Juan
Sánchez
Juan de Mata Sánchez Camero
21.06.1938
Quesada (Jaén)
Juegos Olímpicos | Deporte | Categoría | Prueba | Resultado |
---|---|---|---|---|
1960 Roma (Italia) | Ciclismo_Carretera | Masculina | 100 km contrarreloj equipos | Puesto 8 |
1960 Roma (Italia) | Ciclismo_Carretera | Masculina | Fondo | No terminó |
Biografía de Juan de Mata Sánchez Camero
El debut del ciclismo español en los Juegos Olímpicos, en Roma 1960, trajo consigo el concurso de este jiennense nacido el 21 de junio de 1938 en Quesada y que con 22 años fue elegido para formar parte del cuarteto olímpico español tanto en la crono por equipos como en la carrera de fondo.
El debut de Juan Sánchez Camero en las Olimpiadas se produjo el 26 de agosto en la novedosa contrarreloj colectiva, una prueba de grandísima exigencia sobre un recorrido de 100 kilómetros y que debutó en el programa olímpico ese año de 1960 y permaneció en el mismo hasta Barcelona 1992. Para su puesta de largo, 32 equipos tomaron la salida para encarar el trayecto Roma-Ostia-Roma, un circuito –bautizado Cristóbal Colón– que comprendía 33,3 kilómetros y que se efectuaba en tres ocasiones hasta completar la monumental distancia.
Formando equipo con Ignacio Astigarraga, José Antonio Momeñe y Ramón Sáez, nuestro protagonista logró la 8.ª plaza con un tiempo de 2 horas, 21 minutos y 34 segundos, a siete minutos de la campeona, Italia, y a menos de tres de la medalla de bronce, que se adjudicó la Unión Soviética.
Cuatro días después, el de Quesada compitió en la prueba individual de fondo –175,4 kilómetros en el Circuito Grottarossa–, pero se retiró por problemas en los gemelos. El título fue para el soviético Viktor Kapitonov y Momeñe acabó (16.º) como el mejor español, mientras Astigarraga entró 56.º y Ventura Díaz también optó por el abandono.
Antes de todo esto, la trayectoria pedalística de Sánchez Camero había comenzado en Madrid, ciudad a la que su familia –padres Juan de Mata y María, y cinco hermanos– marchó en busca de oportunidades laborales cuando él tenía 13 años. En la capital de España, se inició montando una bicicleta a cuyos pedales no llegaba, por lo que “ponía los pies en el cuadro”, si bien una vez empezó a trabajar –pastelero– pudo comprarse una máquina a su medida y ello le animó a apuntarse en 1956 al Club Ciclista Portillo, en cuyas salidas por la sierra madrileña curtió sus cualidades de escalador. Uno de sus primeros recuerdos es, de hecho, un concurso en el que se subía al puerto de La Morcuera y donde, rememora, “le saqué tres minutos al segundo”.
Su primera competición oficial fue una Vuelta a Jaén que concluyó tercero y sus primeros hitos llegaron en 1959 cuando se anotó la Vuelta a Castilla y, fundamentalmente, fue elegido por el seleccionador nacional, Dalmacio Langarica, para participar en la tercera edición de los Juegos Mediterráneos, que se celebró aquel año en la capital del Líbano, Beirut. La designación no era gratuita, ya que el jiennense, corredor bajo, de complexión fuerte y especialista en escaladas largas, se amoldaba perfectamente al recorrido montañoso de la prueba en línea, de una exigencia extrema, que había preparado la organización libanesa, no en vano concluía en la estación de esquí de Los Cedros (The Cedars), arriba del Valle Santo, después de unos 50 kilómetros finales en los que se ascendía desde el nivel del mar a los 2.066 metros de altitud.
