Luis
Albelda
Tomás Fernando Luis Albelda Berral
13.02.1953
Puente Genil (Córdoba)
Juegos Paralímpicos | Deporte | Categoría | Prueba | Resultado |
---|---|---|---|---|
1976 Toronto (Canadá) | Atletismo | Masculina | 100 m 2 | Puesto 18 |
1984 Nueva York (EE.UU.) / Stoke Mandeville (GBR) | Baloncesto_en silla | Masculina | Baloncesto en silla | Puesto 10 |
1988 Seúl (Corea del Sur) | Baloncesto_en silla | Masculina | Baloncesto en silla | Puesto 12 |
1992 Barcelona (España) | Baloncesto_en silla | Masculina | Baloncesto en silla | Puesto 6 |
Biografía de Tomás Fernando Luis Albelda Berral
Uno de los ocho andaluces que inauguraron en 1976 la historia paralímpica de Andalucía fue este cordobés criado en Sevilla que en aquellos Juegos compitió en atletismo –clase silla de ruedas–, si bien su verdadero realce le vendría en baloncesto en silla, donde este base/escolta fue tanto en el ámbito de club como en la selección titular durante más de una década, ganándose a pulso el reconocimiento de compañeros y rivales y la fama como uno de los mejores clase 1 de su época.
Luis, tercero de sus nombres de pila pero por el que es conocido, nació el 13 de febrero de 1953 en Puente Genil (Córdoba), si bien desde los cuatro años ha vivido en Sevilla, habiéndose hecho uno de los vecinos insignes del barrio del Tardón, en la margen trianera del Guadalquivir, por la relevancia de sus éxitos deportivos, a los que une la innata bonhomía que siempre le ha acompañado dentro y fuera de las canchas.
Deportista convencido desde su juventud, fue ferviente practicante del ciclismo de carretera, en cuyo disfrute sufrió en 1973 un accidente que desafortunadamente le causó una lesión medular y quedó parapléjico. Durante la rehabilitación efectuada en el Hospital Virgen del Rocío se inició en el baloncesto en silla como terapia, aunque, viendo jugar a Montenegro, Alamillo, Emiliano Barrera y otros, sus sueños de poder competir pronto tomaron forma y le guiaron para enrolarse en el equipo del centro, el CD Virgen del Rocío, que actuaba en la máxima categoría nacional.
Nuestro protagonista debutó al año del accidente (1974) en el Torneo Nacional de la Seguridad Social logrando la medalla de plata con el cuadro hospitalario, pero en la temporada siguiente (1975) se alzó con el triunfo absoluto en la que fue la última edición de esta competición, sustituida a partir de 1976 por la Liga Nacional.
Erigido en uno los baluartes del Virgen del Rocío, Luis fue llamado por primera vez para jugar con la selección española de baloncesto en 1977, si bien un año antes ya había conocido los laureles de la internacionalidad en otra disciplina deportiva, el atletismo, en el que también se había prodigado durante la rehabilitación y no con poco éxito. Su punta de velocidad sobre una silla de ruedas fue valorada por los técnicos nacionales y fue llevado en 1976 a la Paralimpiada de Toronto para competir en los 100 metros masculinos, clase 2. El andaluz actuó una única vez, en las series de clasificación para la final, a la que accedían los seis mejores. No fue el caso del andaluz, cuyo registro de 28.50 le situó en la 18.ª posición de los 21 atletas inscritos, lejos del tiempo que marcó el corte para la carrera final: 20.70 del alemán federal Schmicking. El oro se lo adjudicó el americano Gary Kerr, con 19.80.
Volviendo al entorno de la canasta y en el marco de los compromisos estatales, Luis fue indudablemente corresponsable de la cascada de éxitos que desde mediados de los 70 hicieron del Virgen del Rocío uno de los conjuntos señeros en España, siendo artífice de 3 títulos ligueros de Primera División (1977, 1978 y 1988) y 5 victorias en la Copa del Rey (1978, 1982, 1985, 1987 y 1988), además de 9 subcampeonatos en la Liga (1976, 1979, 1980, 1981, 1982, 1983, 1989, 1990 y 1991) –la mayoría de las veces batido por el Ademi de Málaga– y 5 en la Copa (1980, 1981, 1983, 1989 y 1991).
Al comienzo de la temporada 1991-1992 y después de 18 años en el Virgen del Rocío, Luis Albelda fichó por el vecino y pujante CD ONCE Sevilla, donde permanecería hasta su retirada, en el año 2000, de nuevo engrosando su palmarés doméstico con los tres campeonatos de liga de División de Honor (1992, 1993 y 1994) y las dos copas del Rey (1992 y 1994) –más un subcampeonato (1993)– que jalonaron los primeros años en la elite del equipo cuponero. Luego llegarían a las vitrinas del renombrado ONCE Andalucía seis ligas y cinco copas durante el siglo XXI, ya sin Luis en sus filas.
Así pues, 14 coronas nacionales adornan las 27 temporadas de Luis Albelda en la máxima categoría nacional del baloncesto en silla, una rotunda cifra a la que el estilizado jugador –tenía una complexión alta, pero poco musculada, bien diferente a la de Montenegro– juntó nada menos que 100 internacionalidades desde 1977 a 1992, escenificando su adiós a la selección española en los Juegos Paralímpicos de Barcelona.
