Rafael Turatti Guerrero

Biografía de Rafael Turatti Guerrero

De concurso efímero y discreto en los Juegos Paralímpicos de Atlanta 1996, donde ejerció de piloto de su paisano Juan Carlos Molina en ciclismo en pista, Rafael Turatti nació en Granada capital el 31 de enero de 1975, medio año después que su compañero de aventura en la capital del estado de Georgia. Hijo de Antonia y Rafael y benjamín de tres hermanos –Francisco Javier y María Antonia se llaman los mayores–, llevó a cabo su formación académica en su ciudad de origen, en el Colegio Cristo de la Yedra y el Instituto Politécnico Aynadamar.

Aficionado al deporte del pedal, se introdujo en el mundo del ciclismo adaptado gracias al entrenador César Zarcos Corral, quien a finales de 1992 le efectuó una prueba de selección para integrar la nómina de pilotos del Grupo Deportivo ONCE. Superado el examen y con la mayoría de edad recién estrenada, Rafael fue asignado al deficiente visual Juan Carlos Molina –quien ya había participado en los Juegos de Barcelona– ya avanzada la temporada 1993, de forma que el debut de ambos en la alta competición se produjo al año siguiente, que ambos afrontaron tras llevar a cabo concentraciones en el Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada: su objetivo no era otro que construir un tándem de garantías que pudiese acudir a los Juegos de Atlanta 1996.

Las primeras reválidas fueron el Campeonato de España de 1994 celebrado entre Santander y Torrelavega, donde la pareja granadina se quedó a las puertas del podio en la prueba de fondo (4.º), y el primer Campeonato del Mundo de ciclismo adaptado, en Peer (Bélgica), cuya asistencia saldaron con discreción (24.º en fondo).

En 1995, los andaluces se mostraron más conjuntados y entonados y se proclamaron subcampeones de España en Segovia, concluyeron en 4.ª posición la Vuelta a Cataluña y en 5.ª el siempre anhelado Tour de Bélgica, y concurrieron al Campeonato de Europa en Altenstadt (Alemania), donde saborearon el éxito merced a la medalla de bronce conseguida en la prueba de contrarreloj por equipos representando a España junto a otros dos binomios, los formados por los asturianos García y Fernández y los madrileños Martínez y Gandía.

Llegado el año paralímpico, Molina y Turatti volvieron a acariciar las medallas esta vez en el Nacional de pista celebrado en Palma de Mallorca (4.º en persecución y 5.º en kilómetro) y contaron con la confianza de los técnicos nacionales para ser llamados a participar en las Paralimpiadas de 1996, cumpliendo el objetivo que se habían propuesto tres años antes.

Su protagonismo en Atlanta, sin embargo, se ciñó a la participación en velódromo en la prueba de persecución, en la que Juanky y Rafael no tuvieron su día y no pudieron pasar de la 16.ª y última posición –compitieron 17 tándems, pero uno fue descalificado– con un discretísimo tiempo de 5:12.112 que les impidió, obviamente, avanzar a cuartos de final. El oro se lo llevaron los holandeses Jan Mulder y Pascal Schoots, con un tiempo de 4:37.598 en la final.

A finales del año 1996, Rafael Turatti se vio obligado a abandonar la práctica del ciclismo de alto nivel debido a problemas crónicos con la creatina quinasa en sangre que le provocaron una incapacidad muscular permanente para entrenar.

Al término de la singladura ciclista, su vocación de historiador y arqueólogo le condujo a cursar estos estudios en la Universidad de Granada y a obtener en 2001 la licenciatura, titulación que ha ejercido desde entonces. Desde 2011, Rafael es director técnico en Trivium, una empresa dedicada a la arqueología y la gestión del patrimonio radicada en la misma Granada, donde siempre ha vivido. Está casado con Esther y tienen dos hijos, a los que han puesto sus mismos nombres: Esther y Rafa.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 21 de octubre de 2020