Así fue. El andaluz, que corría por vez primera en el extranjero, dio todo un recital trepador cruzando en primera posición la meta y conquistando la medalla de oro tras cumplimentar los 162 kilómetros en 4 horas, 28 minutos y 51 segundos, con tres minutos de ventaja sobre Juan Vicens y 5:13 respecto a Miguel Martorell, los otros medallistas en un podio copado por españoles. “El seleccionador me dijo que tenía que hacer el trabajo sucio para que no se escapara nadie, pero en la larga subida final de 40 kilómetros me fui solo –a 15 de meta– y ya nadie me alcanzó”, recuerda Sánchez Camero, quien se trajo una medalla que aún se encuentra en la ermita de la Virgen de Tíscar en su Quesada natal.
Al año siguiente, amén de su participación olímpica, el ciclista andaluz se proclamó campeón de España aficionado en Gerona, pero también padeció una afección pulmonar que le tuvo un tiempo parado tanto en esa campaña de 1960 como en la de 1961. Recuperado en 1962, se anotó su segundo título nacional en el Campeonato de España aficionado por regiones y participó en el Campeonato del Mundo de la categoría en Saló (Italia), donde se clasificó 41.º a 2:04 del local Renato Bongioni, medalla de oro. Además, ese año compitió en la siempre exigente Vuelta a Colombia, que concluyó en la 7.ª plaza, a más de una hora del campeón Roberto Buitrago, si bien hay que significar que fue el único ciclista no colombiano capaz de situarse entre los diez primeros de la clasificación general.
Reputado amateur, su salto a la categoría profesional se produjo en 1963 a la edad de 24 años, comenzando la temporada como independiente antes de enrolarse en el KAS. En la potentísima escuadra vasca correría dos temporadas (1963 y 1964); posteriormente defendió los colores del Tedi-Montjuich (1965) y luego dividió su última campaña “pro” (1966) entre las escuadras Olimpia y Ondina-Libertas.
En su currículum de estos cuatro años en la máxima categoría del ciclismo en carretera cabe destacar que participó en tres grandes vueltas: el Tour de Francia de 1963, la Vuelta a España de 1965 –en ambas abandonó por caída– y la Vuelta a España de 1966, que sí logró completar en el puesto 35.º, a más de media hora del vencedor, Patxi Gabica.
En otras competiciones, hay que significar que en 1964 recogió su tercer cetro nacional al imponerse en el Campeonato de España de independientes –categoría que mantuvo mientras corría determinadas pruebas enrolado en equipos– celebrado en Hernani. Asimismo, se apuntó puestos de honor en carreras como la Barcelona-Andorra (2.º en 1965, tras Jaime Alomar), la Vuelta a Mallorca (3.º en 1965, con triunfo del andaluz Antonio Gómez del Moral), la Vuelta a Andalucía (7.º tanto en 1965 como en 1966), la Vuelta a Levante (6.º en 1966) o la Vuelta a los Valles Mineros (7.º en 1966).
Un catarro mal curado y las secuelas que esto le ocasionó le condujeron a tomar la decisión de retirarse como ciclista profesional al final de la temporada 1966, con solo 28 años, para dedicarse a conducir un taxi en Madrid, ocupación que desarrolló durante más de 30 años hasta la jubilación.
Actualmente Juan Sánchez Camero continúa viviendo en Madrid al lado de su esposa María, con la que tuvo seis hijos, todos varones y de los que uno siguió sus pasos ciclistas, tal fue el caso de Antonio Sánchez García, profesional entre 1991 y 1996 con los equipos Amaya, Artiach y Saeco demostrando buenas dotes de escalador y adjudicándose la victoria en un parcial de la Vuelta a Murcia (1993) con final en el Morrón de Totana, además de lograr puestos de honor un año después en las vueltas a Andalucía (6.º), Cataluña (5.º) y Portugal (6.º) y acabar cuatro ediciones de la Vuelta a España, para la que trabaja desde el año 1998, cuando ingresó en Unipublic.
Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 13 de noviembre de 2020