Antonio
Henares
Antonio Henares Sierra
21.11.1956
Álora (Málaga)
Juegos Paralímpicos | Deporte | Categoría | Prueba | Resultado |
---|---|---|---|---|
1980 Arnhem (Holanda) | Baloncesto_en silla | Masculina | Baloncesto en silla | Puesto 11 |
1984 Nueva York (EE.UU.) / Stoke Mandeville (GBR) | Baloncesto_en silla | Masculina | Baloncesto en silla | Puesto 10 |
1988 Seúl (Corea del Sur) | Baloncesto_en silla | Masculina | Baloncesto en silla | Puesto 12 |
1992 Barcelona (España) | Baloncesto_en silla | Masculina | Baloncesto en silla | Puesto 6 |
1996 Atlanta (EE.UU.) | Baloncesto_en silla | Masculina | Baloncesto en silla | Puesto 4 |
Biografía de Antonio Henares Sierra
El 11 de febrero de 2017 el malagueño Antonio Henares Sierra jugó en el Pabellón Pepe OT del Centro Social y Deportivo Vistazul de Dos Hermanas (Sevilla) el último de sus partidos como jugador profesional de baloncesto en silla, un encuentro correspondiente a la liga de Primera División que enfrentó al Vistazul, su equipo, y al Bahía de Cádiz. Tenía 60 años y anotó los seis puntos postreros de una singladura deportiva que había comenzado en 1976 en Málaga. Tras 40 temporadas en activo, se despedía –nadie lo duda– el mejor jugador español de todos los tiempos.
Antonio es uno de los deportistas con más participaciones en los Juegos Paralímpicos. Cinco presencias consecutivas, de 1980 a 1996, le contemplan y en las cinco fue el máximo encestador del torneo de baloncesto. En el ámbito andaluz, comparte tal cifra en Paralimpiadas con los granadinos Miguel Ángel Pérez Tello y Manuel Robles, el gaditano Chano Rodríguez y el sevillano Álvaro Valera, solo superados por José Manuel Ruiz, que posee seis. No obstante, puestos a especular, de no haber mediado el demérito de la selección española en los selectivos de los Juegos de 2000 y 2004, muy posiblemente estaríamos hablando de un Antonio Henares con siete Juegos a sus espaldas, récord absoluto.
Nacido en Álora el 21 de noviembre de 1956 e hijo de Salvador y Antonia, nuestro protagonista debe su discapacidad física a la poliomielitis que sufrió al año de haber venido al mundo, lo cual no fue óbice para que creciese con normalidad junto a niños que no padecieron ese devastador y común virus en aquellos años 50 y 60 en España. Antonio estudió en el Colegio Público Díaz Lanz –actual CEIP Los Llanos– de su pueblo natal y luego estuvo en el Instituto Las Flores, en cuyos recreos y horas “de gimnasia” improvisaba junto a sus compañeros canastas para jugar partidillos de baloncesto. Su menor movilidad la contrarrestaba con acierto en el lanzamiento lejano de forma que fue durante la infancia y adolescencia cuando Henares empezó a adquirir esa capacidad innata para encestar que, en su madurez deportiva, le hizo un jugador letal desde cualquier posición.
Los primeros contactos de Antonio Henares con el deporte para personas con discapacidad datan de mediados de los años 70, cuando ya vivía en la calle Abogado Federico Orellana Toledano del barrio malagueño de Huelin –su padre trabajaba de portero en un bloque de pisos– y él los rememoró así en la carta abierta escrita tras el fallecimiento de Gaspar Anaya. “Conocí a Gaspar cuando vino a buscarme a mi casa de Huelin en 1976 y me dijo ‘Vamos a hacer un equipo de baloncesto en silla de ruedas y quiero que formes parte de él’. En aquel momento yo jugaba baloncesto a pie –mide 1,86–, pero no tenía posibilidad de participar en ninguna competición, por eso cuando Gaspar me buscó y me lo propuso vi el cielo abierto. Yo había tenido ya contacto con Montenegro del Virgen del Rocío, el primer equipo de baloncesto en silla de Andalucía, dirigido por el entrenador Antonio Jiménez, quien me invitaba a irme a Sevilla a jugar”.
