Jesús
Romero
Jesús María Romero Martín
12.09.1984
Málaga
Juegos Paralímpicos | Deporte | Categoría | Prueba | Resultado |
---|---|---|---|---|
2012 Londres (Reino Unido) | Baloncesto_en silla | Masculina | Baloncesto en silla | Puesto 5 |
2016 Río de Janeiro (Brasil) | Baloncesto_en silla | Masculina | Baloncesto en silla | Medalla de plata |
Biografía de Jesús María Romero Martín
Cuando la selección de baloncesto en silla saltó a las canchas de los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 y el Campeonato del Mundo de Incheon 2014 hacía tiempo que España no competía en tales acontecimientos. ¡Nada menos que 16 años! Todo un mundo en el deporte. El poner fin a este lapso correspondió a la nueva generación de jugadores, campeones de Europa sub-23 en 2006 en su mayoría y que, al crecer, ha superado todo lo conseguido por los Montenegro, Henares, De Paz y compañía. En dicha nueva oleada de ases de la canasta se halla Jesús Romero.
Jesús María nació el 12 de septiembre de 1984 en Málaga, aunque su familia pronto se trasladó a Torre del Mar, municipio de Vélez-Málaga, que es donde nuestro protagonista ha crecido, estudiado y se ha hecho jugador de baloncesto. Hijo de Antonio y Remedios y tercero de cinco hermanos, Jesús vino al mundo con una lesión de espina bífida que le dejó secuelas en una pierna, una monoparesia que le ha impedido la normal formación del miembro. Pese a todo, el optimismo y las ganas de hacer deporte de Jesús –gran aficionado al fútbol– siempre han sido superiores a toda discapacidad y tal energía ya le rezumaba cuando estudiaba primaria en el Colegio Custodio Puga, precisamente donde fue descubierto por el entrenador Francisco Aguilar Campos, que era maestro. Aquel encuentro entre futuro entrenador y futuro jugador obviamente no quedó ahí.
La invitación de Paco Aguilar para que se incorporara al Club Deportivo Amivel y comenzase su formación en baloncesto en silla fue aceptada por el pequeño Jesús, quien, a partir de ese momento, disfrutó compatibilizando estudios –pasó al Instituto de Enseñanza Secundaria María Zambrano–, entrenamientos y, poco después, competiciones, ya que en la campaña 1998-1999 Paco Aguilar le hizo debutar a la edad de 14 años. Ese año, nuestro base-alero de clase 3, cuyas cualidades son la entrega, la lucha y la inteligencia en la pista, vio cómo el club veleño se proclamaba subcampeón de Primera División y ascendía a División de Honor.
En las siguientes seis temporadas, Jesús Romero fue creciendo y se ganó la titularidad en un Amivel Clínicas Rincón –por motivos de patrocinio– que jugó siempre en División de Honor, aunque rozando un descenso que consumó en la 2000-2001 y enmendó al año siguiente, siendo de nuevo subcampeón de Primera.
No obstante, el diamante de Amivel pronto fue objeto de deseo de otros clubes y en el verano de 2005 Jesús recibió una oferta de la Fundación Polaris World de Murcia para ser profesional del baloncesto en silla. La propuesta era irrechazable y el joven de 21 años hizo las maletas para irse al club murciano, donde a las órdenes de Matteo Feriani jugó tres temporadas y media: 2005-2006, 2006-2007, 2007-2008 y la mitad de la 2008-2009.
El primer año, el pujante y novedoso equipo fue campeón de Primera y ascendió a División de Honor, mientras que en 2007 ya fue subcampeón de la máxima categoría nacional, 3.º en la Copa del Rey y compitió en la Copa de Europa. No obstante, en 2008 bajó hasta la 9.ª posición y comenzaron los problemas económicos que supusieron el fin del proyecto pimentonero antes de concluir la campaña 2009, cuando se denominaba Peinsa La Unión BSR de Murcia y estaba entrenado por Abraham Carrión.
Paralelamente, Jesús, a título individual, había comenzado a estudiar Trabajo Social a través de la UNED –por diversas circunstancias nunca terminó– y en el verano de 2008, aprovechando el descanso de la competición estatal, gozó de la maravillosa experiencia de jugar la liga australiana con el High Lube Roller Hawks de la ciudad de Wollongong, convirtiéndose en el primer jugador español en competir en la mencionada liga y, además, subcampeón.
Al fiasco del equipo de Murcia se unieron otros hechos que hicieron de 2009 un año para olvidar. La enfermedad de Jesús volvió a afectarle y tuvo que superar un lipoma medular en cuyo tratamiento y recuperación se vio obligado a abandonar las canchas. Así las cosas, llegó el momento de regresar al terruño, a la casa familiar de Torre del Mar y al Amivel Clínicas Rincón, donde ha militado por una década.
En la temporada de su reincorporación (2009-2010), el conjunto veleño repitió secuencias de antaño y se proclamó subcampeón de Primera, ganándose el derecho a volver a la División de Honor, categoría que desde entonces siempre ha conservado, ocupando la 4.ª posición en 2018, la 6.ª en 2012, la 7.ª en 2015 y la 8.ª en 2006 y 2017 como mejores clasificaciones y gracias a la fundamental contribución de Jesús Romero. Sin embargo, nuestro biografiado recibió para la campaña 2019-2020 una oferta desde Rusia, en concreto del Nevskiy Alyans de San Petersburgo, con el que no pudo concluir la liga a causa de la alerta sanitaria mundial.
Convertido en todo un internacional, la primera vez que el andaluz vistió la camiseta española fue en 2004 en la localidad de Malle, con motivo del Campeonato de Europa sub-22 –mal llamado júnior, pues no existe tal categoría en el baloncesto en silla– y de la mano de su descubridor, Paco Aguilar, a la sazón seleccionador nacional. En Bélgica, Romero y sus compañeros –entre ellos otros cuatro andaluces: los hermanos Zarzuela, Antonio Benítez e Israel Sánchez– conquistaron la medalla de bronce.
