David Serrano Vílchez

DEPORTISTAS OLÍMPICOS Y PARALÍMPICOS ANDALUCES

David Serrano Vílchez
Olímpico

David
Serrano

Granada

David Serrano Vílchez

10.10.1968

Granada

1
Juegos Olímpicos Deporte Categoría Prueba
Resultado
1992 Barcelona (España) Bádminton Masculina Individuales
Puesto 33


Biografía de David Serrano Vílchez

Elegido mejor deportista masculino del siglo XX por la Federación Española de Bádminton –distinción que revela su significación para la historia estatal de este deporte–, la carrera deportiva de David Serrano fue paralela en muchos casos a la de la malagueña Esther Sanz, compartiendo con ella el privilegio de ser los primeros jugadores españoles de bádminton en competir en unos Juegos Olímpicos.

Sucedió en Barcelona 1992 y, aunque la experiencia fue corta –ambos jugadores eran conscientes de que el mero hecho de superar una ronda hubiera constituido un grandísimo resultado–, el recuerdo que David guarda de ella es gratísimo. Como rememora en una entrevista concedida al diario Ideal (2016), “para mí significó llegar a la cúspide y también para el bádminton español. Era la culminación a mi carrera y el punto de inflexión para mi deporte. Perder en el primer partido contra un japonés ahora queda como una anécdota. Lo importante era que yo estaba allí”. Así sucedió. El granadino fue uno de los 56 jugadores que comenzaron el torneo individual, debiendo disputar la primera ronda (1/32 de final) el 28 de julio en el Pabellón de la Mar Bella. Y también fue uno de los 24 eliminados en su debut olímpico, en su caso, a manos del japonés Hideaki Motoyama (9-15 y 10-15), lo que le relegó a la 33.ª posición de la clasificación general. Junto a él estuvieron su entrenador de siempre, Luis Terón, acompañado de Pedro Víctor Blach Bralla y Pedro Rodrigo.

Hijo de Antonio y Celia y el mayor de dos hermanos –Raúl se llama el menor–, nuestro protagonista nació el 11 de octubre de 1968 en Granada. Desde su infancia sintió el magnetismo de la práctica deportiva, en especial en el ámbito de los deportes de raqueta, esto es, los tradicionales tenis de mesa y tenis, o los advenedizos squash y frontenis. No obstante, con 14 años quedó atrapado por la última novedad –o rareza, según se mire en aquellos primeros años 80–, el bádminton, disciplina que le mostró su profesora de Educación Física en el Instituto Mariana Pineda, Gregoria Bazuelo.

El desempeño de aquella diversión, que muchas veces llevaba a cabo en soledad en el gimnasio del instituto, mostró que nuestro biografiado tenía talento para el golpeo del volante en pequeñas pero enriquecedoras victorias como el torneo del centro o el Campeonato de Granada. Ello hizo que, poco a poco, fuera ilusionándose y consolidando una vida deportiva cada vez más intensa en entrenamientos, sobre todo a partir de los 17 años, y en las estructuras de los clubes de bádminton Granada, Veleta, Escolapios y Universidad de Granada, todos ellos de su ciudad natal, que por entonces era la capital nacional de este deporte por el interés existente, el número de sociedades y la labor que desarrollaban directivos como José Miguel García de la Torre.

Si las victorias ayudan, a veces también las derrotas lo hacen más, como fue el caso de David, quien recuerda especialmente “la paliza que Francisco Alberca me endosó en el Campeonato de Andalucía, el 0-15 en el segundo set que me dejó perplejo y al mismo tiempo hizo que me fijara el reto por convertirme en el mejor jugador de España”.

Fue, sin duda, una época en la que el entusiasmo palió la escasez de recursos tanto en los clubes como en el equipo nacional, que apenas podía salir a competir internacionalmente, lo cual fue un serio inconveniente para poder progresar y equiparse a otras selecciones europeas.

Con 21 años, la temporada 1989-1990 trajo para David la ratificación a su esfuerzo y trabajo en forma de primeros triunfos. Con el CB Escolapios –al lado de dos figuras claves en su trayectoria deportiva, sus paisanos Luis Terón y Jesús Samaniego– conquistó el IV Campeonato de España de Clubes, mientras que en el Nacional absoluto, celebrado en Gijón, se hizo con el triunfo en individuales y en dobles mixtos, junto a Cristina González. Las dos primeras medallas de oro de un palmarés estatal que presenta un total de trece, a saber: siete títulos consecutivos en individuales (Gijón 1990, Huesca 1991, Palma del Río 1992, Alicante 1993, Benalmádena 1994, Granada 1995 y Murcia 1996) y seis encadenados en dobles mixtos (1990, 1991, 1992, 1993, 1994 y 1996), con González el primero y con Esther Sanz los cinco siguientes.

