Eustaquio
Mira
Eustaquio Mira Ramos
22.01.1962
Camas (Sevilla)
Juegos Paralímpicos | Deporte | Categoría | Prueba | Resultado |
---|---|---|---|---|
1988 Seúl (Corea del Sur) | Baloncesto_en silla | Masculina | Baloncesto en silla | Puesto 12 |
1992 Barcelona (España) | Baloncesto_en silla | Masculina | Baloncesto en silla | Puesto 6 |
1996 Atlanta (EE.UU.) | Baloncesto_en silla | Masculina | Baloncesto en silla | Puesto 4 |
Biografía de Eustaquio Mira Ramos
Este ilustre deportista sevillano fue uno de los pioneros del afamado CD ONCE Sevilla, uno de aquellos que jugaron el 5 de noviembre de 1988 el primer encuentro oficial de liga de este club, dentro de la ya inexistente Tercera División del baloncesto en silla de ruedas español, ante el Nueva Era. Aquel día, Eustaquio inauguraba un nuevo capítulo de una trayectoria deportiva que fue extensa –más de 30 años en activo– y, sin duda, brillante, superando el centenar de internacionalidades con la selección española y disputando doce grandes campeonatos, entre ellos tres Paralimpiadas.
Eustaquio Mira nació el 22 de enero de 1962 en la localidad sevillana de Camas, en la casa de sus padres, Félix Andrés y Antonia. Quinto de siete hermanos, a los seis meses de nacer contrajo el virus de la poliomielitis, por el cual tuvo que ser operado hasta en catorce ocasiones para atenuar las secuelas del mismo, que se concentraron, como era habitual, en los miembros inferiores.
Tal circunstancia dirigió su recorrido académico, que comenzó en un colegio de Camas y prosiguió como interno en la institución de San Juan de Dios, primero en Sevilla capital, en el barrio de Nervión, y luego en la ciudad sanitaria ubicada en Alcalá de Guadaíra, donde tuvo sus primeros contactos con el deporte. Posteriormente, sus padres lo enviaron a estudiar dos años a Albacete bajo la tutela de la Asociación Nacional de Incapacitados Civiles (ANIC), en cuyo equipo de balonmano en silla entró nuestro protagonista, demostrando no pocas habilidades ante la portería contraria.
Sin embargo, no sería esta disciplina la que terminó acaparando los sueños de juventud de Eustaquio, sino el baloncesto, a raíz de su regreso a Sevilla y de empezar a trabajar en una zapatería en el barrio de Bami, pegada al Hospital Virgen del Rocío. Según recuerda el cameño, un día vio por televisión unas imágenes del equipo de baloncesto de dicho hospital jugando en Jerez de la Frontera y le gustó tanto que, dada la cercanía, a los pocos días preguntó, habló con uno de los ideólogos del club, Antonio Jiménez Cano, y entró a ser parte del mismo.
Apenas tenía 14-15 años cuando el joven Mira, alero clase 3, fue incluido en la plantilla B del CD Virgen del Rocío, que sería campeón de la Liga Nacional en 1977 y autor del doblete liga-copa en 1978. Ya en el primer equipo, Mira participaría activamente en la consecución de 4 triunfos en la Copa del Rey (1982, 1985, 1987 y 1988) y 6 segundos puestos (1980, 1981, 1983, 1989, 1991 y 1995), mientras en liga obtuvo el título en 1988 y el subcampeonato en 4 ocasiones (1980, 1981, 1982 y 1983).
Jugador internacional desde 1982 con el combinado sub-21 y desde 1986 con la selección absoluta, Eustaquio fue uno de los jugadores en la agenda del técnico Antonio Delgado Palomo para formar el CD ONCE Sevilla cuando la idea de los vendedores no ciegos del cupón de la Organización Nacional de Ciegos Españoles recibió en 1988 la bendición de la delegación sevillana de dicha entidad. El fichaje de Eustaquio se materializó justo antes de viajar a sus primeros Juegos Paralímpicos (Seúl 88) y, además, conllevó su incorporación laboral a la ONCE para la venta del cupón.
En el ONCE Sevilla, Eustaquio militó desde la temporada 1988-1989 a la 2003-2004, aunque su papel en los últimos años fue secundario. Su juego y excelente tiro exterior fueron claves en los dos ascensos consecutivos que llevaron al equipo a Segunda (1989-1990) y a Primera División (máxima categoría) ya en la campaña 1990-1991 (3.ª posición final), así como en la primera gran época de los auriverdes, que ganaron las ligas de 1992, 1993 y 1994 y las copas del Rey de 1992 y 1994, siendo subcampeones en 1993. Cinco títulos de seis posibles.
Más adelante, el renombrado ONCE Andalucía volvió a ser campeón de liga en 2003 y 2004 –subcampeón en 2001 y 2002– y vencedor de la Copa del Rey en 2002 y 2004 –segundo en 2003– aún con Mira en la plantilla, si bien desplazado de la titularidad por nuevos jugadores. En tales circunstancias, el incipiente CD Vistazul de Dos Hermanas requirió su experiencia y clase y la firma con el nuevo conjunto nazareno se hizo realidad de cara a la temporada 2004-2005, en la que debutaba en Primera División, ya por entonces el segundo escalafón estatal, por debajo de la División de Honor. Los últimos años de baloncesto de Eustaquio discurrirían con los azulinos y en la categoría de plata.
Cambiando de tercio, la primera vez que el cameño vistió la camiseta nacional fue con ocasión de un encuentro amistoso que jugaron en 1982 en Roma los equipos nacionales sub-21 de Italia y España y que terminó con triunfo español por 50-52. Pasarían cuatro años para que el prometedor jugador diese al salto a la selección absoluta y acaeció en la gira de exhibición –tres encuentros– que con motivo del Mundobasket 86, que acogió España, se llevó a cabo en Toledo y Aranjuez entre los anfitriones y los estadounidenses.
