Francisco Javier García López

DEPORTISTAS OLÍMPICOS Y PARALÍMPICOS ANDALUCES

Francisco Javier García López
Olímpico

Paco
García

Granada

Francisco Javier García López

24.07.1949

Motril (Granada)

2
Juegos OlímpicosDeporteCategoríaPrueba
Resultado
1972 Múnich (Alemania Federal)AtletismoMasculina200 m
Puesto 17
1972 Múnich (Alemania Federal)AtletismoMasculina4x100 m
Descalificado
1976 Montreal (Canadá)AtletismoMasculina4x100 m
Descalificado


Biografía de Francisco Javier García López

Primer velocista andaluz olímpico –luego llegarían Gómez Campuzano, Enrique Talavera y Julia Alba–, nació el 24 de julio de 1949 en Motril (Granada) en un entorno que en los años 50, como muchos otros, estaba carente de infraestructuras deportivas, de modo que su aprendizaje deportivo se desarrolló en la calle, casi siempre tras un balón de fútbol. Fue el mayor de los tres hijos –tiene dos hermanas– que tuvieron sus padres, Antonio y Francisca, y realizó sus estudios en el colegio de los frailes Agustinos y la Academia San Etanislao.

Paco García no tuvo una conciencia clara de lo que significaba la palabra atletismo hasta que en 1963 pudo visionar en el cine, fascinado, la película de los Juegos de Roma 1960, cuyas secuencias de los atletas Wilma Rudolph, Peter Snell, Herbert Elliot o Abebe Bikila le emocionaron extraordinariamente. Por ello, ese mismo año, se lanzó a revivir lo visto participando –bajo los auspicios del club de la Academia San Estanislao de Motril– en la campaña nacional “Día de Iniciación del Deporte”, en cuya fase territorial de Motril y provincial de Granada –organizadas por la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes– nuestro protagonista se impuso en las pruebas de velocidad pura y saltos de altura y longitud, lo que le procuró la selección en el mes de agosto, junto a compañeros de Baza y Guadix, para la concentración nacional en Pamplona.

Al año siguiente (1964) sus cualidades volvieron a salir a escena en la segunda edición del programa, aunque esta vez llamaron la atención del entrenador Manuel Pascua Piqueras, cuya intermediación posibilitó que el atleta motrileño consiguiese una beca de la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes para estudiar y hacer atletismo en la Universidad Laboral de Córdoba, donde él era profesor, a partir del curso escolar 1964-1965. Esa temporada, nuestro biografiado obtuvo además su primera ficha deportiva, con el Club Arete de la capital cordobesa.

En Córdoba, entrenado por Pascua, permaneció hasta la conclusión del curso académico 1967-1968, que culminó efectuando el selectivo en ciencias en la Universidad Laboral de Sevilla. Pero atléticamente hablando ese año de 1968 fue muy significativo para Paco García, pues en verano batió el récord de España júnior de 100 metros (10.5) y llegó a ser internacional júnior y absoluto –en un bilateral con Marruecos en Barcelona–, lo que le ocasionó beneficiarse de una nueva beca, aunque esta vez en el centro neurálgico del deporte en España, la Residencia Joaquín Blume de Madrid.

Asentado en la capital de España desde finales de 1968 y con ficha por el madrileño Club Vallehermoso OJE, tras dos primeros años –1969 y 1970– complicados por falta de aclimatación al nuevo entorno –lo que se tradujo en un nivel discreto de resultados–, su progresión, a base de trabajo en los entrenamientos y compromiso por mejorar, evolucionó como se esperaba de él a partir de 1971, campaña en la que participó por España en tres bilaterales y consiguió su primera medalla en el Campeonato de España absoluto: bronce en 200 metros (21.8), en el certamen celebrado en el Estadio de Vallehermoso.

Pero la gran temporada del granadino fue la de 1972. Por diversos motivos. En términos de marcas, acabó el año como número uno del ranking nacional tanto en 100 metros (10.4) como en 200 metros, prueba esta en la que –de junio a septiembre– batió en cuatro ocasiones el récord de España, dejándolo en 20.6 (19-8-1972) en toma manual y 20.77 (3-9-1972) en toma eléctrica, destacando que este último registro fue la 15.ª mejor marca mundial y la 10.ª europea del año. También colaboró a la mejora en tres ocasiones de la plusmarca española del relevo 4×100 (40.1, 39.9 y 39.7).

