José David Domínguez Guimerá

Biografía de José David Domínguez Guimerá

Emulando al pionero Manolo Alcalde y a la par de su amigo Paquillo Fernández, David Domínguez logró la hazaña deportiva de estar presente en dos Juegos Olímpicos en la especialidad de marcha, ámbito en el que además tuvo el privilegio de ser protagonista de una época dorada en España y de momentos brillantes durante sus dieciséis temporadas en activo, lo cual es decir mucho para el nivel que esta disciplina atlética posee en nuestro país. Como muestra, su marca personal de 1:20:15 lograda en 2003 en el Campeonato del Mundo de París sigue siendo el 10.º mejor registro del ranking nacional de todos los tiempos.

Hijo de José y Ana María, nació el 29 de julio de 1980 en Cádiz, aunque creció y sigue viviendo en la vecina San Fernando, donde se familiarizó con el deporte en los espacios del colegio –estudió en el Colegio Público Inspector Padre Franco y luego en el IES Sancti Petri– y, como cualquier chico de su edad, en la calle, sintiendo predilección por el fútbol. Como él recuerda, no se le daba mal y en el equipo informal de su barrio tenía incluso la consideración de ayudante del entrenador. No obstante, al poco tiempo, con 15 años, el bueno de David entró en contacto con el atletismo cuando junto a su hermana Irene se inscribió en esta modalidad en la escuela deportiva municipal.

Las experiencias fueron tan gratas y satisfactorias bajo la enseñanza de Álex, su primer entrenador, que, entusiasmado por el atletismo y una vez conocidas todas las pruebas del programa atlético, el joven David se decidió por la disciplina de la marcha bajo las órdenes de un entrenador específico de la misma, Bartolomé Cantillo Ponce. Corría el año 1995, punto de inicio de su compromiso con los entrenamientos y de las participaciones en las competiciones locales y autonómicas, donde pronto su estatura de 1,74 metros y su peso de 55 kilos empezaron a destacar, aunque, como dice David, «después de Paquillo, que es un fenómeno de la naturaleza».

Amigo del granadino, las carreras deportivas de ambos marchadores fueron coetáneas, lo que, en puridad, en un deporte individual como este, fue a la vez un acicate y un obstáculo para el gaditano, quien siempre tuvo en el de Guadix a un rival insuperable desde que en 1998 saltó a la escena nacional con la consecución el 22 de febrero en Orense de la medalla de plata en 10 km en ruta en el Campeonato de España júnior, por detrás de Juan Manuel Molina.

Sin embargo, su juventud, calidad, trabajo y deseo de querer llegar a lo más alto del atletismo nacional fueron los principales avales de este amable y simpático atleta, cuyo título de campeón de España júnior de 10 km en pista, logrado en 1999 en la Ciudad Deportiva de Elche (Alicante), le abrió las puertas del equipo nacional y la selección para el Campeonato de Europa júnior de ese año, celebrado en Riga (Letonia) del 5 al 8 de agosto. Allí, el andaluz logró una de las tres medallas de la delegación española, siendo bronce, con un tiempo de 40:34.82, en la prueba de 10 km.

Siempre afiliado a clubes andaluces –Chapín Jerez hasta 2005, independiente en 2006 y San Fernando desde 2007–, al año siguiente (2000) dio el salto a las pruebas absolutas y a los 20 km, obteniendo el 16.º puesto individual –y medalla de oro por equipos– en la Copa de Europa de Eisenhuttenstadt (Alemania) con un valioso crono de 1:22:34, marca mínima olímpica que le posibilitó participar en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 con escasos 20 años y tras solo cinco de práctica atlética. En Australia, compitió el 22 de septiembre, ocupando el puesto 35.º (entre 47 participantes), con un tiempo de 1:28:16, lejos del campeón, el polaco Robert Korzeniowski, y siendo el tercero de los españoles en meta, tras Paquillo (7.º) y el catalán David Márquez (20.º).

Tras esta inesperada y quizás pronta experiencia, José David afrontó el que habría de ser y será por edad el ciclo olímpico de su explosión. Y los resultados lo corroboran. En 2001, se alzó con una nueva medalla de bronce continental, en esta ocasión en 20 km en el Campeonato de Europa sub-23 disputado en Ámsterdam (Holanda), y en 2002 se proclamó en La Coruña campeón de España promesa de 20 km en ruta y debutó en la Copa del Mundo de marcha, en Turín (Italia), siendo 30.º (1:28:04) en 20 km.

De esta forma, el isleño llegó a la gran temporada de su vida deportiva, la de 2003, por resultados y marcas. Atención pues acudió a la Copa de Europa de marcha, llevada a cabo en Cheboksary (Rusia), y se clasificó 7.º (1:21:53) individual y primero –medalla de oro– por equipos en 20 km, y fue seleccionado para su primer y único Campeonato del Mundo absoluto, en París (Francia), en el que logró la 9.ª posición en 20 km, marchando como nunca en su vida (marca personal de 1:20:15) y brillando en una prueba que tuvo un altísimo nivel, no en vano se batió el récord del mundo que dejó de pertenecer a Paquillo Fernández –medalla de plata en esa carrera.