A partir del año siguiente llegaron los campeonatos oficiales, en cuya disputa Eustaquio recorrió medio mundo. Estuvo presente en dos campeonatos del mundo o Copa de Oro: Edmonton 1994 (7.º) –España regresaba a la cita universal tras 15 años de ausencia– y Sídney 1998 (6.º). Asimismo, concurrió a siete campeonatos de Europa: Lorient 1987 (8.º), Charleville-Mézières 1989 (10.º), Ferrol 1991 (6.º), Berlín 1993 (5.º), París 1995 (medalla de plata), Madrid 1997 (4.º) y Roermond 1999 (10.º). Este último, en Holanda, donde España no lograba la clasificación para las Paralimpiadas de 2000 y, además, descendía de división continental, supuso su despedida del combinado nacional.
Intercalados con todo ello, relucen sus tres Juegos Paralímpicos.
A Seúl 1988 Eustaquio Mira marchó con solo 22 años y todas las ganas del mundo, al lado de sus compañeros en el ONCE Luis Albelda y Manuel Cáceres y de los malagueños Joaquín Fernández, Antonio Henares, Salvador Núñez y Salvador Zurita. Completaban el equipo Pedro Alonso, Pablo Beiro, Juan Guzmán, Iñaki Ibarreta y Ricardo Núñez.
No obstante, lo cierto y verdad es que España repitió la peor actuación en unos Juegos que databa de su debut en 1972 (12.ª plaza). El combinado quedó eliminado en la fase de grupos (3.º del C) después de perder ante Holanda (57-79) e Israel (55-72) y ganar a Corea (84-63), de forma que hubo de medirse por los puestos del 9.º al 16.º. En esta fase, venció a Brasil (65-37), perdió frente a Bélgica (43-58) y, por último, por la 11.ª posición, cayó ante Reino Unido (34-40).
Cuatro años después, en Barcelona, las expectativas creadas en torno al baloncesto en silla eran máximas. De medalla. Por ello, supo a poco el diploma conseguido (6.º clasificado) por el conjunto español, en el que repetían, respecto a Seúl, Albelda, Cáceres, Mira, Fernández, Henares, Zurita e Ibarreta, y entraban Diego de Paz, Juan Lara, Eloy Guerrero, Jesús Torres y Fernando Vila.
En esta ocasión, el torneo tuvo una clasificación previa más estricta y estuvo reducido a doce selecciones, en contraposición a las 17/18 de ediciones precedentes, y contó con un formato idéntico al del baloncesto convencional, con una fase inicial de dos grupos, de la que los cuatro primeros de cada fracción pasaban a cuartos de final.
El cuadro español no cumplió una buena ronda, ya que perdió ante Estados Unidos (62-71), Reino Unido (62-64) y Canadá (45-53), y solo ganó a Japón (68-46) y Argentina (58-52). Pese a todo, pasó a cuartos por los pelos, como 4.ª del grupo B, de ahí la dificultad de la eliminatoria: ante la primera del grupo A, Holanda, que se llevó el duelo (53-59). Abocados a la lucha por los puestos del 5.º al 8.º, los españoles volvieron a caer a manos de los británicos (54-55) y, por la 7.ª plaza, ganaron a los australianos (63-59). Posteriormente, la descalificación de Estados Unidos –medalla de oro– por positivo de tres de sus miembros motivó que todos los demás equipos ascendiesen una posición.
La última comparecencia de Mira en el torneo paralímpico fue la más gratificante de todas, ya que el equipo español, que venía de ser subcampeón europeo, rozó la gloria de una medalla de bronce por la que estuvo porfiando de tú a tú en un dramático partido final contra los anfitriones. Este cuarto puesto –nuevo diploma– y la plata continental quedan como los grandes logros internacionales de Mira en toda su carrera deportiva.
Hasta Atlanta se desplazaron Manuel Berzal, José Cobos, Diego de Paz, Antonio Henares, Juan Lara, Eduardo López, Pablo Martín, Eustaquio Mira, Manuel Pérez, José Manuel Rodríguez, José Soler y Jesús Torres. Este grupo concluyó en primera posición del grupo A tras una casi perfecta primera fase en la que ganó cuatro partidos (69-56 a Australia, 54-47 a Reino Unido, 76-60 a México y 63-44 a Argentina) y solo cedió ante Canadá (53-62).
Luego, en las eliminatorias por el título, España superó los cuartos de final (61-48 a Japón), pero en semifinales Reino Unido la apartó (44-50) de la anhelada final. Definitivamente, en la final por el bronce del 24 de agosto, los españoles tuvieron que enfrentarse a los anfitriones, Estados Unidos, a los que Australia –finalmente campeona– había ganado en la otra semifinal. En un intenso y duro partido, los americanos privaron a los españoles de la última plaza del podio por 60-66. Curiosamente, el oro y la plata correspondieron a equipos a los que España había superado en la fase previa.
Eustaquio Mira dejó el baloncesto en 2009 a consecuencia de un ictus, el cual no le impidió en un primer momento continuar con su trabajo de venta de cupones enfrente del viejo ayuntamiento de Camas, donde había conseguido el traslado tras varios años con un puesto en Alcalá de Guadaíra. No obstante, complicaciones derivadas de ese primer episodio y otros nuevos terminaron por vencer la fortaleza de nuestro protagonista, quien ya no puede valerse de sus muletas para desplazarse y vive en Bormujos junto a su hermana María, que le cuida.
Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 17 de octubre de 2020