Salvador
Núñez
Salvador Núñez Fernández
08.07.1959
Málaga
Juegos Paralímpicos | Deporte | Categoría | Prueba | Resultado |
---|---|---|---|---|
1988 Seúl (Corea del Sur) | Baloncesto_en silla | Masculina | Baloncesto en silla | Puesto 12 |
Biografía de Salvador Núñez Fernández
Jugador fidelísimo al Ademi, el único club de su vida, estuvo presente en casi todos los momentos de la historia del equipo malagueño, desde el primer subcampeonato de liga hasta su fugaz declive cuando en 2004 Gaspar Anaya dijo basta, disfrutando de toda la dinastía que impusieron los jugadores de camiseta oscura en el panorama nacional. En total, veintisiete temporadas en activo en las cuales Salvador Núñez probó las mieles de la internacionalidad y, sobre todo, las de ser paralímpico.
Nacido el 8 de julio de 1959 en Málaga, ciudad en cuyo barrio de Huelin ha vivido siempre, Salvador nació en el seno de una familia numerosa creada por Francisco y María, quienes tuvieron nueve hijos en total. El séptimo fue Salvador, el cual contrajo al año y medio de vida el virus de la poliomielitis, motivo de su discapacidad física.
Sin contacto alguno con el deporte más allá del que pudiera hacer como actividad escolar –estudió en el Colegio Privado Pío XII– y dentro de sus posibilidades, sería un vecino suyo, el gran Antonio Henares, quien le introdujo en el baloncesto en silla. Así lo explica nuestro protagonista: “Antonio vivía en la calle Abogado Federico Orellana Toledano y yo en la calle Carpio, a la espalda. Su padre era el portero de mi bloque y él ya jugaba en el Ademi –desde 1976–, así que un día de 1977 me propuso que fuese con él a probar. Yo no tenía ni idea de qué era eso del baloncesto en silla”.
Salvita –como le llamaban sus compañeros de equipo– hizo aquella prueba, le gustó y en la campaña 1977-1978 entró en el Ademi, donde permanecería hasta la temporada 2003-2004, logrando compaginar entrenamientos, competiciones y su trabajo de chapista de automóviles. Por tanto, el nombre de Salvador Núñez está presente en todos y cada uno de los logros deportivos del Ademi, que se cifran en 12 campeonatos de Liga Nacional de Primera División (1979, 1980, 1981, 1982, 1983, 1984, 1985, 1986, 1987, 1989, 1990 y 1991) y 9 copas del Rey (1979, 1980, 1981, 1983, 1986, 1989, 1990, 1991 y 1993), además de 4 subcampeonatos ligueros (1978, 1988, 1992 y 1993) y dos coperos (1988 y 1992).
Salvador alcanzó su mejor nivel de juego en la segunda mitad de los años 80, época en que la que este clase 3 fue reclamado por el seleccionador nacional, José Barbero, para los Juegos Internacionales de Stoke Mandeville 1986, los tres amistosos que España disputó contra Estados Unidos dentro de los actos del Mundobasket 86 y los Juegos Paralímpicos de Seúl 1988, sumando 18 internacionalidades.
La mejor prestación deportiva se dio, sin duda, en Stoke Mandeville ya que España, defensora de la corona en este torneo anual, llegó a la 4.ª posición después de superar a grandes selecciones como Israel y Reino Unido y caer ante Australia en semifinales y Estados Unidos (80-95) en la pugna por la medalla de bronce. No obstante, el gran recuerdo de Salvador Núñez permanece en la Paralimpiada de Seúl 1988, a la que acudió con 29 años. Un premio a su entrega y dedicación.
Hasta la capital de Corea del Sur el malagueño marchó al lado de sus compañeros en el Ademi Joaquín Fernández, Antonio Henares y Salvador Zurita, además de los sevillanos Luis Albelda, Eustaquio Mira y Manuel Cáceres. Completaban el equipo Pedro Alonso, Pablo Beiro, Juan Guzmán, Iñaki Ibarreta y Ricardo Núñez.
Lo cierto y verdad es que España igualó en Seúl la peor clasificación en unos Juegos que databa de su debut en 1972. El combinado quedó eliminado en la fase de grupos (3.º del C) después de perder ante Holanda (57-79) e Israel (55-72) y ganar a Corea (84-63), de forma que solo le quedó medirse por los puestos del 9.º al 16.º. En esta fase, venció a Brasil (65-37), perdió frente a Bélgica (43-58) y, por la 11.ª posición, perdió ante Reino Unido (34-40), quedando clasificada 12.ª de 17 naciones.
Terminado su ciclo en la selección, el andaluz continuó dando buenos partidos al Ademi durante tres lustros más. Cuando en 2004 Salvador tuvo que abandonar el club de su vida debido a las circunstancias propias de la entidad, recibió ofertas para continuar jugando en el BSR Marbella y el Amivel de Vélez-Málaga. No obstante, debido a las distancias existentes entre estas localidades y Málaga y las complicaciones del desplazamiento, decidió a sus 45 años retirarse como jugador de baloncesto.
Actualmente, jubilado desde 2015 de su oficio de chapista, disfruta de la vida en Huelin, casado con Josefa y padre de tres hijos: Ángel, María y Gabriel. Y ofreciendo a todo el que se lo solicita, con amabilidad y simpatía, un relato que ningún malagueño debería olvidar: el de un equipo, el Ademi, que reinaba en España.
Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 20 de octubre de 2020