En lo que respecta a la participación en competiciones, el andaluz mejoró en el Campeonato de España absoluto –de nuevo en Vallehermoso– la prestación del año anterior al ganar la medalla de plata en 200 metros (21.3) y se mantuvo en el equipo nacional, asistiendo a cinco bilaterales y, sobre todo, a los Juegos Olímpicos de Múnich, donde debutó el 3 de septiembre en la primera ronda de los 200 metros, siendo 2.º en la serie 7, con un tiempo de 20.89. Clasificado para cuartos de final, por la tarde mejoró el registro (20.77), fue 5.º en la serie 5, pero quedó apeado de las semifinales por una centésima –clasificaban los 3 primeros más un tiempo, que correspondió precisamente al que le precedió en su carrera, el francés Lucien Sainte-Rose (20.76).

Posteriormente, el 9 de septiembre, compitió en el relevo 4×100, con Manuel Carballo, José Luis Sánchez Paraíso y Luis Javier Sarria, cuarteto que quedó descalificado en la serie 4 de primera ronda al salirse Carballo, último relevista, de la zona de recogida sin poder recoger el relevo que iba a entregarle el propio Paco García.

Embarcado en un nuevo ciclo olímpico, el granadino volvió a sentir en 1973 la alta competición al ser seleccionado para el Campeonato de Europa en pista cubierta celebrado en Róterdam (Holanda) –eliminado en la primera ronda de 60 metros lisos– y la Copa de Europa de Naciones, que tuvo lugar en Celje (Yugoslavia) y en la que llegó a las semifinales del 4×100. Asimismo, logró la medalla de plata en 100 metros (10.6), por detrás de Sánchez Paraíso, en el Campeonato de España absoluto al aire libre celebrado en Barcelona. Sin embargo, junto a otros atletas españoles, se negó a ir a la Universiada de Verano, en Moscú (URSS), al no aceptar la Federación Española de Deporte Universitario la solicitud de nuestro atleta de unas dietas de 1.000 pesetas diarias. Circunstancia esta que fue aprovechada por la Real Federación Española de Atletismo para aplicar el principio de autoridad ejemplarizante y suspenderle de sus derechos deportivos.

Ello le acarrearía el apartamiento del equipo nacional hasta 1976 y su ausencia de las pistas en España hasta finales de 1974, matizando que también fue víctima de serias lesiones que mermaron su rendimiento, si bien logró mantenerse siempre entre los siete primeros del ranking nacional de los ejercicios de 1974 y 1975 en las pruebas de 100 y 200 metros.

Pese a todo, su tesón, recuperación física y ganas de volver a estar en unos Juegos Olímpicos posibilitaron que en 1976 asistiésemos a una mejor versión del atleta andaluz, quien, sin el nivel de 1972, pudo encaramarse al segundo puesto de la tabla del año en 200 metros (20.9) y regresar a la internacionalidad en la Westathletic disputada en Viena, donde se hizo con la medalla de oro (39.94) en relevos 4×100. Con los mismos compañeros y en la misma prueba, el 10 de julio, en Zúrich (Suiza), batió con un tiempo de 39.55 el récord de España, siendo la sexta y última vez que lo haría, resultado con el que se ganó definitivamente la confianza de los técnicos para acudir a los Juegos de Montreal 1976.

En Canadá, el cohesionado cuarteto nacional, formado por Javier Martínez Jiménez, Sánchez Paraíso, Sarria y Paco García accedió a semifinales luego de acabar quintos (de 7 equipos) en la serie 1 de primera ronda, con un buen tiempo de 39.93. A continuación, en la tarde de ese 30 de julio, no hubo tanto acierto, pues el equipo fue descalificado en la segunda semifinal.

Con dos Juegos Olímpicos en su haber y licenciado en Derecho, la temporada de 1977 sería la última del velocista granadino en el alto nivel. Ese año, volvió a subir al podio –medalla de plata en 200– en el Campeonato de España absoluto al aire libre, en Granollers (Barcelona), y se despidió –con un total de 17 internacionalidades absolutas y 4 júnior– de la selección española participando con el relevo corto en un triangular en Lisboa y en la Copa de Europa de Varsovia (Polonia).

Aunque siguió en las pistas dos temporadas más, sin la motivación y preparación de otrora, sus resultados fueron muy inferiores lo que supuso su retirada como atleta en activo a finales de 1979 y el tránsito al mercado laboral. Durante diez años trabajó como técnico superior en la Dirección Comisionada de Sanidad y Consumo de Valencia y, posteriormente, se trasladó con su esposa, Rosana, a Las Rozas (Madrid), donde sigue viviendo, para ejercer de profesor en el Instituto de Enseñanza Secundaria Antonio de Nebrija de Móstoles (Madrid) hasta su jubilación en 2019, a los 70 años.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 4 de noviembre de 2020