Al año siguiente, Romero concurrió al Campeonato del Mundo sub-23 (nótese que el mundial es sub-23 y el europeo, sub-22), donde España acabó 9.ª, y en 2006 cerró su periplo en las categorías inferiores a la absoluta con una sensacional medalla de oro en el Campeonato de Europa sub-22 celebrado en Estambul, luego de ganar en la final a Reino Unido por 65-54. Romero se había convertido en uno de los Júniors de Oro.
Sin embargo, su ingreso en el primer equipo nacional tardó en llegar debido a su juventud y los problemas de salud descritos. Sería en 2011 cuando el técnico Óscar Trigo lo reclamó para el importantísimo Europeo de Nazaret, que repartía plazas para los Juegos Paralímpicos del año siguiente. Una de ellas recayó en España gracias a la consecución de la medalla de bronce, de forma que se rompía, por fin, la adversa racha de ausencias, que iba por tres Paralimpiadas.
España había disputado sus últimos Juegos en Atlanta 1996 y en el más que deseado regreso Óscar Trigo dispuso de Bernabé Costas, Ismael García, Asier García, Jaume Llambi, Roberto Mena, David Mouriz, Rafa Muiño, Daniel Rodríguez, Francisco Sánchez y los andaluces Diego de Paz, Alejandro Zarzuela y Romero.
Con doce equipos en competición, los españoles debutaron el 30 de agosto con victoria ante Italia (67-40) y a continuación ganaron a Sudáfrica (74-50), perdieron contra Australia (59-75), batieron a Turquía (67-64) y cayeron ante Estados Unidos (55-63). Pese a ello no lograron escapar de la 4.ª posición del grupo A, por detrás de australianos, turcos y americanos, lo que les clasificaba para cuartos de final, eso sí, contra el vencedor del otro grupo, Canadá. En el citado cruce, el 5 de septiembre, los canadienses barrieron (51-77) a los españoles, quienes se recompusieron y cerraron el torneo venciendo a Turquía (86-78) y Alemania (67-48) para auparse a la 5.ª posición el 8 de septiembre. Un notable diploma paralímpico.
En el siguiente ciclo, nuestro biografiado fue convocado para el Campeonato de Europa de Fráncfort 2013, escenario en el que España revalidaba el bronce obtenido dos años antes y, a la vez, cercenaba otra secuencia negativa al obtener la clasificación para el Campeonato del Mundo de 2014 –la última vez que España lo disputó fue en 1998. Romero, empero, no recibió la llamada para dicho Mundial y tuvo que esperar a 2015 para retornar a la selección, ya con José Manuel Artacho al frente.
Ese año, el combinado nacional llegó a la 5.ª posición en el Europeo disputado en Worcester (Reino Unido) e hizo suyo uno de los pasaportes para los Juegos Paralímpicos de 2016, en cuya lista definitiva también estuvo Jesús, quien de esta forma vivía sus segundas Paralimpiadas.
Lean con atención el relato de lo sucedido en Brasil ya que el desenlace del mismo fue la consecución de una medalla de plata memorable, el mejor resultado de la historia del baloncesto en silla en nuestro país y, pese a no ser dorado, uno de los metales más significativos de la actuación española en estos Juegos.
Los protagonistas de la gesta fueron, amén del técnico (Artacho), Agustín Alejos, Jordi Ruiz, Jaume Llambi, Francisco Javier Sánchez, Daniel Stix, Carlos Vera, Amadou Tijane Diallo, Asier García, David Mouriz y los andaluces Jesús Romero y Alejandro y Pablo Zarzuela.
La competición, que constaba de una ronda preliminar con dos grupos de seis equipos cada uno, de los que los cuatro primeros accedían a las eliminatorias por el título, transcurrió sin sorpresas, ya que los líderes de cada grupo terminaron jugando la final y los segundos lucharon por la medalla de bronce. Por tanto, los españoles fueron los vencedores de su fracción, empatados con turcos y australianos, tras haber batido a Canadá (80-46) –el día del debut, el 8 de septiembre–, Japón (55-39), Australia (75-64) y Holanda (66-48), con una única derrota ante Turquía (65-69), en la tercera jornada.
Ya metidos en la fase de los ocho mejores, los nuestros se deshicieron de Alemania (70-66) y Reino Unido (69-63) para plantarse en la final del sábado 17 de septiembre ante el rival que todos temían, Estados Unidos. Los americanos terminaron llevándose la victoria (52-68), aunque los españoles plantaron cara hasta bien avanzada la segunda mitad y lograron un podio soñado.
Al regreso a España, Jesús recibió diversos homenajes en su tierra y continuó en “su” Amivel y también en el equipo español, con el que disputó en 2017 el Campeonato de Europa en Tenerife. Muchas esperanzas se tenían depositadas en el cuadro nacional para llegar hasta la final, pero cayó inesperadamente en cuartos de final y se clasificó 5.º. Igual puesto (5.º) ocuparía el combinado español en el Campeonato del Mundo de Hamburgo 2018, que supuso la retirada de la selección para el jugador malagueño, que ya no acudió por tanto al Europeo celebrado en Polonia un año después y, por ende, renunció a la posibilidad de disputar sus terceros Juegos.
En la actualidad, Jesús María Romero Martín, Premio Andalucía de los Deportes 2016, vive en la localidad veleña de Almayate junto a su novia, Claudia, y compatibiliza su concurso en la liga rusa con su trabajo en el área de Deportes del Ayuntamiento de Vélez-Málaga.
Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 17 de octubre de 2020