Henares, clase 4, aceptó la propuesta de Gaspar y en 1976 integró la primigenia plantilla del Ademi, que logró el ascenso a la Primera División. “Mis equipos fueron muchos pero ninguno como el Ademi. Aquello era una familia, aunque los inicios fueron muy duros. Las sillas eran del Hospital Carlos Haya y empezamos a entrenar en el Hospital Marítimo de Torremolinos”. Antonio, físicamente, era un jugador fornido, ancho y pesado, condiciones que, además, le permitieron destacar en otras disciplinas, tales como natación, atletismo (fue subcampeón de España de lanzamiento de peso en silla en 1976 y 1977) y tenis de mesa (subcampeón nacional de dobles en silla en Fuengirola 1979, con su compañero de equipo Joaquín Fernández).
Llegados a este punto, discernamos, para un mejor entendimiento del lector y dada la extraordinaria longevidad de su historial, entre el recorrido de club de Antonio Henares y su paso por la selección española.
Las primeras 12 temporadas del malagueño discurrieron en el Ademi de su tierra (1975-1976 a 1986-1987), siendo, junto a Salvador Zurita, el puntal anotador de un conjunto que se adueñó del panorama estatal al ganar las 9 ligas de 1979 a 1987 y 5 copas del Rey (1979, 1980, 1981, 1983 y 1986). Tal era su fama que en 1987 el club italiano Roma 12 le ofreció cinco millones de pesetas por un año de contrato, cinco veces más de lo que ganaba Antonio de celador del Hospital Carlos Haya, y el malagueño –ya casado con Josefa y con dos hijos, Antonio y Francisco; luego vendría Salvador– no se lo pensó dos veces y se convirtió en el primer jugador profesional español, condición que mantuvo durante tres campañas (1987-1988 a 1989-1990) en la formación romana, con la que ganó la liga transalpina de 1989.
De regreso a España, jugó otras tres temporadas (1990-1991 a 1992-1993) en el Ademi, de nuevo con el brillo del triunfo (Liga Nacional 1991 y Copa del Rey 1991 y 1993), y un año (1993-1994) en el CB Melilla, al que ayudó a ascender a División de Honor. Así discurrió nuestro biografiado hacia su segunda gran etapa en el seno de un club, que no fue otro que el Fundosa ONCE. Con los madrileños, militó 10 campañas (1994-1995 a 2003-2004) en las que los éxitos se sucedieron en el ámbito estatal –8 ligas, de 1995 a 2002, y 6 copas del Rey, de 1995 a 2000– y en el continental, pues levantó la Copa de Europa de 1997, inédita para un equipo español. Además, fue subcampeón de este máximo torneo europeo en 1996, 1998, 1999 y 2003, y campeón de la Copa Intercontinental en 1998.
Henares marchó de Madrid al BSR Valladolid –Grupo Norte por motivos de patrocinio– con 48 años y en Pucela residió y actuó durante cinco temporadas (2004-2005 a 2008-2009) antes de volver a Madrid para jugar dos años (2009-2010 y 2010-2011) en el Hercesa Alcalá, con el que ascendió a División de Honor como campeón de Primera el segundo de ellos.
Había llegado el momento de regresar a Andalucía y ello se produjo por motivos políticos más que deportivos. En las elecciones municipales de 2011 obtuvo plaza de concejal por el Partido Popular al Ayuntamiento de Álora y durante dos años asumió el cargo de delegado de deportes. Paralelamente, jugó en el BSR Marbella (2011-2012) y Amivel de Vélez-Málaga (2012-2013 y 2013-2014) y definitivamente, liberado de responsabilidades políticas y tras dos años de inactividad, cerró sus memorias baloncestísticas en el Vistazul de Dos Hermanas en la temporada 2016-2017, con la consecución del título de Primera División y el ascenso a División de Honor. Tras su retirada oficial, no obstante, siguió entrenando un par de años más con el equipo de Marbella, si bien competía sólo durante un fin de semana al año, con motivo de la Copa de Andalucía.
Si extenso y brillante es el currículo de Antonio Henares Sierra en los clubes donde ha derramado sudor, profesionalidad, clase y humanidad, no le va a la zaga su recorrido con la selección española, cuya camiseta ha vestido en 257 ocasiones desde 1977 a 2005, con un paréntesis de tres años entre 2001 y 2003. El andaluz recuerda que tuvo “la fortuna de que, a los ocho meses de estar jugando en el Ademi, fui llamado por el seleccionador, José Barbero. Aún recuerdo ese día. En aquel momento la alegría más grande de mi vida. Esa noche no pude dormir, pues iba a cumplir mi sueño: ¡ser internacional con España!”.
