Manuel Pérez Luna

DEPORTISTAS OLÍMPICOS Y PARALÍMPICOS ANDALUCES

Manuel Pérez Luna
Paralímpico

Manuel
Pérez

Málaga

Manuel Pérez Luna

01.04.1966

Málaga

1
Juegos ParalímpicosDeporteCategoríaPrueba
Resultado
1996 Atlanta (EE.UU.)Baloncesto_en sillaMasculinaBaloncesto en silla
Puesto 4


Biografía de Manuel Pérez Luna

Si hay dos fechas escritas en relieve en el recuerdo deportivo de Manolo Pérez esas son, sin duda, el sábado 24 de agosto de 1996 y el domingo 4 de mayo de 1997. En la primera de ellas, llegó con España más lejos que nunca al disputar la final por la medalla de bronce de los Juegos Paralímpicos de Atlanta 1996. En la segunda, levantó, junto a sus compañeros del Fundosa, la Copa de Europa de clubes, el mayor éxito hasta entonces de un equipo español.

Manuel había vuelto a la selección precisamente en los Juegos Paralímpicos de Atlanta 1996 y lo hizo al lado de su mentor, Antonio Henares. Dos jugadores del Ademi en un conjunto que también integraban el malagueño Pepe Cobos, los sevillanos Diego de Paz, Juan Lara y Eustaquio Mira, y Manuel Berzal, Eduardo López, Pablo Martín, José Manuel Rodríguez, José Soler y Jesús Torres. Este formidable doce saldó la primera fase como primero del grupo A tras batir a Australia (69-56), Reino Unido (54-47), México (76-60) y Argentina (63-44) y únicamente perder ante Canadá (53-62). Luego, superó (61-48) a Japón en cuartos de final, pero en semifinales Reino Unido le apartó (44-50) de la ansiada final, lo que abocó a España a una durísima pelea por la medalla de bronce ante el cuadro anfitrión, Estados Unidos, que terminó con triunfo local por 60-66. El sueño del podio paralímpico se había esfumado, si bien con honor.

Una parte de aquel amargor quedó disipada cuando en la temporada siguiente Manuel lo ganó todo con su nuevo club, el Fundosa ONCE madrileño: Liga Nacional, Copa del Rey y, sobre todo, la Copa de Europa de Campeones, tras superar en la final, celebrada en Sheffield (Reino Unido), al CS Meaux francés.

Manuel Pérez Luna nació en Málaga el 1 de abril de 1966. Segundo –de ocho– hijo de Manuel y María Jesús, con solo nueve meses de vida contrajo la poliomielitis, cuyo tratamiento al principio fue llevado a cabo en Málaga y, posteriormente, cuando nuestro protagonista creció, en la ciudad sanitaria de San Juan de Dios de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), especializada en polio infantil y que acogía a cerca de trescientos niños de toda Andalucía. Allí, Manuel estuvo desde los 10 a los 15 años, formándose académicamente en el colegio de la institución y tomando contacto con el deporte, en especial, el baloncesto en silla de ruedas, que era una de las actividades más populares.

A su regreso a Málaga, la afición de Manuel por el baloncesto era manifiesta y su deseo de progresar, inquebrantable, de forma que a principios de 1982 se fue a hablar con el alma mater del Ademi, Gaspar Anaya, para entrar en el equipo. Poco avezado y con poca fuerza en aquellos comienzos, este clase 2 fue conociendo el oficio desde la base, ayudando en los minutos de que dispuso con sus bloqueos y defensas para que las estrellas del equipo, Henares y Zurita, desarrollasen su capacidad anotadora de la mejor forma posible. Así, con el paso de los años, Manuel se ganó fama de jugador aguerrido y de gran defensor, su punto fuerte.

Pérez Luna vivió la época dorada del afamado Ademi malagueño, ya que, durante trece temporadas transcurridas de 1981-1982 a 1993-1994, vivió 9 victorias en la Liga (1982, 1983, 1984, 1985, 1986, 1987, 1989, 1990 y 1991) y 6 en la Copa del Rey (1983, 1986, 1989, 1990, 1991, 1993), así como de cinco subcampeonatos (1988 y 1992 en Liga y Copa y 1993 en Copa). Además, a título particular, en 1990 fue convocado por primera vez para jugar con la selección española, cosa que hizo en los Juegos Internacionales de Stoke Mandeville.

En el verano de 1994, Manolo aceptó una interesante oferta económica para fichar por el pujante CB Melilla, así que cruzó el Mar de Alborán para jugar durante dos campañas (1994-1995 y 1995-1996) a las órdenes de Francis Aguilera, contribuyendo al crecimiento del club norteafricano, no en vano el primer año acabó 4.º en las competiciones liguera y copera y, en el segundo, se proclamó subcampeón en ambas, por detrás del intratable Fundosa ONCE… precisamente el nuevo destino de nuestro biografiado.

Sucedió que tras su reingreso en la selección española y la notable Paralimpiada de Atlanta, el jugador andaluz, a sus 30 años, interesó al club madrileño –donde ya estaba Henares– y su fichaje significó el comienzo de sus mejores cuatro temporadas (1996-1997 a 1999-2000) como jugador, imponiéndose, junto a sus compañeros, en todas las ediciones de la Liga Nacional y la Copa del Rey y en la referida Copa de Europa de 1997, competición en la que en 1996 y 1998 fueron finalistas. Además, en esta etapa, Manolo llegó a las 48 internacionalidades que adornan su currículum, sumando las convocatorias con el combinado español para el Campeonato de Europa de Madrid 1997 (4.º puesto) y la Copa de Oro –campeonato del mundo– de Sídney 1998 (6.º).

No obstante, con el cambio de siglo Manuel Pérez Luna vio cómo su llama se fue apagando poco a poco, a la par que lo hacía el luz del Ademi, club del que surgió como jugador y al que regresó en la temporada 2000-2001. Al lado de Gaspar Anaya actuó cuatro ejercicios baloncestísticos, siempre en División de Honor, hasta que la marcha del gran profesor a finales de 2004 supuso el desmantelamiento del club y la desbandada de sus jugadores.

En el caso de Manolo, comenzó un peregrinar por distintos equipos, tales como BSR Marbella, CD Arrayán de Granada, FAMF Málaga Más –hizo de jugador y entrenador en este fallido heredero del Ademi– y CD Amivel de Vélez-Málaga, donde se retiró al término de la campaña 2009-2010 después de 29 años como jugador de baloncesto en silla. Este su último período cabría calificarlo de inconsistente en lo deportivo, debido a los frecuentes saltos de un club a otro, y en lo personal, dado que nuestro protagonista padeció y superó una importante adicción a la bebida que dejó atrás después de un tratamiento de rehabilitación que duró dos años.

Desde entonces y ya alejado de las canchas, Manolo disfruta intensamente de la vida a través de sus tres hijos (Manuel, Carlos y Carmen), ya mayores, y ayudando a los demás desde el voluntariado social y dando charlas de prevención en centros escolares en el modesto entorno del barrio de La Palmilla, donde ha vivido siempre.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 18 de octubre de 2020