Beatriz Manchón Portillo

DEPORTISTAS OLÍMPICOS Y PARALÍMPICOS ANDALUCES

Beatriz Manchón Portillo
Olímpica

Bea
Manchón

Sevilla

Beatriz Manchón Portillo

29.05.1976

Sevilla

4
Juegos OlímpicosDeporteCategoríaPrueba
Resultado
1996 Atlanta (EE.UU.)Piragüismo_TranquilasFemeninaK-4 500 m
Puesto 6
1996 Atlanta (EE.UU.)Piragüismo_TranquilasFemeninaK-2 500 m
Puesto 6
2000 Sídney (Australia)Piragüismo_TranquilasFemeninaK-4 500 m
Puesto 8
2004 Atenas (Grecia)Piragüismo_TranquilasFemeninaK-4 500 m
Puesto 5
2004 Atenas (Grecia)Piragüismo_TranquilasFemeninaK-2 500 m
Puesto 5
2008 Pekín (China)Piragüismo_TranquilasFemeninaK-2 500 m
Puesto 10
2008 Pekín (China)Piragüismo_TranquilasFemeninaK-4 500 m
Puesto 5


Biografía de Beatriz Manchón Portillo

Indudablemente en Bea Manchón el deporte andaluz tiene a uno de sus grandes símbolos, no solo por las cuatro participaciones olímpicas que su palmarés recoge, saldadas con un botín de seis diplomas –la cifra más elevada entre los olímpicos de Andalucía–, sino por un historial internacional cuajado de medallas (16 en el Campeonato del Mundo y 22 en el Campeonato de Europa) inalcanzable para cualquier otro deportista de la modalidad que imagine el lector y que le otorgan el título de mejor piragüista española de todos los tiempos.

Su figura es, además, un icono en su ciudad natal, Sevilla, donde fue apodada la Reina de Oros del Guadalquivir por ser este río en el que se dejó la piel entrenando durante la mayor parte de la carrera deportiva y por ser en este eje fluvial donde en 2002 se apropió de cuatro medallas en el Mundial celebrado en la capital hispalense. Un acontecimiento memorable para el deporte andaluz que motivó además el bautismo con su nombre de la glorieta que da acceso al Centro Especializado de Alto Rendimiento de Remo y Piragüismo ubicado en La Cartuja, sede de aquel campeonato.

Nacida el 29 de mayo de 1976 en Sevilla, hija menor de Manuel y María del Águila –Manolo y Pilar son sus hermanos mayores– y criada en el barrio de Nervión –de ahí su predilección por el Sevilla Fútbol Club–, llegó al piragüismo con 14 años de edad –año de 1990– y de manera casual, por obra y gracia de su hermana, quien la acercó a este deporte en el Real Círculo de Labradores de Sevilla, pese a que nacieron en una familia sin tradición deportiva y menos por esta disciplina.

Formalizado el “noviazgo” con el kayak, la hispalense comenzó a compatibilizar los estudios en el IES Luca de Tena –antes había terminado la EGB en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús– con el entrenamiento en el Labradores, bajo la supervisión del técnico de las categorías de promoción, Antonio Rodríguez Puerto “el Risa”, quien fue marcándole objetivos sencillos y progresivos hasta llegar a los primeros campeonatos de España para Bea –compitió en la versión de fondo y luego en la de velocidad o pista–, en 1991, solo un año después de haberse empezado la práctica.

Al año siguiente (1992), conoció a Rafael Pineda, responsable de todas las secciones deportivas del club, y a Paco López Barea, deportista modelo de los palistas del Labradores y que ese verano iba a participar en sus terceros Juegos Olímpicos. Desde ese momento, el bueno de Paco sería una referencia para Bea, quien, tras obtener podio en el Nacional juvenil, fue invitada a la concentración estival de la Real Federación Española de Piragüismo.

Habiendo tomado los técnicos nacionales buena nota del potencial de la palista andaluza, en 1993 la hicieron debutar internacionalmente en una regata en Bochum (Alemania) y le ofrecieron una beca en la Residencia Joaquín Blume –aceptada por la deportista y su familia– para formar parte de la concentración permanente del equipo nacional en Madrid. Paralelamente, Bea terminó COU en Sevilla y, ya en Madrid, superó la selectividad en la Universidad Complutense.

Firmado el “matrimonio” con el piragüismo y alejada de sus familiares y amigos, nuestra tenaz protagonista emprendió en 1994, con 18 años, una trayectoria deportiva enorme en extensión y calidad de resultados, comenzando ese año a destacar con una medalla de oro en K-2 500 metros y una medalla de plata en K-4 500 en la Copa del Mundo júnior y la primera participación, pese a su juventud, en el Campeonato del Mundo sénior.

En el magno evento universal, Bea Manchón ha competido en 13 ediciones desde 1994 a 2011 y presenta un currículum de 16 medallas (3 de oro, 3 de plata y 10 de bronce), siempre en botes colectivos. A continuación, relacionamos todos los puestos (en finales) obtenidos por la hispalense en dichas comparecencias mundialistas.

