Urbano Ortega Cuadros

DEPORTISTAS OLÍMPICOS Y PARALÍMPICOS ANDALUCES

Urbano Ortega Cuadros
Olímpico

Urbano
Ortega

Jaén

Urbano Ortega Cuadros

11.12.1961

Cañada Catena, Beas de Segura (Jaén)

1
Juegos OlímpicosDeporteCategoríaPrueba
Resultado
1980 Moscú (U.R.S.S.)FútbolMasculinaFútbol
Puesto 9


Biografía de Urbano Ortega Cuadros

Conocido en el ámbito futbolístico únicamente por su atípico nombre, Urbano nació el 11 de diciembre de 1961 en la pequeña aldea de Cañada Catena, en el municipio jiennense de Beas de Segura, punto de inicio de una carrera deportiva que le llevó a jugar en la selección olímpica de Moscú 1980 y en el FC Barcelona, entre otros destinos, pero que también soportó el lastre de las lesiones.

Hijo de Tomás y Ana, que tuvieron cuatro varones –Tomás, mayor que él, Antonio y José Manuel, menores–, inició los estudios en su aldea natal y los continuó en el Colegio Víctor García Hoz y el Instituto Sierra de Segura, ambos en Beas de Segura. Como la mayoría de los niños del pueblo, aprendió a jugar al fútbol en sus calles y en las escasas explanadas del mismo, mostrando una velocidad, unas habilidades y una capacidad para eludir a los defensas rivales que le condujeron al equipo local, primero, y luego, a los 13 años, a su primera formación oficial, el Club Polideportivo Beas, en el que permaneció tres años confirmando las cualidades que traía de serie. Ello le ocasionó ser fichado por el Real Jaén en la temporada 1978-1979.

Contando con 16 años, empezó actuando en la formación juvenil del principal club de la provincia bajo la dirección técnica de Antoñete, si bien, por su nivel, entrenaba con el primer equipo, que militaba en Segunda División A y estaba dirigido por Manuel Ruiz Sosa. Al año siguiente (1979-1980), sus compañeros de entrenamiento se convirtieron en compañeros en el campo al ser incorporado a la primera plantilla –pese a ser aún juvenil– por el técnico Roberto Gil. Jugando de delantero centro titular en el conjunto jiennense en Tercera División su cotización subió como la espuma debido a su edad, proyección y calidad, así como a la convocatoria efectuada por el seleccionador nacional juvenil, Chus Pereda, para la participación en la Copa Príncipe Alberto de Mónaco en noviembre de 1979, donde el joven jiennense se desenvolvió bien, marcando un gol de cabeza que valió para la única victoria española en el torneo, ante Bélgica.

Esta participación internacional significó el comienzo de una serie de acontecimientos que revolucionó la vida de este joven de 18 años recién cumplidos –estudiante de 3.º de BUP en Jaén– y por el que empezaron a apostar tres clubes: el Real Madrid, el Real Betis y el RCD Español. Finalmente, los Periquitos se hicieron en enero de 1980 con el jugador –por siete millones de pesetas y un amistoso en Jaén– y Urbano marchó a Barcelona –allí concluyó sus estudios en la Academia Alpe– para debutar en Primera División bajo la dirección de Vicente Miera, el 2 de marzo en partido correspondiente a la 23.ª jornada de liga frente al Atlético de Madrid, en el Estadio de Sarriá.

Para rematar el curso, los compromisos con el equipo nacional no cesaron y en mayo fue llamado para el XXXIII Torneo de la UEFA –antigua denominación del Campeonato de Europa juvenil, actual Eurocopa sub-18– que se celebró en Alemania Oriental. En dicha competición, Urbano compartió entrenamientos y competición con jugadores como Zubizarreta, Roberto y Míchel, entre otros, y jugando de delantero titular contribuyó a la 5.ª posición de España y a la clasificación para el III Campeonato del Mundo Juvenil Australia 1981.

De forma posterior e inmediata, José Emilio Santamaría consideró oportunas las cualidades de Urbano para conformar la selección española olímpica que había de participar en los Juegos de Moscú 1980 de forma que en junio nuestro protagonista volvía a estar concentrado y vestido de rojo, esta vez, junto a Joaquín, Quique Ramos, Ángel González, Agustín, Buyo, Güerri, Rincón, Gajate, David, Juan Felipe, Zúñiga, Marcos Alonso, De Andrés, Urquiaga y Víctor Muñoz. Grandes (futuros) nombres del fútbol español que, sin embargo, no dieron todo lo que de ellos se esperaba en un torneo olímpico de poco nivel, pues siete de los 16 equipos clasificados renunciaron por boicot político a la URSS, de modo que fueron sustituidos por selecciones nacionales inferiores.

España no pasó de la primera fase (grupo C), en la que cosechó tres empates, ante Alemania Oriental (1-1) –el debut se produjo el 20 de julio en el Estadio Republicano de Kiev–, Siria (0-0) y Argelia (1-1), insuficientes para pasar a cuartos de final, cosa que lograron alemanes –a la postres subcampeones, al perder en la final ante los checos– y argelinos, con los que los españoles empataron a puntos, si bien la diferencia de goles les relegó a la 3.ª plaza del grupo. En el global, quedaron clasificados en la 9.ª posición.

Luego de la experiencia olímpica y un merecido descanso en su pueblo natal, Urbano encaró desde septiembre su primera temporada completa (1980-1981) en el Español de Barcelona. A las órdenes del nuevo entrenador, José María Maguregui, el polivalente jiennense, reconvertido en defensa, jugó casi toda la campaña de titular a la vez que debutó en la selección española sub-21 de Luis Suárez, en ambos escenarios con brillantez y solvencia, las cuales le proporcionaron la designación de jugador revelación de la temporada.