El cordobés vistió la camiseta nacional en trece grandes campeonatos. En el Campeonato de Europa, asistió a las ediciones de Raalte 1977 (puesto 7.º), Ginebra 1981 (5.º), Falun 1982 (5.º), Lorient 1987 (8.º), Charleville-Mézières 1989 (10.º) y Ferrol 1991 (6.º), así como a los primeros Juegos Europeos, París 1983, donde España se hizo con la medalla de bronce. Asimismo, acudió a una fase previa del Mundial o Copa de Oro, desarrollada en Gits (Bélgica) en 1985, y en dos ocasiones a los Juegos Internacionales de Stoke Mandeville, en 1985 y 1986, con resultado de medalla de oro y 4.º puesto, respectivamente.
Hay que destacar, obviamente, dicho triunfo en la cuna del Movimiento Paralímpico en el que muchos consideraban un mundial oficioso, si bien es cierto que la Copa de Oro cuatrianual ya poseía tal rango. De todas formas, aquella medalla de oro otorgó a Luis y sus compañeros de equipo un reconocimiento social hasta entonces inusitado para un deportista con discapacidad.
Amén de todo ello, obviamente hay que poner en relieve la triple presencia de Luis con el equipo español en el torneo de baloncesto en silla masculino de los Juegos Paralímpicos, lo cual le hace ostentar la privilegiada marca personal de cuatro Paralimpiadas al sumar su debut atlético de 1976.
El sevillano de adopción volvió a pisar una Villa Paralímpica en los Juegos bifurcados de 1984, mantenidos entre Nueva York y Stoke Mandeville. En el caso de los deportistas en silla de ruedas la sede asignada fue la ciudad británica y hasta allí viajaron 18 equipos de basket, entre ellos España, que formó con Pedro Alonso, Tadeo Armengol, Cesáreo Ruiz, Antonio Gómez y los andaluces Henares, Joaquín Fernández, Gallardo, Benítez, Jara, Cáceres, Paco Pérez y Albelda.
La formación española ganó a Alemania Federal (74-62) y perdió ante Israel (76-58) y México (79-90) en la primera fase, lo que le clasificó 4.ª de su grupo y la llevó a disputar los puestos de consolación, ya que el acceso a cuartos de final estaba reservado a los dos primeros equipos de cada una de las cuatro fracciones. Por tales puestos, los españoles se impusieron a los yugoslavos (82-60) y, por la novena posición, cayeron frente a los italianos (56-77).
Cuatro años más tarde, en Seúl 1988, España repitió la peor actuación en unos Juegos que databa de su debut en 1972 (12.ª plaza). El combinado, integrado por los andaluces Albelda, Cáceres, Joaquín Fernández, Henares, Eustaquio Mira, Salvador Núñez y Salvador Zurita, además de Alonso, Pablo Beiro, Juan Guzmán, Iñaki Ibarreta y Ricardo Núñez, volvió a quedar eliminado en la fase de grupos. España perdió ante Holanda (57-79) e Israel (55-72) y ganó a Corea (84-63), y como 3.ª clasificada del grupo C hubo de medirse de nuevo por los puestos del 9.º al 16.º. En esta fase, venció a Brasil (65-37), perdió frente a Bélgica (43-58) y, por la 11.ª posición, cayó (34-40) ante Reino Unido.
Para terminar el relato de Luis Albelda como miembro del equipo nacional, hay que referirse a Barcelona 1992, sitio y año en los que el buen cordobés cerró una etapa de su vida con el merecido premio de un diploma, merced al 6.º puesto alcanzado por el doce nacional, compuesto por los andaluces Albelda, Cáceres, Diego de Paz, Fernández, Henares, Juan Lara, Mira y Zurita, además de Eloy Guerrero, Ibarreta, Jesús Torres y Fernando Vila.
En esta ocasión, el torneo tuvo una clasificación previa más estricta y estuvo reducido a 12 selecciones, en contraposición a las 17/18 de ediciones precedentes, y contó con un formato idéntico al del baloncesto convencional, esto es, una fase preliminar de dos grupos de seis equipos, de la que los cuatro primeros de cada fracción se enfrentaban en cuartos de final.
El español, un equipo con muchas aspiraciones, estuvo en el grupo B y no completó una buena ronda preliminar, ya que perdió ante Estados Unidos (62-71), Reino Unido (62-64) y Canadá (45-53), y solo ganó a Japón (68-46) y Argentina (58-52). Pese a todo, pasó a cuartos por los pelos, como 4.ª del grupo, lo que le llevó a un difícil cruce ante la primera del grupo A, Holanda, en el que perdió (53-59). Abocados a la lucha por los puestos del 5.º al 8.º, los españoles volvieron a caer a manos de los británicos (54-55) y, por la 7.ª plaza, ganaron a los australianos (63-59). Al final, la descalificación de los campeones, Estados Unidos, por positivo de tres de sus jugadores, motivó que el resto de selecciones subiese un puesto y que Holanda, que enlazaba su cuarta derrota por el título, obtuviese la desada corona paralímpica.
En lo personal, nuestro biografiado contrajo matrimonio con Meli en el año 1977 y se mudó a la calle Asunción de Los Remedios antes de marcharse en los años ochenta a la periferia de la capital hispalense, concretamente a Palomares del Río, donde sigue residiendo. Retirado desde hace años del deporte que tanto le dio y al que tanto ofreció, sigue dedicado a la familia –en 1989 adoptaron a una niña, de nombre Sara, y ahora ejercen de abuelos de Miguel Ángel, hijo de ésta– con la misma tranquilidad y simpatía que guiaron sus pasos en las pistas de juego.
Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 8 de octubre de 2020