Con la mínima olímpica en el bolsillo, el andaluz ratificó en la primavera de 2004 su estado de forma, realizando la segunda mejor marca de su vida (1:21:34) y siendo 18.º (1:21:45) en la Copa del Mundo de Naumburgo (Alemania), lo que se tradujo en su designación definitiva como uno de los tres españoles participantes en Atenas 2004.

Nuestro protagonista preparó el segundo asalto olímpico en las pistas del Complejo Bahía Sur de San Fernando y en el asfalto de la zona de Zahara de la Sierra a Villamartín, siempre bajo la dirección técnica de su entrenador y gran amigo Bartolomé Cantillo. Sin embargo, la presencia en Atenas tuvo un desenlace similar al acaecido cuatro años antes en Sídney, ya que en la prueba disputada el 20 de agosto de 2004 tampoco pudo rendir como tenía acostumbrado en los eventos precedentes y, con un tiempo de 1:30:16, entró en la 37.ª posición (entre 41 clasificados) de una carrera que ganó el italiano Ivano Brugnetti (1:19:40) por delante de Paquillo, medalla de plata, mientras el otro español, el murciano Juan Manuel Molina, fue quinto.

Domínguez comenzó en 2005 el ciclo olímpico de Pekín 2008 con 24 años de edad, mucho margen de mejora y gran ilusión por sumar unos terceros Juegos a su palmarés. En pos de este objetivo, seguiría representando a España en competiciones internacionales de nivel, pero la calidad de las marcas ya nunca fue la misma, nunca más logró bajar de la hora y 23 minutos en los 20 km y ello, debido al nivel de la prueba en España, le postergó en el ranking nacional y le impidió volver a pisar una Villa Olímpica.

En esta circunstancia hay que reseñar que después de Atenas 2004 el marchador se propuso la diplomatura en Fisioterapia por la Universidad de Cádiz, tarea y objetivo académico que fueron a la postre las razones fundamentales de su menor rendimiento atlético. Pese a ello, hay que reseñar cinco participaciones internacionales de nivel, como fueron una Copa de Europa, dos copas del Mundo y dos Iberoamericanos.

Para empezar, en 2005 disputó su tercera y última Copa de Europa, en Miskolc (Hungría), anotándose la 19.ª plaza (1:26:01) y la medalla de plata por equipos en 20 km. En 2006, debutó en los Campeonatos Iberoamericanos, en Ponce (Puerto Rico), donde logró el 5.º puesto (1:34:47.24) en los 20 km (en pista) y, fundamentalmente, regresó a la Copa del Mundo de marcha –que ese año tuvo lugar en La Coruña– contribuyendo (puesto 38.º individual, con 1:25:25) a la medalla de oro del equipo de 20 km –primera de la historia para España- junto a Juan Manuel Molina, Benjamín Sánchez, José Ignacio Díaz y, cómo no, Paquillo Fernández.

Séptimo del ranking nacional de 20 km en las temporadas de 2007, 2008 y 2009 –en las que solo integró el equipo español en un evento a siete naciones en Podebrady (República Checa) en 2007 y 2008– y ausente de los Juegos de Pekín 2008, la estrella de José David Domínguez se apagaba lentamente y ello le condujo a plantearse la retirada a pesar de su relativa juventud desde el enfoque de la marcha atlética y sin haber efectuado la natural y habitual transición a la distancia superior de los 50 km de forma consistente.

El planteamiento de abandonar el alto nivel dio paso a la decisión de hacerlo efectivo en la campaña de 2010, para la que el gaditano se preparó a conciencia al objeto de salir por la puerta grande. Y así fue. Firmó su mejor marca personal (1:23:21) desde 2004, cerró su idilio con la Word Cup asistiendo por cuarta y última vez y terminando en la 33.ª posición individual (1:28:21) y la 5.ª por equipos, en Chihuahua (México), y definitivamente, el 5 de junio, se retiró en casa, en San Fernando, con una notable 7.ª plaza (1:29:31.40) en los 20 km en pista de los Campeonatos Iberoamericanos celebrados en el recinto que tantas vueltas le vio hacer desde que en 1995 decidiera ser marchador.

En lo laboral, David estuvo un tiempo trabajando como fisioterapeuta para la empresa Interasis, primero en Chiclana de la Frontera y después en Cádiz. Tras ampliar su formación con un máster en Fisioterapia Deportiva en Madrid y el grado de Osteopatía, en 2015 estuvo en Francia y a su vuelta montó su propia clínica de Fisioterapia en San Fernando, donde reside con su mujer Alejandra y el hijo de ambos, Bruno. Por lo demás, durante tres temporadas ha estado vinculado al club de fútbol San Fernando Club Deportivo y desde 2017 también colabora con la Real Federación Española de Atletismo, especialmente con el sector de marcha.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 3 de noviembre de 2020