Francisco Miguel Narváez Mochón

DEPORTISTAS OLÍMPICOS Y PARALÍMPICOS ANDALUCES

Francisco Miguel Narváez Mochón
Olímpico

Kiko
Narváez

Cádiz

Francisco Miguel Narváez Mochón

26.04.1972

Jerez de la Frontera (Cádiz)

1
Juegos OlímpicosDeporteCategoríaPrueba
Resultado
1992 Barcelona (España)FútbolMasculinaFútbol
Medalla de oro


Biografía de Francisco Miguel Narváez Mochón

Conocido por todos por el sobrenombre de Kiko, este jerezano es uno de los jugadores más talentosos y carismáticos del futbol andaluz y español de todos los tempos y una figura de la historia olímpica de este país, no en vano marcó el gol que el 8 de agosto de 1992, en el tiempo de prolongación, derrotaba (3-2) a Polonia en la final del torneo olímpico de fútbol de Barcelona 1992 y proporcionaba la medalla de oro a la selección española en el Nou Camp, ante el Rey Juan Carlos I y 100.000 espectadores, siendo, junto a la entrada de Fermín Cacho en la final de 1.500 metros en el Estadio Olímpico, una de las imágenes imperecederas de aquellos Juegos.

El jerezano marcó otros cuatro goles en aquel torneo en el que España, dirigida por Vicente Miera, venció en todos sus partidos: Colombia (4-0), Egipto (2-0), Catar (2-0), Italia (1-0) en cuartos de final, Ghana (2-0) en semifinales y, lógicamente, Polonia en la final.

Francisco Narváez formó parte de aquella Quinta de Cobi en la que figuraron futbolistas del renombre de Ferrer, Abelardo, Guardiola, Lasa, Solozábal, Villabona, Amavisca, Luis Enrique, Jiménez, Vidal, Soler, Hernández, Pinilla, Alfonso, López y el cordobés Berges.

Nacido el 26 de abril de 1972 en Jerez de la Frontera (Cádiz), de este espigado delantero centro –1,89 metros de estatura– siempre se dijo que había venido al mundo con duende y arte cuando tenía un balón entre los pies y con el magnetismo propio de las estrellas. Todo comenzó, como en tantos chavales de su época, jugando en la escuela de la calle, donde derramó pasión, mostró sus esencias y genialidades con regates y pases inverosímiles y expresó su creatividad en el juego y fuera de él con anécdotas tan reveladoras como la creación, cuando tenía 10 años y junto a sus amigos del barrio, del equipo que denominó la Unión de Feos Raros y Andaluces (UFRA).

Su primer club fue la jerezana Asociación Deportiva Pueblo Nuevo, donde empezó jugando en alevines y permaneció hasta que con 13 años recaló en los escalafones inferiores del Cádiz Club de Fútbol, lo que le condujo a dejar su ciudad natal para vivir en la capital en una pensión con el resto de chavales de la cantera. Así estuvo hasta que firmó su primer contrato profesional con el club cadista. Entonces volvió a vivir en Jerez de la Frontera y se desplazaba cada día hasta la capital gaditana para entrenar.

Tras jugar en el filial amarillo, en la temporada 1990-1991 debutó con el primer equipo en Primera División de la mano del técnico Ramón Blanco, su descubridor. Sucedió el 14 de abril de 1991 durante la 30.ª jornada liguera en un Cádiz-Athletic de Bilbao (2-3) celebrado en el Estadio Ramón de Carranza.

Pocos días después, el 23 de abril, vistió por primera vez la camiseta nacional en el encuentro de la Copa Atlántico sub-19 entre Portugal y España –triunfo local por 2-0–, en Lisboa.

Sin embargo, la aparición de Kiko en las conversaciones de la opinión pública se materializó tras la última jornada de liga en la que el Cádiz se jugaba la permanencia ante el Zaragoza e iba perdiendo por un gol a menos de media hora del final. Kiko entró en el minuto 65 y le dio la vuelta al partido en dos acciones magistrales. Primero, en el minuto 81, provocó un penalti que fue transformado por su compañero Dertycia y dos minutos después él mismo marcó el tanto de la victoria que permitía a la formación gaditana salir de los puestos de descenso directo y jugar la promoción, que luego superó batiendo al Málaga.