Esa primera convocatoria correspondió al Campeonato de Europa de 1977, en Raalte (Holanda), el primero de trece acontecimientos continentales en los que exhibió su espléndido juego. Estuvo en los europeos de Raalte 1977 (7.º), Kerpape 1978 (5.º), Ginebra 1981 (5.º), Falun 1982 (5.º), Lorient 1987 (8.º), Charleville-Mézières 1989 (10.º), Ferrol 1991 (6.º), Berlín 1993 (5.º), París 1995 (plata), Madrid 1997 (4.º), Roermond 1999 (10.º) y París 2005 (7.º), así como en los primeros Juegos Europeos de Discapacitados, París 1983, donde España se hizo con la medalla de bronce.
Poco después de debutar con el combinado nacional, fue de nuevo llamado para acudir a los Juegos Internacionales de Stoke Mandeville –España terminó sexta–, acontecimiento en el que el malagueño volvería a estar en 1978, 1985 y 1986 de forma muy significativa.
En 1985, España logró el triunfo en lo que por entonces se calificó de forma imprecisa por la prensa nacional de “título mundial”, aunque esa medalla de oro bien tuvo un valor equivalente y, desde luego, una repercusión social que contribuyó a hacer más visible el deporte adaptado en nuestro país. En las otras dos ediciones de los International Games, el conjunto español, con Henares en sus filas, quedó en 4.ª posición, cerrándole Estados Unidos en ambos casos el camino hacia la medalla de bronce –gran partido el de 1978 (81-88).
En el verdadero campeonato del mundo o Copa de Oro, como oficialmente se denominaba en aquella época, Henares se estrenó en la tercera edición, que tuvo lugar en 1979 en Tampa, estado de Florida (Estados Unidos), y donde España concluyó en 7.ª plaza, lo que implicaba, además, la clasificación para los Juegos Paralímpicos. Posteriormente, nuestro biografiado disputaría la previa de 1986, en Gits (Bélgica), así como las fases finales de Edmonton 1994 (7.º) y Sídney 1998 (6.º).
Cómo no y por encima de todo ello, resta el relato de sus cinco participaciones en los Juegos Paralímpicos. El debut se produjo en Arnhem 1980, acontecimiento en el que nueve de los diez componentes del equipo nacional eran novatos: Manuel Cáceres, Joaquín Fernández, Antonio Henares, Francisco Pérez, Salvador Zurita, Gaspar Anaya (que hizo las veces de jugador-entrenador), Jesús Guerrero, Juan Berrio y Antonio Salazar, siendo estos dos últimos los únicos no andaluces. Solo el sevillano Ángel Alamillo se mantenía del combinado de Toronto 1976.
La competición en Holanda fue, sin duda, maratoniana, no en vano España jugó diez encuentros. Durante la primera fase, ganó a Australia (73-56) e Italia (74-56) y perdió ante Estados Unidos (45-79) y Japón (65-70), de modo que –3.ª de su grupo– no logró el pase a cuartos de final y tuvo que conformarse con luchar por la novena plaza. En la primera porción de esta ronda, España acabó segunda del grupo G, tras Bélgica, habiendo perdido ante el combinado belga (55-64) y ganado a Italia (80-64), Brasil (92-44) y Egipto (133-31). Posteriormente, cayó ante Alemania Federal (53-65) y, por el 11.º puesto, ganó en el último partido a Reino Unido (66-54).
Cuatro años más tarde, en la localidad británica de Stoke Mandeville, Henares repitió experiencia en los Juegos y lo hizo en compañía de los también andaluces Benítez, Joaquín Fernández, Albelda, Gallardo, Jara, Cáceres y Francisco Pérez. Ocho andaluces en un equipo de doce, que completaban Pedro Alonso, Tadeo Armengol, Cesáreo Ruiz y Antonio Gómez.
El torneo, que reunió a 18 conjuntos y terminó siendo ganado por Francia, derrotando a Holanda en la final, comenzó con una primera fase en la que España, en el grupo B, se impuso a Alemania Federal (74-62), pero perdió con Israel (76-58) y México (79-90), una tarjeta que no le permitió escapar de la 4.ª y última posición de su fracción, por tanto, sin posibilidad de acceder a los cuartos de final. A continuación, por los puestos menores, venció a Yugoslavia (82-60) y cerró la competición perdiendo ante Italia (56-77), lo que le otorgó la 10.ª posición final.