En Ciudad de México 1994: 8.ª en K-2 500 y 8.ª en K-4 500. En Duisburgo (Alemania) 1995: 6.ª en K-2 200, 5.ª en K-4 200, 8.ª en K-2 500 y 8.ª en K-4 500. En Dartmouth (Canadá) 1997: 4.ª en K-2 200, 6.ª en K-4 200, medalla de bronce en K-2 500 y medalla de bronce en K-4 500. En Szeged (Hungría) 1998: medalla de bronce en K-2 200, 6.ª en K-2 500 y medalla de bronce en K-4 500. En Milán 1999: medalla de oro en K-2 200, 5.º en K-2 500 y 4.ª en K-4 500. En Poznan 2001: medalla de oro en K-2 200, medalla de bronce en K-2 500 y medalla de bronce en K-2 1.000. En Sevilla 2002: medalla de oro en K-2 200, medalla de plata en K-4 200, medalla de bronce en K-2 500 y medalla de bronce en K-4 500. En Gainesville (EEUU) 2003: medalla de plata en K-2 200, medalla de plata en K-4 200, 4.ª en K-2 500 y medalla de bronce en K-4 500. En Dartmouth 2009: 5.ª en K-2 200, 5.ª en K-2 500 y medalla de bronce en K-4 500. En Poznan 2010: 6.ª en K-2 200 y 4.ª en K-4 500. En Szeged 2011: 8.ª en K-2 200.

Apréciese cómo los mejores resultados –todas las medallas de oro y plata– se han producido en las pruebas de 200 metros, en las que la excepcional fuerza de Manchón le hacía estar por encima de sus rivales.

Asimismo, hay que reseñar que después de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, efectuó una sólida incursión de dos temporadas en una embarcación hasta entonces inhabitual para ella, el K-1, participando en solitario en dos mundiales –y un Europeo–, aunque sin lograr acceder a las finales. Así, en Zagreb 2005, concluyó en 15.ª posición en K-1 500 y en Szeged 2006 –luego de haber sido primera en K-1 500 y segunda en K-1 1.000 en la Copa del Mundo de Duisburgo de ese año– terminó 10.ª en la misma prueba. Por tanto, únicamente se ausentó del Campeonato del Mundo en 2007, en Duisburgo, debido a su retirada coyuntural para ser madre de la pequeña Beatriz, que vino al mundo el 9 de julio de 2007.

Siguiendo la glosa de los resultados deportivos de Bea Manchón, pasamos al Campeonato de Europa sénior, evento recuperado en 1997 luego de un paréntesis de 28 años. En él, nuestra biografiada formalizó inscripción en 12 ediciones, con un balance de 22 medallas (6 de oro, 5 de plata y 11 de bronce) desde 1997 a 2012.

En Plovdiv (Bulgaria) 1997: medalla de plata en K-2 200, medalla de plata en K-4 200, medalla de oro en K-2 500, medalla de bronce en K-4 500 y 4.ª en K-2 1.000. En Zagreb 1999: 4.ª en K-2 200, medalla de bronce en K-2 500 y medalla de plata en K-4 200. En Poznan 2000: medalla de bronce en K-2 200, medalla de bronce en K-4 200, 4.ª en K-2 500 y medalla de bronce en K-4 500. En Milán 2001: 4.ª en K-1 200, medalla de oro en K-2 200 y medalla de plata en K-2 500. En Szeged 2002: medalla de oro en K-2 200, medalla de oro en K-4 200, medalla de bronce en K-2 500 y medalla de plata en K-4 500. En Poznan 2004: medalla de oro en K-2 200, medalla de oro en K-4 200, medalla de bronce en K-2 500 y medalla de bronce en K-4 500. En Racice (República Checa) 2006: 6.ª en K-1 500 y 6.ª en K-1 1.000. En Milán 2008: 6.ª en K-2 500 y medalla de bronce en K-4 500. En Brandemburgo 2009: 4.ª en K-2 200, 6.ª en K-4 200, 6.ª en K-2 500 y 4.ª en K-4 500. En Trasona 2010: 4.ª en K-2 1.000 y medalla de bronce en K-4 500. En Zagreb 2012: 8.ª en K-2 200, 7.ª en K-2 500 y medalla de bronce en K-2 1.000.

A este formidable recuento, solo cabe añadir la participación en el Europeo de Poznan 2005 –resultó descalificada en las eliminatorias del K-2 500– y la renuncia voluntaria a los episodios de Pontevedra 2007, por maternidad, y Belgrado 2011, al hallarse aún en fase de recuperación de la operación de hombro a la que se sometió en 2010 y que, como ella reconoce, fue una de las causas que trastocó el camino hacia los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Llega, por tanto, el momento de recapitular el camino de Beatriz Manchón en las Olimpiadas, no sin antes indicar que la andaluza deslizó su poderoso estilo sobre la piragua en los canales de piragüismo de dos Juegos Mediterráneos, Bari 1997 –medalla de bronce en K-2 500 y 4.ª en K-1 500– y Pescara 2009 –4.ª en K-1 500.

