por Sierra Nevada y también practica ciclismo con asiduidad.
Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 22 de octubre de 2020