Indiscutible número uno nacional y líder del equipo nacional masculino, en 1991 concurrió a la II Copa Sudirman –el mundial de equipos mixtos– en Copenhague y contribuyó a un digno debut de España (32.ª de 35 selecciones), y a continuación se estrenó en el Campeonato del Mundo en la misma capital danesa, resultando eliminado en 1/64 de final de individuales por el chino Wu Wenkai (6-15 y 0-15), mientras que en dobles (con el sevillano Antonio Miranda) también cayó en su primer partido (1/32 de final) –eso sí, ganando un set a la pareja norcoreana– y en mixtos (con Cristina González) avanzó hasta 1/16 de final (puesto 9.º).

Ya en la temporada 1991-1992, David abandonó Granada y marchó a vivir a La Rinconada al ser elegido dentro del grupo de elite del bádminton nacional que preparó los Juegos Olímpicos de Barcelona en el Centro de Tecnificación ubicado en esta localidad sevillana, coincidiendo con el rinconero Antonio Molina, el levantino Arturo Ruiz, Cristina González o Esther Sanz, entre otros. Tras casi un año de intensa concentración permanente, nuestro protagonista se ganó la plaza para representar a España en el torneo individual masculino de las Olimpiadas de 1992 –donde precisamente debutaba el bádminton como deporte olímpico– imponiéndose en el Nacional de Palma del Río, cita designada por los técnicos nacionales para terminar de decidir la pareja olímpica. Antes de ellos, en abril, había debutado en el Campeonato de Europa, en Glasgow (Reino Unido), donde quedó eliminado en la 2.ª ronda (de 4) de la calificación de individuales y en 1/16 de final en dobles masculinos (con Antonio Miranda) y dobles mixtos (con Esther Sanz).

En el ciclo de Atlanta 1996, el granadino continuó con su particular reinado en el bádminton nacional acumulando en su currículum los títulos ya reseñados, mientras que como internacional acudió a dos nuevas ediciones de la Copa Sudirman (36.º en Lausana 1995 y 34.º en Glasgow 1997) y al Campeonato del Mundo de 1995, en el que fue eliminado en 1/128 de final en individuales y en 1/32 de final en dobles mixtos (con Patricia Pérez). No obstante, estas prestaciones competitivas y otras en acontecimientos continentales no constituyeron méritos suficientes para volver a jugar con la elite mundial en unos Juegos y al término de la temporada de 1997 se retiró de la alta competición, con 29 años y 43 internacionalidades con el equipo nacional absoluto.

Una intensa vida deportiva, sin duda, en la que David nunca dejó de estudiar, siendo capaz de compatibilizar concentraciones, entrenamientos, competiciones y estudios, incluso de postgrado. De tal forma que primero se diplomó en Magisterio (especialidad de Educación Física) y después se licenció en Psicopedagogía en la Universidad de Granada, formación que completó con tres másteres en materias complementarias: alto rendimiento del Comité Olímpico Español, gestión deportiva del Instituto Olímpico de Ciencias del Deporte y coaching deportivo de la Escuela de Inteligencia y la Universidad Camilo José Cela.

Laboralmente, David Serrano llevó a cabo una exitosa transición de jugador a técnico trabajando primero en la Federación Andaluza de Bádminton y desde 1999 en la Federación Española de Bádminton, en la que asumió las funciones de director técnico y, en el ciclo olímpico 2000-2004, las de entrenador del Centro de Alto Rendimiento de Madrid, período del que guarda el bello recuerdo de la clasificación –por méritos propios– de Sergio Llopis y José Antonio Crespo para los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.

Desde 2004, bajo la presidencia de su paisano David Cabello Manrique –quien fuera su entrenador en el CB Universitario de Granada–, David Serrano, que vive actualmente en La Rozas (Madrid) con su esposa Gema y la hija de ambos, Norah, ha venido desempeñando la función de director técnico para el desarrollo y la formación en la federación española, habiendo ayudado a asentar las bases y a alcanzar la actual eclosión de este deporte, por practicantes y éxitos deportivos alcanzados, inimaginables cuando él comenzó a practicarlo. En octubre de 2020 ha pasado a ocupar el cargo de secretario general del ente federativo.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 9 de noviembre de 2020