En la temporada 1981-1982, nuestro biografiado volvió a ser internacional sub-21 y pudo haberlo sido absoluto –cosa que nunca consiguió–, si bien una lesión sufrida el 25 de abril durante la 34.ª jornada de liga en el Estadio Sánchez-Pizjuán de Sevilla le impidió acudir a la preselección efectuada para el Mundial España 82. Para compensar la decepción, al término del curso futbolístico formalizó contrato con el FC Barcelona, club en el que permanecería casi diez temporadas (1982-1983 a 1991-1992) y donde vivió su mejor época como jugador además de una de las etapas más brillantes de la entidad catalana.

Así, el siempre amable y colaborador Urbano compartió banquillo y minutos en el campo con compañeros como Diego Armando Maradona, Bernd Schuster, Gary Lineker, Michael Laudrup, Ronald Koeman, Hristo Stoichkov, Andoni Zubizarreta o José Guardiola, entre otros, y siguió las indicaciones de entrenadores como Udo Lattek, César Luis Menotti, Terry Venables, Luis Aragonés y Johan Cruyff, con los que inscribió en su palmarés los siguientes logros: 2 ligas (1985 y 1991), 3 copas del Rey (1983, 1988 y 1990), 2 copas de la liga (1983 y 1986), 2 supercopas de España (1983 y 1991) y una Recopa de Europa (1989), además de 3 subcampeonatos ligueros (1986, 1987 y 1989), 2 subcampeonatos coperos (1984 y 1986) y un subcampeonato de la Copa de la UEFA (1991).

Internacional sub-21 en las campañas 1982-1983 y 1983-1984 y nominado candidato al Trofeo Bravo al mejor jugador europeo menor de 23 años en la 1982-1983, conoció también el lado nefasto del fútbol cuando el 6 de abril de 1984, durante un entrenamiento, sufrió la fisura del quinto metatarsiano del pie izquierdo, lesión y posterior recaída que le mantuvo inactivo más de un año. De hecho en la temporada 1984-1985 no jugó un solo encuentro y en la siguiente solo disputó 8 partidos de liga y 6 de la Copa de la Liga.

Recuperado físicamente, en el ejercicio 1987-1988 volvió a vestir –cinco veces– la camiseta española con la selección olímpica en la búsqueda de la clasificación para los Juegos de Seúl 1988, objetivo que no se materializó.

Cada vez con menor protagonismo en el Barcelona, desplazado por los jóvenes jugadores que compusieron la espina dorsal de la primera Copa de Europa culé, Urbano no llegó a conocer de azulgrana ese memorable título ya que en diciembre de 1991 pactó el traspaso al Español, con el que jugó el resto de la temporada y la totalidad de la 1992-1993 –el equipo descendió a Segunda–, con Sabater, Clemente y Novoa en el banquillo.

Al año siguiente (1993-1994), fichó por la UE Lleida, que se estrenaba en Primera División con el obrador del ascenso, José Manuel Esnal “Mané”, en el banquillo, si bien Urbano volvió a experimentar la desazón de un descenso a la conclusión del campeonato.

En la campaña 1994-1995, cambió de aires y su nuevo destino le llevó por primera vez en catorce años fuera de Cataluña. Se comprometió con el CP Mérida y colaboró, a las órdenes de Sergio Kresic, en la consecución del título de Segunda División A y automático ascenso a Primera, categoría que, no obstante, perdió al término de la siguiente temporada (1995-1996), el segundo y último año de contrato de Urbano.

Definitivamente, en la campaña 1996-1997, Urbano puso punto final a su periplo como jugador profesional a la edad de 36 años en el Málaga CF, jugando un año en Segunda B a las órdenes de Pepe Cayuela y, más tarde, Novoa. Era el momento de abrir una nueva etapa, siempre dentro del fútbol, y aceptó un cargo en la secretaría técnica del Granada CF a la par que realizaba el curso de entrenador nacional con el objetivo de dedicarse en un futuro a la ardua faceta de dirigir a los jugadores.

Esa oportunidad llegó –luego de haber prestado servicios al Villarreal CF (2000-2002) y al FC Barcelona (2002-2003) en el seguimiento de jugadores jóvenes en Andalucía– en la temporada 2003-2004, cuando ejerció de segundo entrenador en el Xerez CD –en Segunda División– a las órdenes de otro olímpico andaluz y compañero en los años 80 en el Barcelona, Esteban Vigo, a quien le mostró lealtad y conocimientos en los siguientes destinos del malagueño: Córdoba CF (2004-2005), Dínamo de Bucarest (2005-2006) y UE Lleida (2006-2007).

Por fin, en la campaña 2007-2008, Urbano debutó como primer entrenador en el Club Deportivo Baza, en Segunda División B, experiencia que no resultó satisfactoria pues el equipo no logró la permanencia. Nunca más volvería a sentarse en un banquillo nuestro protagonista, que retornó a Barcelona en julio de 2009 para trabajar en el área deportiva del RCD Español. En julio de 2011, acabado su contrato, se incorporó a la secretaría técnica del FC Barcelona, trabajando para el club culé hasta el año 2018.

Tras nueve años en la Ciudad Condal, Urbano regresó a Andalucía y reside en la actualidad en Granada con su mujer, Marga, y sus dos hijos, Paula y Carlos, mientras continúa ligado al balompié realizando el seguimiento del mercado nacional para uno de los clubes punteros de Europa, el Manchester United.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 18 de noviembre de 2020