Bea debutó en el medio olímpico el 30 de julio de 1996 en las aguas del Lago Lanier de Gainesville (Georgia), sede de las competiciones de remo y piragüismo de Atlanta 1996. Manchón participó en dos pruebas, el K-2, junto a la guipuzcoana Izaskun Aramburu Balda, y el K-4, en compañía de esta misma, la gallega Ana Penas Balchada y la zamorana Belén Sánchez Jiménez. El resultado en ambas fue el mismo: acceso a la final y 6.º puesto (diploma), estando cerca de las medallas en el cuarteto.

Tras consolidar su clase en el siguiente ciclo olímpico, nadie podía imaginar al piragüismo español en Sídney 2000 sin la sevillana, que, una vez más, integró el K-4 nacional con las mismas compañeras que cuatro años antes. Como en Atlanta, el bote llegó a la final –solo había 10 competidores– y en el Centro Internacional de Regatas de Sídney, en la localidad de Penrith, firmó una discreta 8.ª posición el 30 de septiembre.

No guarda buen recuerdo la andaluza de aquellos Juegos, sobre los que manifestó en una entrevista concedida a Diario de Sevilla a su retirada que fue su “peor” experiencia olímpica: “Había problemas con la federación, con las compañeras… Una experiencia mala y se demostró en el resultado. Había un K-4 roto, con muchos problemas”.

Superados aquellos desagradables momentos, los siguientes cuatro años de nuestra biografiada significaron la cúspide de su madurez deportiva y física a tenor de los resultados obtenidos en 2002, 2003 y 2004 en mundiales y europeos, donde contó todas sus actuaciones por medalla, a excepción de una. En buena lógica, tras estas tres campañas excepcionales, se esperaban las medallas de Bea en Atenas 2004, como era su objetivo e ilusión, pero estas nunca llegaron. En el lago Schinias, la andaluza fue 5.ª tanto en la final de K-2 –junto a la gallega Mª Teresa Portela– como en la final del cuarteto –con Portela y las asturianas M.ª Isabel García Suárez y Jana Smidakova, de origen checo–, en ambos casos a dos segundos del podio.

Dos nuevos diplomas que no satisficieron a nuestra ambiciosa palista, quien, lejos de doblegarse, continuó trabajando cara a los siguientes Juegos de Pekín 2008, cuya clasificación no obtuvo sino al final, durante la disputa del Campeonato de Europa de ese mismo año en la pista de Idroscalo, cerca de Milán, al alzarse con la medalla de bronce en K-4 500 en compañía de Jana Smidakova, Sonia Molanes y Teresa Portela.

En los cuartos Juegos Olímpicos de Manchón, por primera vez no entró en una final, la de K-2, quedándose en la semifinal única a medio segundo del objetivo –fue 4.º con la gallega Sonia Molanes y solo pasaban las tres primeras. Por el contrario sí superó toda la fase previa en K-4 al lado de las compañeras con las que certificó el pasaporte olímpico en el Europeo y compitió en la que –ella obviamente no lo sabía entonces– iba a ser su última final olímpica, el 22 de agosto de 2008 en el Parque de Shunyi. De nuevo clausuró la regata como quinta clasificada, a menos de un segundo de la medalla de bronce que ganó Australia, y Bea Manchón dijo adiós a los Juegos sin la medalla que siempre faltará –injustamente– en su palmarés.

Continuó en el ciclo 2008-2012 rindiendo a gran nivel en el Mundial –en 2009 logró su último metal– y en el Europeo –subió al podio en 2012–, pero en el Preolímpico de Lucerna (Suiza) perdió la primera oportunidad de estar en Londres 2012 y en el definitivo de Poznan, con solo una plaza en juego en K-2, tampoco pudo ser. Como recuerda la deportista, “el nivel deportivo era más que suficiente para hacer un gran papel en los Juegos, pero las cosas salieron mal desde el principio, con malas decisiones como operarme el hombro en 2011, dedicarme solo al K-4; además, no todas las compañeras estaban por la labor”.

Medalla de Andalucía en 1998, miembro de Real Orden del Mérito Deportivo en la categoría de medalla de oro y Premio Andalucía de los Deportes (1998, 2001 y 2002), Bea Manchón fue progresivamente abandonando el piragüismo en la temporada 2013 para dar paso a otras ocupaciones personales, como conceder más tiempo a su marido, Manuel Rodríguez –médico deportivo asturiano vinculado al ciclismo–, y a sus dos hijas, Beatriz y Laura, así como profesionales. Puntualicemos que Beatriz terminó los estudios de Podología que comenzó en Madrid al cumplir los veinte años y que más tarde se formó en Nutrición.

Actualmente, Bea Manchón, la Reina del Guadalquivir, mantiene su domicilio en Sevilla con vistas al río que le vio nacer como deportista, aunque reside habitualmente en Avilés, y trabaja como nutricionista en el cuadro médico del Real Sporting de Gijón, donde ingresó en diciembre de 2015, sin dejar de practicar el deporte al que tanto ha dado.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 3 de diciembre de 2020