Con el Cádiz actuaría dos temporadas más (1991-1992 y 1992-1993), contribuyendo en la primera (8 goles en 38 partidos) a una nueva permanencia en la máxima categoría nacional –tras ganar al Figueras en la promoción– y no pudiendo evitar el descenso en la segunda. Paralelamente, con los equipos nacionales, participó en la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de 1992, fue convocado por la selección sub-21 tanto en 1992 como en 1993 –llegando a actuar en tres encuentros en este último año– y se estrenó con los absolutos el 16 de diciembre de 1992 en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán de Sevilla, en la victoria (5-0) sobre Letonia correspondiente a la fase de clasificación para la Copa del Mundo de 1994. Posteriormente, jugó ante México e Irlanda del Norte, ya en 1993.

Convertido a sus 21 años en un incipiente as del fútbol nacional, el Atlético de Madrid incorporó en la campaña 1993-1994 a nuestro protagonista, quien en el club colchonero llevaría a cabo la mayor parte de su carrera deportiva: ocho temporadas, hasta la 2000-2001, en las que totalizó 223 partidos y anotó 48 goles.

En Madrid conoció la particular gestión del presidente Jesús Gil y la sucesión de entrenadores en el banquillo atlético –Jair Pereira, Cacho Heredia, Emilio Cruz, José Luis Romero, Iselín Santos Ovejero, Jorge D’Alessandro, Pacho Maturana, Alfil Basile, Carlos Aguiar y el serbio Radomir Antic–, del mismo modo que saboreó el éxito, tal fue el recordado doblete (triunfo en la Liga y la Copa del Rey) en la temporada 1995-1996, y el amargor del fracaso futbolístico al descender la temporada 1999-2000 a Segunda División.

A título individual, el mejor curso del futbolista jerezano fue, sin duda, el de 1996-1997 ya que estableció su récord de goles en una temporada (13), ayudando a la 5.ª posición liguera del club y a llegar a cuartos de final de la Liga de Campeones de Europa.

Fastidiado con los tobillos, en 2001 rescindió el contrato que le mantenía ligado al Atlético de Madrid hasta 2003 y fichó bien avanzada la temporada por el Extremadura Club de Fútbol, en Segunda División. El 7 de abril de 2002 jugó su último partido oficial –Extremadura-Numancia (0-2)– y se retiró como futbolista en activo con un haber de 271 encuentros en Primera División y 26 internacionalidades absolutas.

Tras las ya reseñadas comparecencias con la selección española, en la campaña 1993-1994 actuó tanto en la sub-21 como en la absoluta, en el amistoso ante Chile y en el partido de clasificación mundialista frente a Dinamarca. No obstante, el seleccionador nacional, Javier Clemente, no consideró llevarlo a la Copa del Mundo de 1994, en Estados Unidos, y Kiko sufrió un ostracismo de dos años exactos, hasta que reapareció con los colores españoles el 15 de noviembre de 1995, en un España-Macedonia (3-0).

A partir de ahí, el andaluz se hizo un jugador importante en el combinado nacional, participando en la Eurocopa de Inglaterra 1996, donde llamó la atención con jugadas de altísima calidad y la formación de Clemente alcanzó los cuartos de final –eliminada por el equipo anfitrión en la tanda de penaltis–, y en la Copa del Mundo de Francia 1998.

Medalla de Andalucía en 1998, Premio Andalucía de los Deportes en 1992 y 1996 y distinguido en su ciudad natal al ser bautizado con su nombre un pabellón deportivo, a renglón seguido de la retirada el futbolista andaluz marchó a vivir a la localidad cántabra de Suances, de donde es originaria su mujer, la modelo Patricia Ruiz, con la que contrajo matrimonio en 1999 y tiene dos hijas, Aitana y Valeria. Asimismo, empezó una exitosa trayectoria como comentarista de fútbol en diversos medios radiofónicos y televisivos nacionales, tales como Cope, Televisión Española, La Sexta, Ser, Telecinco y Movistar+.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 17 de noviembre de 2020