Seúl 1988 tampoco supuso la mejoría de España en los torneos paralímpicos. Todo lo contrario. Repitió la peor actuación en unos Juegos, que databa del debut en 1972 (12.ª plaza). El combinado, integrado por los andaluces Cáceres, Albelda, Joaquín Fernández, Henares, Eustaquio Mira, Salvador Núñez y Salvador Zurita, además de Alonso, Pablo Beiro, Juan Guzmán, Iñaki Ibarreta y Ricardo Núñez, volvió a quedar eliminado en la fase de grupos. España perdió ante Holanda (57-79) e Israel (55-72) y ganó a Corea (84-63), y como 3.ª clasificada del grupo C hubo de medirse de nuevo por los puestos del 9.º al 16.º. En esta fase, venció a Brasil (65-37), perdió frente a Bélgica (43-58) y, por último, por la 11.ª posición, fue superada por Reino Unido (34-40).
Así, llegaron las Paralimpiadas de casa, Barcelona 1992, en las que la selección gozó de la condición de candidata a todo. Los andaluces Albelda, Cáceres, Diego de Paz, Joaquín Fernández, Henares, Juan Lara, Mira y Zurita, junto a Eloy Guerrero, Ibarreta, Jesús Torres y Fernando Vila, formaban un bloque de mucha calidad y grandes aspiraciones y, si bien se consiguió el mejor resultado hasta entonces (6.ª posición), el diploma supo a muy poco.
En esta ocasión, el torneo tuvo una clasificación previa más estricta y estuvo reducido a 12 selecciones, en contraposición a las 17/18 de ediciones precedentes, y contó con un formato idéntico al del baloncesto convencional, esto es, una fase preliminar de dos grupos de seis equipos, de la que los cuatro primeros de cada fracción pasaban a cuartos de final. El equipo español, en el grupo B, no llevó a cabo una buena liguilla preliminar, ya que perdió ante Estados Unidos (62-71), Reino Unido (62-64) y Canadá (45-53), y solo ganó a Japón (68-46) y Argentina (58-52). Pese a todo, pasó a cuartos por los pelos, como 4.º del grupo, lo que le llevó a un difícil cruce ante la primera del grupo A, Holanda, en el que perdió (53-59). Abocados a la lucha por los puestos del 5.º al 8.º, los españoles volvieron a caer a manos de los británicos (54-55) y cerraron su participación ganando por la 7.ª plaza a los australianos (63-59), si bien luego se les adjudicaría la 6.ª por descalificación de los campeones, Estados Unidos, a causa de tres positivos en el control antidopaje.
Definitivamente, Antonio Henares se despidió de los Juegos Paralímpicos en Atlanta 1996 y logró hacerlo con la mejor actuación personal y coral en este acontecimiento. El equipo enviado a la capital del estado de Georgia estuvo compuesto por Manuel Berzal, Eduardo López, Pablo Martín, José Manuel Rodríguez, José Soler y Jesús Torres y los andaluces José Cobos, Manuel Pérez, Diego de Paz, Antonio Henares, Juan Lara y Eustaquio Mira. Esta vez, los españoles firmaron una casi primorosa primera fase –líderes del grupo A– en la que ganaron cuatro partidos (69-56 a Australia, 54-47 a Reino Unido, 76-60 a México y 63-44 a Argentina) y solo perdieron ante Canadá (53-62).
Luego, en las eliminatorias por el título, España superó (61-48) a Japón, cuarto del grupo B, en cuartos de final, pero en semifinales Reino Unido apartó (44-50) a los españoles de la ansiada final. Por el bronce, el 24 de agosto, tuvieron que enfrentarse a los anfitriones, Estados Unidos, a los que Australia –finalmente campeona– había ganado en la otra semifinal. En un intensísimo y duro partido, los americanos privaron a los españoles de la última plaza del podio por 60-66. La medalla de bronce quedó tan, tan cerca…
Actualmente, Antonio Henares, ya retirado de la práctica deportiva, vive en su pueblo de Álora –cuyo pabellón municipal lleva su nombre– junto a su segunda mujer, María Teresa, con el que tuvo un cuarto hijo de nombre Jesús. Tras unos años trabajando de secretario de promoción, turismo y deportes en la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental, en enero de 2014 le fue concedida la jubilación. Entre las numerosas distinciones recibidas a lo largo de su carrera deportiva, destacan el Premio Andalucía de los Deportes 1997 y el ingreso en la Real Orden del Mérito Deportivo en la categoría de medalla de oro.
Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 18 de octubre de 2020